Los Winchester intentan que la ciudad siga clama mientras piensan un plan para poder acabar con los fantasmas. Dentro de todos eso se encuentra Jack el Destripador quien pareciera ser uno de los líderes. No solo atacan a los ciudadanos que desafían el aislamiento sino que saben que la protección se está debilitando.
Rowena se hace presente y será encargada de realizar el atrapa almas, así lo bautiza Dean, para intentar acabar con ellos. También veremos llegar a Ketch que fue enviado a asesinar a Belphegor por Ardat, otro demonio.
Él decide no cumplir esa misión y ponerse al servicio de los Winchester para intentar derrotar a los espíritus. La misión parece difícil y realmente el hechizo que realizaron se está debilitando pero contarán con la ayuda de alguien más, y es Kevin Tran.
Descubriendo que fue Dios (Chuck) quien lo sacó del cielo para llevarlo al infierno, y por más que Dean y Sam lo intenten no podrán hacerlo volver. Respecto a los espíritus idean un plan pero no sale tan bien, además que Kevin decide vagar por la tierra antes de volver al infierno. Aunque finalmente el atrapa almas logra funcionar, pero siguen llegando más y más almas.
Por otra parte debemos destacar como Rowena y Ketch estuvieron gran parte del episodio coqueteando, algo que realmente nos hizo divertir. Nos encanta ver a Rowena coqueteando. También tendremos un momento emotivo y de tensión entre Dean y Castiel. El mayor de los Winchester está realmente enfadado y frustrado porque creer que nada de su vida es real, Castiel está enojado pero tiene algo bien en claro: ellos sí fueron reales.
Además algo muy importante es que Dios fue a ver a la Oscuridad, sí, volvemos a ver a Amara quien ha cambiado completamente y no quiere dejar la tierra. Lo importante de esta reunión, más allá de ver que la tensión entre estos hermanos sigue viva, es que la herida de bala no solo afecta a Sam. Chuck también está sufriendo la herida de bala y no posee por completo sus poderes.