Episodio 5 - Spoiler Time

Episodio 5

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Desde una salsa, hasta la mismísima muerte... ¡Uno de los mejores episodios de la historia del programa!

Amigos, llegamos al quinto episodio de Shark Tank México. Las negociaciones son cada vez más intensas, y los roces entre los tiburones también se hace cada vez más presentes.

El resultado es simple: ¡Diversión pura!

Personalmente, tengo que confesar que fue de mis episodios favoritos a lo largo de estas dos temporadas. Reí, analicé, me preocupé y hasta me estresé. Fue completo.

Este programa se inició con un caso de éxito de la temporada pasada. Después de que Rodrigo Herrera y Carlos Bremer cierren el trato con Carboneat, un aparato de encendido de carbón, pudimos ver como los emprendedores recorrieron con Rodrigo una planta de producción para ya empezar a industrializar el producto.

Así, uno de los proyectos de la temporada pasada, hoy es una más que grata realidad.

1 Ataúd Bio

“¿Es neta?”, preguntó Arturo Elías Ayub, mientras se acercaba el primer pitch de la noche. “Es neta”, le responde Patricia Armendáriz.

Y es que los primeros en presentarse al tanque fueron Alejandro Sánchez y Francisco Palafox, quienes después de presentar a un cortejo fúnebre, dieron a conocer a su empresa: Ataúd Bio.

Para ellos, este producto cambiará la historia de la industria funeraria.

El Ataúd Bio es el primer ataúd ecológico biodegradable y elaborado con productos reciclables como cartón corrugado, papel y tela de algodón. Es el único en el mercado que puede ser utilizado tanto como para sepultar, como para cremar.

Un Ataúd Bio tiene un costo final de 3.000 pesos, muy por debajo del precio promedio de un producto estándar de la competencia. Es decir, es un producto económico y ese es un gran imán.

El tema fue que la empresa presentó una altísima valuación, ya que el pedido fue de 4.5 millones de pesos por el 20% de participación. 

Los sharks quedaron ‘muertos’ con este pedido, sobre todo porque la empresa todavía no sacó a la venta los productos. Pero Alejandro explicó que es un negocio rentable.

“La vida hay que disfrutarla. Yo no podría disfrutar la vida siendo socio de un negocio de ataúdes, por eso estoy fuera”, dijo Arturo, quien desde el primer momento manifestó que no estaba cómodo con esta presentación.

“A mi me sucede exactamente lo mismo. La muerte es más segura que la vida, pero yo no podría”, dijo Patricia al mismo tiempo que anunciaba su retiro de la negociación. El Tío Carlos y Rodrigo también quedaron fuera y Jorge Vergara dijo: “Es una excelente idea, pero la valuación está altísima. Para morirse. Y como todavía no me quiero morir, estoy fuera”.

Los emprendedores salieron sin un trato, y los sharks abandonaron el set para tomar un poco de aire fresco y claro… vida pura.

2 Exponential Motor Company

Javier Rincón y Leonardo Valente, mexicano y argentino, respectivamente. Ambos llegaron al tanque dispuestos a impulsar una nueva tecnología que podría ser el nacimiento de un nuevo emprendimiento millonario.

Así presentaron a Exponential Motor Co., una empresa que levanta la bandera del movimiento vehicular sustentable.

Para ambos emprendedores, en nuestra región es muy difícil adquirir un vehículo eléctrico o híbrido. Y en el caso de México, el ‘gasolinazo’ afecta a toda la sociedad. Comprar un coche híbrido puede costar hasta tres veces más caro que un vehículo a gasolina, y por ello es que este proyecto nació.

Exponential Motor es un sistema que permite modificar la mayoría de los coches y algunas camionetas en vehículos híbridos.

La oferta fue de 2.5 millones de pesos por el 25% de participación en este nuevo proyecto.

