Este es un capítulo especial ya que se centra en cómo se ve todo desde uno de los personajes más importantes y eternos de la serie: la Chevy Impala 67. Todos los ángulos desde donde se ve son dentro del auto o lo que se ve desde dentro del Impala negro. En la review de “Hasta ahora” nos muestran el origen del Impala 67 y como este llego a la vida de los Winchester recordando cada momento vivido sobre él.
Pero luego de lo tierno, el capítulo está pensado en un flashback . ¿Cómo? Sí, porque la primera imagen es el auto con los vidrios rotos, ensangrentado y Dean esposado inconsciente… pero ¡calma!, volvemos 48 hs. atrás para saber qué es lo que ocurrió.
Mientras ambos hermanos se encuentran limpiando el auto, una vez más, y hablan de que no obtienen información ni de la oscuridad ni de Metatrón, están de manos atadas así que deciden marchar a Oregon donde varias muertes extrañas ocurren, un “caso fácil” en propias palabras del mayor Winchester.
En medio de camino deciden parar en Road House, lugar donde finalmente Sam obtiene una conquista que descubre Dean al subir al coche a la mañana siguiente. Luego de eso siguen camino.
Un momento divertido es cuando Dean burlando a su hermano comienza a cantarle la canción de Bob Seger & The Silver Bullet Band “Night moves” y ambos terminan cantando en la ruta mientras viajan en el Impala 67.
Uno de los eventos más importantes del capítulo, que se relaciona con el eje central de esta temporada, es una visión (todavía ni Sammy sabe si llamarla así) donde la versión joven de su padre, John, aparece manejando el auto.
Lo más destacable de la charla es el mensaje que él viene a traerle “La oscuridad está llegando y solo ustedes pueden detenerla” sin que Sam entienda mucho termina con “Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos”
Sam despierta y le cuenta a su hermano de esta visión y las que ya tuvo en el hospital, confesándole que él cree que las envía Dios ya que comenzaron cuando él fue a la capilla a pedirle ayuda después de ser infectado. Lo que lleva que finalmente le cuente a su hermano que estaba infectado pero ya logró curarse.
Retomando el caso por el que fueron a Oregon y con el apoyo telefónico de Castiel, que descubre lo que es Netflix (hay unas referencias graciosas a otras series como Orange is The New Black), les informa que a lo que se enfrentan son Nachzebrer, una mezcla de Ghoul y Vampiro.
Estos monstruos, por más que se les corte la cabeza, no mueren ya que están muertos y la única manera de acabar con ellos es recordarles que mueren. ¿Cómo? Al introducirles en sus bocas un óvalo o moneda de cobre que los antiguos colocaban a los muertos sobre ojos y boca para ayudarlos a cruzar al otro lado. Pero la moneda debió haber sido acuñada antes de 1982 ya que a partir de ese momento no son de cobre puro.
También les dice que si matan al creador del grupo cada convertido vuelve a su condición humana.
En este momento es cuando retomamos el punto de partida del capítulo ya que Dean quedó inconsciente luego de ser atacado por una de estas criaturas que por supuesto logran derrotar.
Pero el capítulo termina con una gran declaración de amor al Impala 67 negro, ya que deciden volver a casa para que Castiel los cure, pero antes Sam golpea el capó y dice “Ya estamos en casa”.
Un capítulo que poco tiene que ver con la oscuridad y la historia central pero un gran homenaje a este actor silencioso que siempre está ahí desde el momento cero.