Episodio 13

Trece semanas de competencia, con un ritmo impresionante y una presión increíble. Top Chef México puso a prueba a sus participantes al extremo, Chefs profesionales que se dieron cuenta que hay mucho más allá de las increíbles cocinas donde trabajan todos los días creando platillos maravillosos.

Este recorrido fue ‘achicando’ la lista de competidores, que iniciaron siendo quince, por lo que los dos finalistas tuvieron que pasar por muchos retos, mucha presión y muchísimas emociones.

Después de visitar las ruinas de Tulum y de asistir a una noche muy especial dentro del complejo Vidanta de la Riviera Maya, donde pudieron disfrutar del show Joyà del Cirque du Soleil, que forma parte de las experiencias del resort.

Los Chefs quedaron fascinados, y menos mal, porque Joyà sería la base del último gran reto de esta temporada.

La bellísima host Ana Claudia Talancón recibió a Ix-Chel Ornelas y Gabriel Rodríguez, nuestros grandes finalistas de esta temporada.

Ambos son muy amigos y se llevan muy bien, pero son completos opuestos: Ix-Chel es nacionalista, apuesta por la cocina mexicana como base y sobre todo, la cocina oaxaqueña; Gabriel es vanguardista, se juega más por la cocina con base europea y no teme a experimentar.

Ana Claudia finalmente les informó sobre la dinámica en esta final: Ambos Chefs debían cocinar para 200 personas, por lo que cada uno debía cocinar cada uno 100 menús de tres tiempos… ¡Un banquete!

Pero antes de alistar su menú e ir preparando los platillos, hubo un genial detalle: Los finalistas pasaron por una subasta, donde el banco auspiciante del programa les regaló 50.000 pesos, para así poder así adquirir ciertas proteínas e ingredientes de la más alta calidad.

Gabriel e Ix-Chel gastaron su dinero y hasta pelearon por algunos productos, en un divertido momento dentro de tanta presión y nervios.

Pero la subasta no fue la única sorpresa. Ana Claudia presentó a la eminencia que formaría parte del gran jurado de esta final: El Chef René Redzepi, propietario del prestigioso Noma de Copenhague y dueño de dos estrellas Michelin, además de que Noma fue catalogada por la revista Restaurant como el mejor restaurante del mundo en 2010, 2011, 2012 y 2014.

De ahí, los Chefs fueron a la cocina. Tuvieron a su cargo a parte del equipo culinario de Vidanta, los cuales serían de ayuda para poder preparar y emplatar los 100 menús correspondientes.

Es ahí donde pudimos ver la verdadera personalidad de Ix-Chel y Gabriel, que tuvieron que ser los líderes de la cocina y supervisar de manera severa y dura a sus subordinados. Y claro, ¡Se estaban jugando el título de Top Chef!

Después de muchísima presión, llegó la hora de presentar los platillos.

Como primer plato, Ix-Chel presentó una ensalada de frutos de la tierra, tamal de hoja santa y puré de aceituna. Gabriel, por su parte, se inspiró en la atmósfera de Joyà para crear un tartar de atún con salsa de soja, jamaica, jengibre, gelée de dashi y una ensalada fresca de hierbas.

Los jueces destacaron el hecho de Ix-Chel pudo salir de su zona de confort con este primer plato.

Ahora, el plato fuerte.

Gabriel presentó una picaña marinada en recado negro, camote con recado blanco, puré de plátano y ensalada fresca de chaya. Ix-Chel fue mucho más fiel a su esencia y preparó un dip de verduras asadas, esquite de cilantro y maíz con crujiente de parmigiano reggiano.

Aquí, los jueces destacaron el hecho de que Gabriel se inspiró al 100% en Joyà, el show que fue el eje central de esta final, mientras que Ix-Chel no pudo captar esa esencia. Ambos platos fueron del deleite de los comensales.

Por último y para el postre, Ix-Chel ya había deleitado a René Redzepi con una probadita de su helado de pipián. El resultado final fue un pastel de ante con marquesote, gelatina de guayaba con crema pastelera de vainilla y helado de pipián. Gabriel optó por unas rocas heladas de licor de xtabentún, espuma de parmigiano reggiano y cremoso de chocolate con chile xcatic.

En este caso, los dos postres fueron un deleite. René quedó sorprendido por la propuesta de Ix-Chel aunque dijo que con el mero helado de pipián ya bastaba.

Tanto Ix-Chel como Gabriel se presentaron en el escenario principal de Joyà con una espectacular entrada. Ambos se presentaron como dignos y muy respetados finalistas y el ambiente fue más que emocionante.

Además, Ix-Chel derramó lágrimas de emoción al ver entre los asistentes a sus trillizos, el gran motor de su vida. Gabriel no pudo creer que su papá estaba entre los presentes, ya que siempre subestimó la elección de su hijo al decirse ser Chef.

Fue, como siempre, una dura decisión.

Ix-Chel y Gabriel son polos puestos. Ella es una artesana de la cocina que respeta y admira los ingredientes de la tierra, trabaja con la esencia de Oaxaca y sus tradiciones. Él, por su parte, es un artista que se inspira en los ingredientes europeos y en la cocina de vanguardia, sin temor a romper cualquier tipo de tradición.

Y después de muchos desafíos, de risas y lágrimas, de encuentros y desencuentros y de muchísimos errores y aciertos, finalmente conocimos el nombre del segundo Top Chef de México que grabaría su nombre en el libro sagrado culinario…

El chico de la Ciudad de México que comenzó lavando lozas en Pujol, encontró en el Chef Enrique Olvera su primera oportunidad de ser cocinero en el local. Hoy, es la mano derecha del Chef Eduardo García en la cocina del restaurante Máximo Bistrot de la Colonia Roma de la CDMX, y por supuesto, el ganador de la segunda temporada de Top Chef México.

Y más allá del millón pesos, el verdadero premio para Gabriel fue el abrazo de su padre, su manera de demostrar orgullo por su hijo y de al mismo tiempo pedir perdón por dudar del enorme talento de su hijo.

¡Hasta la cocina SIEMPRE, Gabriel!

Y hasta la próxima temporada de Top Chef México, porque sí, necesito vivir más emociones como las que disfruté gracias a esta propuesta de Canal Sony.