Javier y Leonardo explicaron que una unidad es instalada en la rueda trasera del automóvil y a través de cinco baterías. Esto serviría para el uso urbano (aproximadamente 60 km. por hora) y para el arranque del carro, para después acoplar el motor de gasolina. El tema es que cuando más se consume gasolina es en el arranque del carro, por lo que es un importante elemento para ahorrar dinero.

En resumen: Se ahorran aproximadamente 100 litros de gasolina al mes y se logra que el carro pueda circular diario, independientemente de la legislación en la CDMX.

Como el producto todavía no se vende, para Rodrigo es una apuesta ciega, y quedó fuera. Arturo tuvo una postura similar y aunque le encantó el proyecto, invertir 2 millones y medio de pesos por algo que todavía no se probó es mucho riesgo, y también quedó fuera.

Pero el Tío Carlos tiró su propuesta: 1 millón de pesos por el 33% de participación, y 1.5 millones cuando exista un pedido formal. Además, se jacto de sus contactos y la posibilidad de financiamiento ilimitado. Jorge, por su parte, ofreció los 2.5 millones pero por el 30% de la compañía. 

Los emprendedores lo discutieron, volvieron con una gran contraoferta: 3 millones de pesos por el 33.3% de la empresa, pero incluyendo a Patricia en el trato. “Vinimos a buscar tiburones, más que dinero”, dijo sin dudar Leonardo.

Patricia se lanzó, y Exponential Motor no sólo se fue del tanque con medio millón de pesos más, sino que con tres enormes empresarios como nuevos socios de la empresa. Un gran trato, para un proyecto con muchísimo futuro 🙂

3 Wrap It

María Fernanda Ibarra y Ximena Zamora son diseñadoras gráficas con más de 10 años en la profesión. Ambas, explorando el mercado del diseño, decidieron hacerse un lugar en el mundo de los papeles de envoltorio, que casi siempre está carente de buenos diseños.

Y crearon Wrap It, plasmando sus diseños en papel 100% reciclado y con completa mano de obra mexicana.

La empresa pidió 250 mil pesos por el 20% de participación, y además buscaban un socio que impulse el talento de las emprendedoras a un nuevo nivel.

“¿Nos vienes a vender papel de envoltura?”, dijo incrédulo Arturo, arrancando este ‘juego de intimidación’ que ya es típico dentro del tanque. Y Rodrigo insistió en este punto, en el hecho de que el papel no es tan importante en comparación al regalo que está dentro de esa envoltura.

Cuando María Fernanda comentó que sus diseños más vendidos son los de temática mexicana, Patricia apuntó: “¿Pero entonces, por qué en inglés? ¡Envuélvelo! ¿Por qué Wrap It?”, encaró.

“No tiene ningún valor, y por eso estoy fuera”, dijo Rodrigo. Por este mismo motivo, Jorge también abandonó el trato.

Pero Patricia hizo la primera oferta: 250 mil pesos, pero por el 40% de participación siempre y cuando le cambien el nombre a la empresa (para volverla completamente mexicana) y que los diseños sean todo sobre México. Posteriormente, Arturo también quedó fuera.

El Tío Carlos también mostró interés en Wrap It, y María Fernanda aprovechó para contraofertar: Que Carlos se una al trato con el 35% de participación por los 250 mil pesos.

Ahí, los dos tiburones retrucaron: 250 mil pesos por el 40% (30% de Patricia, 10% de Carlos). Pero las socias de Wrap It volvieron a atacar, y les pidieron que bajen al porcentaje al 33%. Ahí es cuando Carlos ya no pudo sostener su postura y quedó fuera del trato.

Las chicas volvieron a discutir y Ximena se mostró muy reacia a ceder más del porcentaje contemplado. Después de charlarlo con María Fernanda, volvieron con los sharks, pero Ximena no estaba muy contenta.

