Shang-Chi patea traseros y salva el mundo, pero…

Esta semana estrena Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings (Shang-Chi y La Leyenda de los 10 Anillos), film número 25 del MCU y el primero con un protagonista asiático. También es uno de los films que inauguran la fase 4 del Universo de Marvel (sin contar a Black Widow) y el primero que se filma después de la pandemia. Llega a las pantallas para rematar un año que estuvo lleno de grandes apuestas.

Shang-Chi, personaje de Marvel creado desde 1973, también conocido como el Amo del Kung Fu, es uno de los pocos superhéroes que no tiene poderes. Sin embargo, su conocimiento de las artes marciales y el dominio que tiene de su Chi lo hace ser muy respetado por colegas y villanos.

Aquí, se nos cuenta la historia del origen del héroe Shang (Simu Liu), quien funge como valet parking en un lujoso hotel junto con su amiga de toda la vida, Katy (Awkwafina). Ellos disfrutan de su trabajo sin complicaciones haciendo lo que más les gusta. Pero un día su vida cambia cuando recibe una extraña postal y la visita de unos malosos que le quitan el collar de jade que le regaló su mamá cuando era niño. Ahora él teme que a su hermana Xialing (Meng’er Zhang), que no ve desde hace años, le pase lo mismo y va en su búsqueda. Sin embargo, son capturados y llevados a la instalación en donde está su padre.

Durante todo el inicio vamos conociendo la niñez de Shang y su hermana y cómo vivieron bajo el estricto dominio de su padre Xu Wenwu (Tony Chiu-Wai Leung), quien tiene en su poder los diez anillos que lo vuelven poderoso e inmortal. Solamente la habilidad de Li (Fala Chen) logró dominarlo y acabó enamorado y casándose con ella.  De ese matrimonio nacieron los dos primeros, pero los turbios negocios de su padre y su sed de poder ocasionaron que Li fuera asesinada.

Ahora, 20 años después, Wenwu no se hace a la idea que Li está muerta y planea entrar a Ta Lo, el mundo del cual ella provenía, para liberarla y poder vivir juntos de nuevo, pero al hacerlo podría liberar a fuerzas oscuras que se alimentan de almas y acabar con el mundo. Pero WenWu parece invencible con los diez anillos, y solo Shang Chi será capaz de hacerle frente… Si antes logra despertar todo el poder que yace dentro de él.

Marvel decidió darle al primer super-héroe asiático un toque humano, por eso contrató al director Destin Daniel Cretton, quien antes había dirigido dramas como Just Mercy, The Glass Castle y Shor Term 12 , films que incluían poca o nula acción pero estaban más orientados al drama. Para lograr el equilibrio deseado se llamó al experimentado escritor Dave Callaham (The Expendables, Mortal Kombat, Wonder Woman 1984).

Gracias a esta mancuerna, el film tiene una justa cantidad de acción combinada con el drama y la comedia necesarios, ingredientes básicos de las películas de Marvel. Se llamó al veterano coreógrafo Bradley James Allan, quien en su haber tiene más de 50 cintas, y que ha trabajado de cerca con figuras como Jackie Chan, James Wan, James Cameron, Edgar Wright, Patty Jenkins, y un largo etcétera.

Y es gracias a esta combinación de elementos que la película funciona en su primera mitad como un homenaje a las películas de artes marciales como las que hacía Jackie Chan: todas las secuencias de peleas que aparecen el primera hora son increíbles, combinando muy bien con los flashbacks, el drama familiar e incluso con los chistes de Awkwafina.

Durante la segunda mitad los fans de la parafernalia y los efectos no se sentirán decepcionados ya que la batalla contra los elementos del mal incluye dragones y criaturas míticas de manera masiva, al estilo Endgame.

Marvel está perfeccionando cada vez más la receta de sus cintas: un director respetado +  el usual grupo de escritores + actores reconocidos + un montón de referencias a otras películas de la marca + cameos + más cameos. Los detractores del MCU no encontrarán aquí nada nuevo, y los puristas del cómic plañirán por la inclusión con calzador de referencias al cómic, que se podrían haber omitido. Sin embargo, hay que reconocer que se entrega un espectáculo disfrutable. Las secuencias de artes marciales funcionan gracias a la edición extrema, las locaciones muy bien escogidas y sobre todo al merecido homenaje en fondo y forma a las películas de antaño.

Por otro lado, la presentación del héroe asiático ya no se siente rebuscada ni forzada, se siente muy natural, y en eso es en lo que ha acertado Marvel porque buscaron reflejar un poco de los valores de la cultura china como la familia, el honor y la valentía, que supieron identificar muy bien e hicieron parte del personaje.

Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings(Shang-Chi y La Leyenda de los 10 Anillos) es una gran película de acción y de artes marciales que, a pesar de estar dentro de la maquinaria de Disney/Marvel, tiene el suficiente corazón propio como para superar los errores que habían cometido en el pasado y brillar con luz propia. Crea su propia mitología que nada tiene que ver con las anteriores entregas.

La excelente mancuerna que tienen los actores principales, las increíbles secuencias de peleas, el diseño de los animales míticos, el homenaje a las películas antiguas e incluso las nada ocultas referencias a Dragon Ball están ahí para hacer de esta una muy divertida y emocionante forma de ir terminando el año.