Los Winchester junto a Castiel, Rowena y Belphegor van a intentar un nuevo plan para poder volver a encerrar todas las almas al infierno nuevamente. Para esto, Rowena realiza un primer hechizo pero esto solo logra que ella pueda sentir a todos los espíritus su rabia, su ira. Ella está convencida que todos van a morir.
Sam y Dean intentan pensar un nuevo plan, y aquí Belphegor les presenta su idea. Deberán bajar al infierno a buscar el cayado de Lilith, una especie de cuerno que al sonar atrae todas las almas del infierno. Al mismo tiempo Rowena propone hacer un conjuro de su autoría que supone servirá para poder cerrar la grieta que Chuck abrió del infierno.
El problema es que este es un plan arriesgado, así que deben dividirse. Sam se quedara junto a ella para poder realizar el hechizo, Belphegor será acompañado por Castiel (obligado por Dean) a bajar al infierno por el cayado. Y Dean será el encargado de lanzar la bolsa con el conjuro a la grieta.
Tendremos una primera muerte en este final de Supernatural, Ketch es atacado por Ardat ya que no cumplió su trabajo con Belphegor. Lo que nos emocionó de esto es que él perdió la vida por no delatar a los Winchester.
Mientras Rowena y Sam comienzan el hechizo, Castiel se encuentra en el infierno con Belphegor. Son atacados por Ardat quien alerta al ángel sobre los planes del demonio. Ardat muere y Belphegor obtiene el cayado haciendo que todas las almas comienzan a ingresar en él. En ese momento admite a que Cas su plan, volverse el ser más poderoso del mundo.
Desde afuera parece que funciona el hechizo Castiel acaba con Belphegor y con él destruye el cuerpo de Jack. Al darse cuenta que esto no está funcionando Rowena tiene otra idea. Recordemos que hace algún tiempo Dean le confesó que en todas las formas que ella moría era Sam quien la asesinó.
Así que ella decide confiar en esas profecías, que es lo único en lo que cree, y le pide a Sam que la acuchille. Ella es el ingrediente para este hechizo que llevara todas las almas al infierno. Realmente es otro gran momento muy emocionante ya que Sam quiere encontrar otra manera pero Rowena no lo deja. Ella, tal como lo hizo su hijo Crowley, se sacrifica para ayudar a los Winchester e intentar salvar el mundo.
Un momento cargado de emoción sobre todo porque el plan realmente funcionó. Aunque Sam carga con una gran culpa, los conflictos claros están entre Dean y Castiel. A pesar que el ángel le explica el plan de Belphegor, Dean está enojado ya no confía ni cree en su criterio. Castiel lo sabe y entiende que es muy difícil que haya una vuelta atrás por eso decide seguir adelante, lejos de Sam y Dean.