Luego que Jadis tomara como prisionero a Rick y lo encerrara la lider del grupo hace que nuestro protagonista se gane su libertad y respeto al hacerlo luchar contra un nuevo caminante gladiador. Rick, sin mucho sacrificio logra vencerlo y lo decapita. Luego de hacerlo vuelve a preguntarle a Jadis si ahora si esta dispuesta a unirse en su lucha contra Negan. La mujer convencida por lo que acaba de ver se compromete a ser parte de la lucha con la gente de Rick.
Daryl encabeza el ataque al Santuario
Luego de la gran entrada que hizo Daryl en el episodio anterior (tal vez una de las pocas cosas interesantes que pasaron) el se decide a iniciar el ataque al Santuario. Rosita, algo afectada por la muerte de Sasha, decide no ser parte de la ofensiva y se separa del grupo. Pero el resto continúa con el plan de atacar el lugar donde Negan está acorralado. Tara y Morgan se ocupan de ocupar la posición de francotiradores la vez que Daryl estrella el camión de basura en el Santuario, lo que hace que los walkers comienzan a infiltrarse dentro del edificio.
Mientras el Santuario es invadido por walkers Gabriel (gravemente enfermo) tiene una charla con Eugene tratando que recapacite y ayude a la gente de Rick. Sin embargo Eugene parece no tener ningun interes en nadie que no sea el mismo (y recordando toda su historia esto no debe sorprendernos en lo más mínimo).
El plan de Rick arruinado
Casi con la misma suerte que los guionistas de esta temporada Rick llega al Santuario y no encuentra ni a los francotiradores ni a los walkers que rodeaban el lugar, la imagen de control que quería mostrarle a Jadis se esfuma por completo. Los walkers en su gran mayoría se han ido ………la gran incognita es porque los zombies se han ido y la respuesta es un nombre : Eugene.
El traidor por definición creo un artefacto que uniendo una cometa con un Ipod logró que los walkers se fueran del lugar detrás del sonido del reproductor de audio. Si bien en un primer intento pareció no funcionar aparentemente ha sido perfeccionado . Mas que nunca recordamos aquel golpe que le propinaron justamente y deseamos que nunca se hubiera recuperado del mismo. Una vez traidor, siempre traidor.