Las preguntas que transcurrieron constantemente durante el episodio 6 fueron: ¿Quién es verdaderamente Naz?. Además de las evidentes, ¿quién asesinó a Andrea? y ¿es Naz, el chico hasta ahora bueno, capaz de asesinar y mentir descaradamente?.
Stone, el favorito de todos, acude a una técnica milenaria y poco ortodoxa; medicina tradicional china para librarse de su eczema y vaya que lo logró! por un momento y teniendo en cuenta el ambiente de ensoñación y la música italiana, pensamos que todo hacía parte del objetivo máximo del abogado; librarse de la maldita enfermedad. Fue un gran triunfo verlo acariciar sus pies sanos y usar unos lindos zapatos nuevos. Luego lucirse frente a sus boquiabiertos compañeros del grupo de terapia e incluso alardear que también mejoró su problema de impotencia.
Pasando a nuestro ¿amigo? Naz, quien en los últimos episodios ha desarrollado su personaje sin necesidad de transitar una temporada entera, nos damos cuenta de varias cosas: su camino empezó siendo el chico bueno, estudioso, tutor de basquetbolistas y que fue injustamente acusado. Luego, a medida que hemos transitado los detalles de la fatídica noche, junto a detalles de su vida fuera y dentro de la cárcel, nos cuestionamos mucho sobre la veracidad de su historia. Actualmente nos cuestionamos profundamente si efectivamente Nasir no es un frio y calculador asesino.
Además del corte pelo, el chico le sumó dos tatuajes carceleros a su apariencia. La idea de poner algo más de carne a sus huesos ha dado fruto y ya no luce como ingresó a prisión; atrás quedó el chico escuálido de los primeros episodios. Además de esto; finalmente sucumbe a las drogas y juega con el poder otorgado por Félix y se va creando una imagen fuerte y respetable entre los otros reclusos.
El episodio también mostró la otra cara de esta situación; sus padres debieron incursionar en ocupaciones distintas a las anteriores y su hermano sigue siendo un chico rebelde. La tragedia no es solo de Naz, ha arrasado a todo su núcleo y lo único que esperamos es que de verdad no sea culpable.
El perfil de Facebook del chico Khan lleva a un amigo, un chico llamado Amir quien le comentaba que le debía un favor. Sumado a esto se agrega el comentario de su anterior entrenador, quien dejó en claro que Nasir no siempre fue el chico callado y dulce que se nos fue presentado; tuvo un episodio problémico a partir de bullying de sus compañeros y por eso fue trasladado a otra escuela.
Este no fue el único nuevo personaje que nos da esperanzas de la inocencia de Nasir. Chandra, la abogada, visita a un horripilante y misógino sepulturero, el mismo que apareció en la escena de la gasolinería con Naz y Andrea, además, de uno de los siempre sospechosos y ya lo hemos reiterado en varias oportunidades, el padrastro de Andrea, quien silente y raro como siempre estuvo presente en el juicio.
El único al que le parece sospechoso el tema de una casa enorme y bien ubicada a nombre de una chica fiestera y con problemas de abuso de drogas es obviamente Stone. Quien rastrea la propiedad y llega al asesor financiero de Andrea, el mismo que discutía el día del funeral con su padrastro.
Bien, el asesor menciona todos los detalles que sospechábamos: caza fortunas, interesado en mujeres mayores que él y con propiedades o dinero. Andrea se rehusó a hacerle partícipe de la mitad de lo heredado por la muerte de su madre y detalle no menor, “bajo mi cadáver” sale como frase expresada por la chica. Si hasta el momento Naz no tenía nada a favor en su juicio, puede que todo cambie si Stone sigue hurgando los lugares más incómodos y enterándose detalles que la defensa y la propia Chandra pasan por alto.