5 series para debatir sobre el mundo de la prostitución
Dentro del movimiento feminista, uno de los temas que más genera divisiones es el que concierne a la prostitución como elección libre y autónoma de la mujer. Existen diferentes posturas al respecto: el abolicionismo, el prohibicionismo y el reglamentarismo. Mientras que para las llamadas “abolicionistas” la mercantilización del sexo debe desaparecer ya que se trata de la forma más antigua de explotación patriarcal,para otras la prostitución es considerado un trabajo sexual y por ende debe ser reglamentada por el Estado para que quienes lo ejerzan cuenten con los mismos derechos que cualquier trabajador y dejen de ser criminalizadas y estigmatizadas.
En los últimos años, las ficciones televisivas se han animado a contar historias sobre la prostitución en donde la mujer ya no es presentada solo como una víctima de una situación socioeconómica vulnerable o una esclava de las redes de trata, sino que elige realizar esta actividad entre otras alternativas.
En esta nota, te proponemos distintas series para reflexionar acerca de esta cuestión altamente controversial.
1 Harlots
Harlotses un drama escrito, producido y dirigido por mujeres que narra las vivencias de un grupo de prostitutas en el Londres del mediados del siglo XVIII. La historia sigue los pasos de Margaret Wells (Samantha Morton), una propietaria de un popular burdel que compite contra la refinada proxeneta Lydia Quigley (Lesley Manville) por el control del negocio de la prostitución.Margaret además tiene dos hijas: Charlotte (Jessica Brown Findlay), una codiciada cortesana que ha sido vendida a un político de la ciudad, y la pequeña Lucy (Eloise Smyth), que espera subastar su virginidad al mejor postor. Ambas se niegan a convertirse en propiedad de un hombre y luchan por su independencia económica.
El guion se encuentra inspirado en Harris’s List of Covent Garden Ladies, una publicación anual que circuló entre 1757 y 1795 en donde se detallaban los nombres, las características y especialidades sexuales de las prostitutas londinenses.
A pesar de estar situada casi un siglo antes del ascenso de la reina Victoria, la serie retrata magníficamente aquella hipócrita sociedad en donde se calcula que una de cada cinco mujeres se ganaba la vida a cambio de la comercialización de su cuerpo. La doble moral de la época consistía en mantener un discurso conservador y restrictivo del sexo mientras que en los barrios proliferaban los burdeles y tanto el adulterio como las relaciones homosexuales y la pedofilia eran moneda corriente entre las clases más poderosas.
En un contexto en el que el dinero era manejado exclusivamente por hombres y las mujeres perdían todo derecho a sus bienes familiares una vez firmado el contrato de matrimonio, la prostitución se manifestaba como una vía de empoderamiento femenino. La serie se encarga también de mostrar los peligros a los que las prostitutas se enfrentaban a diario, como las enfermedades, la persecución policial y religiosa y la violencia propagada por los clientes.
Harlots representa una visión moderna y realista sobre el oficio más viejo del mundo. Una historia que como bien recalcó en su momento la productora Alison Owen: está contada a través de la mirada de las mujeres y no con la mirada puesta en ellas. Lo importante es cómo ven el mundo y no cómo son vistas por los hombres.
Ambientada en los años ’70 en Nueva York, la serie narra los orígenes de la industria del porno en Times Square, una zona conocida como el Deucedonde además de los variados espectáculos culturales prima la delincuencia, el tráfico de drogas y la prostitución. Allí las mujeres trabajan regentadas por chulos, proxenetas que se visten como hombres de negocios y detentan el control de las inhóspitas calles. También es el lugar donde trabajadores como Vinnie (James Franco) deben ganarse la vida con dos empleos para mantener a sus hijos y su esposa, además de cargar con las deudas de su hermano gemelo Frankie, un adicto a las apuestas.
Creada por David Simon (la mente detrás de The Wire), esta cruda e incómoda ficción nos presenta el centro turístico de la Gran Manzana como pocas veces lo vimos: con sus mafias, su explotación de mujeres, la violencia naturalizada, los burdeles y cines XXX. El humo de las alcantarillas y la música soul que emerge de los bares y las radios de los autos le dan textura a este microcosmos en donde las fabulas del American Dream se desvanecen en el aire.
Entre las prostitutas del Deuce, sola una de ellas trabaja de forma autónoma. Se trata de Candy (Maggie Gyllenhaal), una madre soltera cuyo dinero recaudado utiliza para enviárselo a su hijo que vive en otra ciudad con su abuela. Esta mujer independiente representa una suerte de modelo inspiracional para sus compañeras que deben seguir las ordenes de los chulos y en ocasiones son brutalmente agredidas por estos. Candy será la primera que empiece a ver una salida redituable y segura dentro del incipiente mundo de la pornografía.
