Después de que el primer episodio de The Deuce nos introdujo a la historia y a cada uno de sus personajes principales, este segundo episodio comienza con una redada que se esta dando en las calles de Nueva York para limpiar la ciudad de prostitutas y borrachos. Con ese problema encima las mujeres de la calle comienzan a pensar en alternativas para alejarse de esa vida y seguir teniendo ganancias. Entre plática surge la cuestión de la películas pornográficas, de la cual Candy no ha participado y además sabe que no es justo el pago por hacerlo.
Por otro lado vemos a Vincent haciendo nuevos negocios con un hombre llamado Rudy Pipilo, y aunque al principio no sabemos de quien se trata, entendemos que si la conexión para llegar a él es a través del cobrador de Franklin seguro es alguien que se mueve en el mundo de la mafia. El trato consiste en lavar dinero a través del cuñado de Vin y Frank, de nombre Bobbby. Pero el trato se extiende y Rudy ve en Vin, no sólo un buen trabajador, también ve a un aliado y emprendedor que le podría redituar mucho dinero.
C.C. sigue tratando con mucho cariño a Lori quien parece se ha convertido en su nueva chica favorita, su buen desempeño la han puesto en un lugar privilegiado y él le promete que mientras ella obedezca todo correrá de maravilla. Mientras tanto, Darlene tiene que enfrentarse a Larry después de enterarse que la película erótica que hizo sólo para él está siendo distribuida y ella no quiere que eso siga, esto nos deja ver que Darlene está cansada de ser la chica que vende su cuerpo por dinero, ella busca más pues está habida de conocimiento.
Parece que la industria porno persigue a Candy, ya que una compañera le ofrece tomar su lugar en una filmación. Aunque ella no está segura, acepta al final. Al acudir a la sesión de filmación queda muy intrigada por el proceso creativo del material y no para de observar con detalle todo su alrededor. Al finalizar la sesión sigue preguntando las dudas que tiene y antes de salir de ahí roba una película para saber como es la versión final del trabajo.
El momento cumbre del episodio sin duda fue la actitud de C.C., ya que nos revela mucho de lo que es, sólo un maldito que busca su interés económico y que todo lo dicho a Lori sólo es habladuría. Cuando ve que ella es detenida por un supuesto policía, no duda en defender a su chica y salvarla del peligro, pero esta demostración hace que ella vea al verdadero C.C. y su fuerza imparable contra alguien que busque hacerle algún daño.