Falling

Otra semana, otro episodio de Sharp Objects en el que los personajes más vulnerables de Wind Gap son los que terminan pagando por las acciones de aquellos que tienen el poder. En “Falling”, Vickery por fin encuentra a su asesino mientras Willis hace un descubrimiento que cambia la vida de Camille en un instante.

Pero antes de llegar a ese punto, “Falling” inicia con Adora intentando cuidar de Camille después de la noche de fiesta que tuvo lugar en “Cherry“. Esta actitud por parte de Adora es completamente extraña y nosotros no somos los únicos en pensarlo, ya que Camille rechaza de inmediato los cuidados que su madre le ofrece. No obstante, Amma no tiene la misma libertad que Camille y ella sí tiene que someterse a las necesidades de Adora, quien le suministra un misterioso líquido que parece enfermarla más cada vez que lo toma. Por su parte, Adora parece una experta en lo que respecta a medicina alternativa y a la preparación de brebajes medicinales caseros. O al menos esto es lo que Alan Crellin sugiere con su reacción cuando ve a su esposa preparando estos remedios y prefiere quedarse callado para refugiarse en su música.

Tras levantarse de la cama, Camille va en busca de John Keene, a quien encuentra en un bar en lo que suponemos es la zona más marginada de Wind Gap. Ahí, Camille le pide a John que niegue las acusaciones en su contra, pero antes de hacerlo, el chico tarda en bajar sus defensas.

“El problema es que lloré demasiado“, dice él. “Eres un hombre, los hombres no deberían tener ese tipo de sentimientos“, le responde sarcásticamente Camille. Este intercambio los lleva a tener una plática en la que John por fin niega ser el asesino de su hermana y Ann Nash pero en la que también admite que está cansado de todo y le da igual si lo encuentran culpable o no. Después de su conversación, John y Camille se dirigen a un motel donde terminan teniendo sexo, acto que sirve como único recurso para aliviar el dolor que ambos sienten por sus pérdidas y que saben nunca podrán aliviar de otra forma.

Mientras tanto, Richard se dedica a investigar la muerte de Marian Crellin, lo cual lo lleva a descubrir una serie de irregularidades en el diagnóstico y el tratamiento de la hermana de Camille. En su entrevista con una de las enfermeras encargadas del caso, ésta le revela que Adora sufre de una enfermedad mental conocida como Münchhausen por poder, síndrome que la obliga a enfermar a otra persona con el fin de ser ella quien la cuida y la “salve”. Lo anterior sugiere que a Adora se le pasaron las gotitas alternativas con su hija hasta el punto en el que la mató. Lo más curioso de toda la situación es que varias personas parecen estar al tanto de las acciones de la matriarca Preaker, entre ellas el jefe de policía Vickery y la antigua mejor amiga de Adora, Jackie O’Neill. Y aunque Jackie trató de investigar el caso más a fondo, nadie tuvo el valor de hacer nada en su momento. ¿Es demasiado tarde ahora?

La investigación de Richard se queda en pausa cuando Vickery le envía un mensaje y le pide apoyo con un “20” (número que en realidad se refiere a la captura de John Keene). Es en este operativo que Richard Willis descubre que Camille ha pasado la tarde con John Keene y la ofende hasta el grado de llamarla “borracha” y “zorra”. Si hay algo que redime a este detective es que al menos le dejó a Camille toda la carpeta con la investigación que había llevado a cabo sobre Marian. De ahí en fuera, podemos decir que el detective Willis es todo un patán.

Tras leer toda la información que Richard recopiló, Camille enfrenta a Jackie O’Neill, quien le demuestra que no es tan difícil someterse a la influencia de alguien más. “¿Por qué aceptas todas las bebidas que te preparo a pesar de que saben horrible?“, le pregunta Jackie a Camille cuando la reportera le recuerda la muerte de Marian. Sin embargo, Camille no tiene una respuesta para su pregunta. “Porque es más fácil decir que sí. Cada vez se vuelve más fácil. Marian lo sabía“, finaliza Jackie, casi asegurándole a Camille que, efectivamente, Marian murió por culpa de Adora.

“¿Y no hiciste absolutamente nada?“, le pregunta Camille desesperada. “¿Qué iba a hacer y quién iba a creerme? ¡Hice todo lo que pude!“, le responde Jackie un tanto subida de copas. Y aunque Camille no puede verlo en este momento, Jackie está diciendo la verdad: ella hizo todo lo que estuvo a su alcance y aunque ahora es demasiado tarde, fue su investigación la que le hizo sospechar a Richard que algo andaba mal con la muerte de Marian y lo que ocasionó que toda esta información saliera a la luz años después.

Al final del capítulo, Camille recibe la llamada de su editor y éste le ruega que vaya a casa. Pero Camille tiene otros planes y esta vez no tiene la intención de huir, sino de enfrentar sus problemas –y a su madre– tan pronto como sea posible.

“Es tu momento de probar que no estás muerta, Camille“.