El tiempo lo dirá versa el título de este episodio y realmente se ajusta al tópico de esta septima entrega, donde vemos a Christopher despertarse cada dos decadas para verificar el estado de la humanidad.
En este flashback tomamos conciencia de el primer contacto que Christopher tuvo con un abbie en su forma inicial, la cual por mucho que nos aterre es muy similar a la nuestra. El abbie original solo muestra una tez un poco grisacea y las manos algo deformes, pero fuera de eso nada nos diferencia. Y tal vez eso sea lo mas aterrador que vamos a descubrir: de alguna forma con el paso del tiempo el homo sapiens se convirtió en un abbie, perdiendo todo signo de humanidad.
Mientras tanto en el presente Yeslin comienza a estudiar a la hembra de los abbies que permanece en cautiverio y logra importantes avances, hasta llegar al extremo tal de intentar meterse en la celda de otro abbie para que de esta forma la hembra trate de salvarlo en caso de haberse generado un lazo de empatía. Y asi sucede, pero Jason al ver los avances logrados por Yeslin se descontrola dando muerte a todas las abbies encerradas, salvo a la hembra.
La tensión logra bajar y Yeslin seriamente le propone a Jason que modifique su postura al respesto de la esencia de los abbies y a su táctica para enfrentarlos. Mientras tanto Megan se ha quedado sola en el laboratorio con la única sobreviviente en cautiverio de los abbies, mientras trabaja empieza a sentir una gran debilidad física ……
La abbie sobreviviente abrió su jaula (luego de memorizar la secuencia utilizada para abrir por parte del Dr. Yeslin) y tomó un bisturí cortando el talón de Megan y desangrándola. No sabemos si sobrevivirá (y francamente tampoco nos importa demasiado), pero si sabemos que los abbies son nuestro futuro y nos estan vigilando.
