El episodio arranca con un flashback que nos permite adentrarnos en el pasado del villano máximo de la saga Odin Quinncannon, allí vemos como toda su familia fallece en un accidente en medio de una excursión de esqui. Acto seguido lo vemos en su oficina rodeado de visceras de los animales de su industria y requiriendo la presencia del padre de Jesse.
Mientras sostenía en sus manos un puñado de visceras Odin le manifiesta al parroco “ ¡Todo es carne! He mirado. No hay nada más.No hay… espíritu.No hay alma.No hay nada.Tienes que dejar que la gente lo sepa.Tienes que pararte en esa iglesia y tienes que denunciar a Dios.”
Ahora si podemos entender el encono de Odin para con Dios y por sobre todo con su personificación en el pueblo que es Jesse Custer con su particular forma de predicar su palabra. Y ese odio visceral se verá encarnado de forma física en este episodio en el cual Odin tratará de derribar la capilla de Custer.
Pero Jesse le hará frente con sus poderes mientras que Fiore y su compañero tratarán de sacar a Génesis de su cuerpo con un resultado muy extraño. Esta poderosa entidad decidira volver al cuerpo de parroco y ser parte de el nuevamente
Odin y Jesse tienen una última charla en la cual el predicador le pide un sólo domingo más para poder traer no la palabra de Dios sino al Creador en si mismo para que hable con los habitantes del pueblo. Si frente a esto los pobladores no se convencen el mismo renunciará a su sacerdocio procediendo a entregar el predio de la iglesia. El round final entre el Dios de la Carne y el Del Espíritu esta por llegar y quedan apenas dos entregas para que disfrutemos de este duelo.