The Deuce es un retrato realista y provocativo que destaca por su cuidada producción y unos personajes complejos que sin saberlo están siendo parte del cambio.
En 2009, el director Steven Soderbergh lanzó una película que narraba los días en la vida de una prostituta de lujo neoyorquina llamada Chelsea, interpretada por la ex actriz porno Sasha Grey. Muchos se sorprendieron pensando que la actriz encarnaría escenas extremadamente eróticas, pero no fue el caso. El experimento de Soderbergh resultó en un sobrio rompecabezas donde el sexo era mostrado casi como una cuestión mecánica que servía para darle forma a la narración y no como un recurso barato. Finalmente, la cadena Starz decidió realizar en 2016 una serie basada en el extraño filme con el reconocido director independiente como productor ejecutivo.
The Girlfriend Experience es la historia de Christine Reade (Riley Keough), una estudiante de Derecho en Chicagoque realiza una pasantía en un estudio de abogados. Su compañera de la universidad la introduce en el misterioso mundo de las escort, las damas de compañía de los sectores privilegiados. De ahí en más, Christine decide llevar adelante una doble vida bajo la identidad de Chelsea.
El personaje de Christine representa a una prostituta muy poco explorada dentro del universo ficcional. Se trata de una mujer elegante de clase media que hace las veces de novia del cliente, acompañándolo a eventos, yendo al cine o a cenar y escuchándolo hablar de temas referidos a su profesión, sus miedos y ambiciones. Las relaciones sexuales no siempre son indispensables en este tipo de transacción comercial, ya que lo más importante recae en la cuestión afectiva, en esa fantasía de vínculo sentimental.Riley Keough demuestra sabe jugar muy bien con este papel, mostrándose gélida, narcisista e introvertida en la mayoría de las escenas, pero también con cierta aptitud para transformarse en una joven encantadora y comprensible. Un aspecto destacable de la personalidad de Christine es que sus dificultades para relacionarse con el entorno no le impiden disfrutar de su sexualidad en todo su esplendor, ya sea con sus clientes o en su vida personal.
Una propuesta inteligente que evita caer en juzgamientos y escarba sutilmente en una realidad tan matizada como su protagonista.
Protagonizada por la actriz y cantante Billie Piper (Doctor Who), esta ficción inglesa emitida entre 2007 y 2011 también se introduce en el mundo de las prostitutas vip, pero desde un tono más amable y entretenido.
Secret Diary of a Call Girl narra las vivencias de Hannah Baxter, una escort londinense que por las noches adopta el nombre de Belle. La serie focaliza en como la joven intenta equilibrar su vida secreta profesional con sus relaciones familiares y sentimentales evitando el choque entre ellas.
El relato está basado en el libro The Intimate Adventures of a London Call Girl (2005), que traslada las memorias que la prostituta Belle de Jour publicó en su blog. Tras el éxito de la serie y el libro, la autora salió del anonimato en 2009 cuando confesó ser Brooke Magnanti, una investigadora científica británica de 34 años que pagó su doctorado gracias al ejercicio de la prostitución.
Zorra, ramera, prostituta o como me quieran llamar. Quiero dejar en claro que no sufrí abusos sexuales, que no tengo hijos que mantener y que jamás he sido adicta a nada, le dice Hannah al espectador en el primer episodio de la serie. La frescura, la narrativa sencilla y las escenas de sexo no explicitas, hacen de esta ficción una historia accesible e interesante para el público más adolescente.
La exitosa serie brasileña original de HBOLatinoamérica que ya cuenta con tres temporadas, relata la historia de Karin (Rafaela Mandelli), una prostituta de lujo de mediana edad que cansada de ser estafada por sus proxenetas decide iniciar el camino de la autogestión. Junto a sus amigas Luna (Juliana Schalch) y Magali (Michelle Batista), comienza a aplicar diversas estrategias de marketing para construir Océano Azul, su propio modelo de negocio.
A pesar de que El Negocio peca de ser poco realista, resulta interesante ver a este grupo de mujeres dispuestas a abandonar la comodidad y seguridad que brinda lo ya conocido en busca de su empoderamiento. El seguimiento de la vida profesional y romántica de estas tres chicas se asemeja bastante al estilo de series como la icónica Sex and the City.
Las motivaciones de estas despampanantes prostitutas están bastante diferenciadas. Por un lado, tenemos a Karin, la mente del grupo que ansia hacerse de un gran dineral para finalmente retirarse de la profesión. Luego está Luna, la estudiante universitaria en busca contraer matrimonio con un joven millonario. Por último, se encuentra Magalí, la más joven y osada del trio que se conforma con los lujosos regalos de sus clientes.
Un producto entretenido y ágil que sobresale gracias a unas magníficas actuaciones.