Insistieron en que Patricia cierre el trato con el 33% y no el 40%. La ‘tiburona’, con una paciencia infinita, sugirió los 250 mil pesos por el 40% de participación para posteriormente diluir el porcentaje en el 33.3% al recuperar su inversión.

A duras penas, Wrap It aceptó el trato y Patricia tuvo que animar a las chicas a confiar en la nueva sociedad. Increíble.

4 Salsa La Perrona

Luis Naranjo, o Wicho (como él mismo se presentó), es un joven ingeniero industrial que nació en una familia de restauranteros. En el restaurante de su familia en Tijuana, la salsa de chile chiltepín fue un éxito entre los comensales y por ello, decidió crear su negocio.

Así nació La Perrona, una salsa sin colorantes y natural. Su creador promete poca competencia y un precio muy ‘perrón’. Es por eso que pidió 3 millones de pesos, por un 20% de la compañía.

Esta inversión se destinaría para comprar maquinaria, aumentar la producción, comprar insumos y en una estrategia de comercialización. Además, Wicho comentó que tienen pedidos de los Estados Unidos, pero que para ello deben aumentar el volumen de producción a 150.000 salsas semanales.

Lo que preocupó mucho a los sharks fue la enorme valuación de Luis. Les tomaría bastante tiempo recuperar la inversión. Después de probar las salsas (y una enchilada de Arturo de por medio) llegó la hora de negociar este pedido.

Arturo decidió hacer una oferta: 1 millón de pesos por el 30% de participación, con un préstamo de 2 millones de pesos si salen los pedidos de Estados Unidos.

Para Wicho, su valuación es justa y no estaba tan de acuerdo con esta propuesta. Es ahí cuando el Tío Carlos dijo: “Yo tengo una oferta más perrona: 1 millón de capital con 2 millones como crédito, pero por el 25% de la compañía” y cuando notó que Luis dudaba, agregó: “¡Por el 20%!”.

Rodrigo también ofertó, aunque lo suyo fue mucho más agresivo. Ofreció 3 millones de pesos por el 50% menos una acción. Defendió su oferta diciendo que no endeudaría a La Perrona y que Wicho tendría completo control de su empresa.

Posteriormente, Jorge quedó fuera.

Al emprendedor de La Perrona no le pareció el hecho de quedar con un crédito de por medio (es decir, terminar debiendo dinero) con respecto a las ofertas de Carlos y Rodrigo, e insiste que su producto vale más. Es por eso que insistió con los 3 millones pesos, pero por el 30% de la empresa. Para Wicho, todo pasaba por tener capital y no crédito.

Segundos después, Rodrigo quedó fuera al decir que la salsa le estaba empezando a caer mal (aunque estoy segura que más bien le estaba cayendo mal la propia negociación).

Increíble, los tiburones luchaban por negociar con el emprendedor, ya que Arturo volvió a ofrecer a Luis un trato con Carlos por el 30% con 2 millones de pesos de capital y 1 millón de pesos en crédito.

Luis defendió su valuación y pidió bajar el porcentaje al 25%. Carlos y Arturo no aceptaron.

La negociación fue durísima, y Wicho no dio el brazo a torcer. Se retiró del set sin un trato. Algo que hasta ahora no lo puedo creer, debido a la cantidad de opciones que los propios tiburones decidieron plantear al emprendedor.

La lección de este episodio fue clara: No temas en ceder una parte de tu empresa por el porcentaje. Finalmente, el socio mayorista siempre es el emprendedor, y además se llevan a sus proyectos el enorme expertise de las mentes más importantes a nivel negocios de Latinoamérica.

Finalmente es como expresó Leonardo de Exponential Motor Company: Más que el dinero, el valor está en los tiburones.

¿Qué dicen ustedes? 

¿Serían capaces de dejar ir un importante porcentaje de sus empresas con tal de tener como socios a los empresarios más exitosos del continente? 😉

Ahí les dejo la reflexión… ¡Hasta la semana que viene!

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