El último episodio de Run empieza mostrándonos un poco más de la relación de Billy y Fiona en el pasado: mientras él era feliz haciendo su labor, ella se encargaba de todo el resto, incluso llegando a contestar su teléfono y borrándole un mensaje de Ruby donde le proponía huir.
Mientras tanto, en el presente, Ruby y Billy disfrutan de cierto romance tras su primera noche juntos. Vuelven al tren para seguir viaje y allí, nuevamente, Ruby se topa con “Alice”, quien ya sabemos que es Fiona. Inocentemente, Ruby le cuenta todo a Fiona acerca de lo bien que están con Billy, de las dudas que continúa teniendo acerca de haber abandonado a su familia (claro, tras descubrir 32 llamadas perdidas de su marido y no poder contactarlo nuevamente) y de lo extraño que es que Billy lleve todo su dinero en una mochila. También, convenientemente, intenta llamar desde el teléfono de Fiona a Laurence, pero tampoco la atiende.
Luego, mientras Ruby finalmente logra comunicarse con su familia (y darse cuenta de que tal vez ni siquiera sus hijos la necesitan tanto, ya que uno de ellos se fracturó un brazo y no parece muy perturbado por su ausencia gracias a la nueva niñera que su marido contrató), Billy tiene su round con Fiona, quien lo amenaza con mostrar un video donde él cuenta a cámara la historia de la promesa con Ruby y lo acusa de solo haber huido con ella para transformar la experiencia en un libro que pueda vender a futuro. Billy vuelve a negarse, pero Fiona va al ataque con Ruby, revelando su verdadera identidad y amenazándola con enviarle a su marido la grabación de audio de ella teniendo relaciones con Billy si no le da el dinero. Ruby cede y le da el dinero.
Finalmente, Ruby y Billy vuelven a reunirse y él le confiesa que Alice es Fiona y que lo está persiguiendo. Ruby le dice que le entregó el dinero, pero que quiere saber porqué él está tan atemorizado. Billy dice que cuando colapsó en el escenario trató a todos de imbéciles y que ahora el mundo entero lo tilda de asesino. Juntos, Billy y Ruby salen a buscar a Fiona por el tren. La persiguen hasta el final del último vagón del que, acorralada, Fiona salta hacia la nada con el bolso con dinero a cuestas.
¿Cómo sobrevivirán ahora nuestros runaways?