Perturbador e intrigante: así es el nuevo thriller protagonizado por Amy Adams

El retorno al hogar familiar ha sido objeto de los más espectaculares relatos. Regresar al nido puede ser una salvación si eres Dorothy en El Mago de Oz, o tal vez, un portal hacía un mundo pesadillesco, una historia sombría que se vuelve a repetir incansablemente. En esta ocasión, la brillante Amy Adams decide zambullirse en aquel universo de monstruos conocidos para entregarnos un sórdido y perturbador thriller que ya está causando revuelo entre los televidentes.

Creada por la productora Marti Noxon (UnReal) y dirigida por Jean-Marc Vallée (Big Little Lies), esta nueva miniserie nos introduce, a través de los ojos de su protagonista, en la crónica de unos brutales crimines de adolescentes que parecen afirmar aquella frase que reza “pueblo chico, infierno grande“.

Camille Preaker (Adams) es una reportera de St. Louis que posee un evidente problema de adicción al alcohol. Su día a día se torna aún más tormentoso cuando su jefe le ordena viajar a su pueblo natal de Wind Gap, en Missouri, con el fin de cubrir las extrañas desapariciones de dos jóvenes. Allí continúa viviendo Adora (Patricia Clarkson), su controladora y neurótica madre con quien apenas mantiene relación. Luego del fallecimiento de la hermana de Camille cuando ésta apenas era una adolescente, Adora volvió a casarte y tuvo otra hija, la joven Amma (Eliza Scanlen), a la que Camille solo conoce por fotos. El retorno de Camille a su ciudad de origen hará que la protagonista comience a recordar aquellos oscuros acontecimientos de su pasado que, de alguna manera, podrían estar conectados con los crímenes actuales.

A partir de los diversos flashbacks protagonizados por Sophia Lillis (It) como la versión adolescente de Camille, descubrimos la tierna relación de complicidad que existía entre aquellas dos hermanas que debían vivir bajo las estrictas normas de Adora. En sintonía con la historia de The Sinner, aquí también la fallecida hermana menor padece una dura enfermedad que le impide llevar una vida normal. Por lo que se puede ver, Camille solía ser la más desafiante y arriesgada de las dos. Indudablemente, aquello significaba romper las reglas y salir a explorar el misterioso mundo oculto del pueblo, aunque no siempre las consecuencias resultaran positivas.

Jean-Marc Vallée, quien dirigió toda la primera temporada de Big Little Lies, le imprime a Sharp Objects la atmósfera desquiciante, confusa y tétrica que todo buen thriller psicológico necesita para destacarse. Al igual que en la serie de Reese Witherspoon, aquí también se presentan ciertos matices en forma de humor negro y sueños que nos invitan a recorrer las “heridas abiertas” de Camille. Los pequeños saltos temporales y escenas surrealistas juegan con nuestra visión del pasado y el presente, enriqueciendo el tan explotado uso del flashback.

Quien realmente se lleva todos los aplausos no es otra que la galardonada Amy Adams, que demuestra una vez más por que es una de las mejores actrices de su generación. Luego de su performance en el thriller Animales Nocturnos (2016), algo decía que su salto a la pantalla chica sería un suceso para recordar. Adams resulta genuina y atrayente a la hora de retratar a este personaje agobiado por los recuerdos de su niñez que busca en el alcohol la manera de aplacar la angustia.

Sharp Objects posee todo el encanto de las historias detectivescas con un toque de surrealismo que hace que cada capítulo sea aún más intrigante y desconcertante. Sin lugar a duda, esta miniserie seguirá dando que hablar durante los próximos meses y, quizás, hasta mucho tiempo luego de su impredecible desenlace.