Y llegó el ansiado momento del secuestro de Carozo y Narizota y todo fue como lo esperábamos e incluso mejor.
Si existe una escena que los amantes de Kryptonita soñábamos ver en la television era la del secuestro de Carozo y Narizota. Vayamos por partes para entender el impacto emocional de estos personajes que poblaron los dias de nuestra infancia ochentosa.
Carozo y Narizota eran dos muñecos que animaban la tarde televisiva en la decada del ochenta, uno de los mejores sueños que un niño de esa época podia llegar a tener era que ambos vinieran a tu casa a tomar la leche con tus amigos. Lo cierto es que Pini (Nafta Super) era un niño como cualquier otro y tenia la ilusion de conocer a sus idolos y escribio la carta para que lo visitaran. Pero su madre le dio una respuesta que nunca habia pensado “vivimos en una calle de tierra, ellos nunca van a venir”. Los ojitos del Pini se llenaron de lágrimas porque entendió que nunca lo iba a conocer, pero no hay cosa mas abnegada que una mamá humilde. Así que una tarde se tapo con la manta celeste que usaba para planchar y fue la Carozo que su hijo tanto soñaba conocer, juntos esa tarde rieron y tomaron la leche mientras que entendían que no hay imposibles cuando el ingenio vence a la realidad.
En los noventa el canal Uniseries inicio un concurso llamado El sueño del pibe donde los niños que no pudieron conocer a Carozo y Narizota podían participar por una segunda oportunidad. El Pini escribió una carta para cumplir su sueño, pero como la vida a veces no se cansa de darle la espalda a los humildes otra vez volvió a quedarse afuera. Cuando en la televisión dieron el ganador y no fue el Pini se vivieron momentos de tensión , en palabras del Rafaga ” Desde el dopping de Maradona que no se vivía algo tan triste por la televisión”.
La banda se organiza a pleno y averiguan la dirección del ganador (en tiempos donde no existía internet, vale aclarar) y secuestran a Carozo y Narizota para llevarlo a la casa del Pini. Organizan una mesa acorde y cuando el Pini entra a su casa los encuentra ahí sentados y mirándolo cumpliendo un sueño tan demorado como bello. Inmediatamente el Pini busco a su madre para regalarle eso que la vida les había negado hacia mas de diez años y todo fue alegría en esa mesa.
Nafta Super nos regala uno de los momentos televisivos mas memorables del año no solo por su gran contenido emocional (el cual es insoslayable para los que fuimos niños en esa década), sino por la factura técnica y las actuaciones que dotan a este episodio de una belleza pocas veces vista en la televisión nacional.
Un grandísimo segundo episodio que entrega una de las escenas mas memorables del libro Kryptonita adaptada perfectamente a la pequeña pantalla. Y que permitió a su autor conocer a esos dos peluchones que hacia tanto tiempo quería abrazar (obviamente llevando a sus padres al convite). Si buscan un ejemplo sobre el arte como curación del alma y como encarnación de los sueños creo que este es un muy buen ejemplo. No hay calle de tierra que le ponga freno a las sueños cuando se sabe insistir.Y de eso los artistas saben mucho.
