Llegó el último episodio de la segunda temporada de This Is Us y pues afortunadamente no nos dejó con un nudo en la garganta, aunque sí lloramos. Lo único malo es que nos dejó con muchas intrigas sobre lo que va a pasar a futuro, y no hablo sólo de la tercera temporada, también del futuro lejano de los personajes.¡Comencemos!
Vaya locura comenzar con una boda que no es la de Kate y Toby, sino la de Rebecca y Jack quienes van a celebrar sus 40 años de matrimonio. Pero, ¿cómo llegamos aquí si ya vimos a Jack morir? Más adelante nos enteramos que todo es parte de un sueño de Kate.
A partir de esta extraña alucinación de la chica Pearson ella nos llevará a través de los percances que puede tener una boda, aún si Randall es uno de los organizadores. Pero como él y Kevin no pueden controlar todo, era obvio que algo importante iba a faltar y para Kate eso es la playera de su padre la cual iba a usar como ese objeto viejo.
Aunque buscan los tres de tener todo controlado, la situación se les sale un poco de las manos cuando le avisan a Toby, quien se preocupa, pero a la vez tiene que seguir lidiando con la llegada de sus padres. Todo avanza y la solución parece haber llegado al día siguiente, a horas de la boda. Kate se escapa para buscar una vieja tradición y sustituir de esa forma la falta de su objeto viejo.
Su partida preocupa a todos al no saber dónde está y el miedo por una posible cancelación comienza a rodar en la cabeza de todos. Pero no, Kate logra comunicarse con Rebecca para tranquilizarla de todo y no duda en comentarle de una inquietud en torno a su boda. Es en este punto donde Kate siente duda de que le dicta su sueño y la falta de presencia de Toby en él, ¿acaso no debería casarse?
Conociendo a This Is Us no dudamos que está hubiese sido el camino correcto para destrozarnos, pero se aguantaron el hacernos daño y sólo vimos un momento maduro donde Kate deja ir las cenizas de su padre como símbolo de romper la codependencia que tenía hacia ellas.
El gran momento del episodio final se produce minutos antes de la boda donde Rebecca le pide disculpas a Kate y es ella quien termina disculpándose con su madre, a quién le dice ella no tiene nada que ver con sus problemas, pues siempre trató de imitarla en todo. Diciéndole que no interfiere en su propio camino, al contrario es ella el camino a seguir.
Todo ese final y esa búsqueda de los hermanos nos lleva al gran momento donde vemos a Kate y Toby casándose, y siendo… ¿felices para siempre? Aquí es donde todo se pone extraño, ya que cada uno de los momentos finales nos remiten hacia momentos pasados dentro del mismo episodio y hacia donde podría girar la serie en el futuro.
En primera vemos a Déjà molesta por el rechazo de su madre y después de un cumplido que recibe, el cual es comparada físicamente con Randall, ella estalla y busca hacerle daño a su familia de acogida. Todo ello parece que Beth tendrá que ser quien cargue con todo, pues la escena del futuro nos hace creer que la mamá de Tess y Annie cargue con las consecuencias advertidas.
Kevin se enfrenta a la recuperación y su brindis cosecha una nueva conquista no planeada, la prima de Beth, la misma que parece ayudó a Déjà.Su nueva relación lo lleva en una posible búsqueda del hermano perdido de Jack, bueno, al menos de sus restos.
Y para el nuevo matrimonio las cosas no pintan muy bien a futuro. Podría parecer que ese sueño premonitorio de Kate tenía mucho que decir, al igual que los padres de Toby. Puede ser que la codependencia que tienen uno del otro llegue a un punto de hartazgo y la relación termine.
En balance el final fue más tranquilo de lo que esperábamos y sin duda nos dejó muchas puertas abiertas hacia el futuro, estamos parados ante lo incierto y lo mejor es que de esta forma This Is Us marca una evolución.