La tercera temporada de la serie estrella de Netflix es la mejor hasta el momento - Spoiler Time

La tercera temporada de la serie estrella de Netflix es la mejor hasta el momento

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La terceras partes sí son mejores.

A casi dos años del estreno de la segunda temporada, Stranger Things vuelve con una nueva entrega que desde sus primeros minutos promete un viaje de adrenalina de principio a fin y el cual se cumple de manera satisfactoria logrando una temporada sólida como lo fue en 2016 con su debut.

Para lograr el éxito de esta nueva entrega, los productores tomaron lo mejor de las temporadas pasadas y lograron hacer un balance casi perfecto a través del drama, la acción, la comedia y el terror, los principales géneros que usa la serie, además de agregar el pequeño toque del Coming Of Age que va muy de la mano con esta nueva etapa que viven los personajes principales.

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La historia se sitúa a casi un año de los eventos finales de la segunda temporada. La vida en Hawkins parece normal para la pandilla conformada por Will, Dustin, Max, Lucas, Eleven y Mike, estos cinco últimos viviendo sus primeros pasos en el tema del amor. Pero como sabemos, el Mind Flayer prometió venganza y volverá para acabar con ellos que lo desterraron de La Tierra, principalmente contra Eleven, quien usó su fuerza para cerrar el portal.

Se nos presentan unos nuevos villanos venidos desde la Unión Soviética –ojo aquí a la teoría que relaciona la serie de Netflix con Chernobyl que están decididos a reabrir el portal hacia el Upside Down sin una razón aparente que hará que la criatura tenga la posibilidad de lograr su cometido, situación que llevará al peligro constante a nuestros chicos.

Fuente: Giphy/Netflix

Desde los primeros minutos de la temporada, los hermanos Duffer no dudan en presentarnos el gran peligro que se vivirá, el cual es aplaudible porque la serie se toma muy en serio la época en la que se sitúa y replantea los miedos de la misma, siendo muchos de ellos alimentados por la Guerra Fría, por lo cual el elemento de los nuevos villanos es un cliché que se le permite al show que siempre se ha pronunciado por ser un gran homenaje. A la par vemos cómo los conflictos personales de cada uno de los protagonistas será fundamental para el viaje que tendrán esta temporada, reiterando el conflicto de amor entre los más adolescentes, la búsqueda de identidad entre los jóvenes y el replanteamiento de identidad en los adultos.

Esta vez Stranger Things corre un fuerte riesgo del que no hay marcha atrás; asume lo que es, lo que fue y lo que quiere ser: un producto de entretenimiento con una historia sólida llena de acción. Para ello echa mano al humor, logrando autocuestionarse de las situaciones que se plantean y de las situaciones que los mismos géneros retratados tienen. Ejemplo de ello es una en particular que sucede entre Steve y Robin al estar los dos solos en una habitación y el cómo pretenden escapar de allí.

No, no es DARK –la serie con la que más se le ha comparado y viceversa–, y tampoco pretende serlo; mucho menos quiere seguir jugando en las ligas mayores del drama profundo como lo hizo en un principio: de alguna forma ha asumido su rol de blockbuster televisivo, si podríamos catalogarla así, y todo ello aprendido del fracaso de la segunda temporada, la cual buscó ser más ambiciosa y que no lo logró con su fallida historia.. 

Fuente: Giphy/Netflix

Entre fuegos artificiales y una temporada que definirá el futuro de su historia, se logra hacer funcionar de una mejor manera a todo el elenco, sí, incluso a Billy, quien ahora tiene un propósito y una presencia más relevante a diferencia de su introducción en la temporada anterior en la que no sirvió para nada. Aprendiendo de ese error nos muestra dos personajes nuevos: Robin, la compañera perfecta que Steve necesitaba para seguir mostrando que es más que su hermosa cara y su hermoso cabello y Erica, la hermana de Lucas que conocimos la temporada pasada, pero que ahora juega un papel clave en la aventura y en la relación con Dustin.

Afortunadamente, no solo se trata de los recién llegados: los viejos ya conocidos se lucen, en especial las mujeres. Nancy, Max y hasta la misma Eleven son dotadas de más poder y presencia en pantalla, que incluso llega a opacar a cualquiera de sus compañeros. Lo mejor de esto es que este cambio no se siente forzado, se siente natural y lógico si volvemos a recordar que la serie siempre ha hecho homenajes y referencias a clásicos de la época, por lo cual me hace pensar que esto se debió en gran parte a la admiración de icónicos personajes femeninos como Ellen Ripley (Alien) o Sarah Connor (Terminator).

Hablando de ello, las referencias a los ’80s vuelven a estar presentes, desde la popularización del Centro Comercial como un espacio de reunión social, y el cual como escenario funciona como protagonista, hasta los homenajes a clásicos cinematográficos de la época como Back to the Future, The Thing y Terminator –mi favorito sin duda–, e incluso a otros más nuevos como Jurassic Park.

Fuente: Giphy/Netflix

Stranger Things de alguna forma ha asumido su rol de blockbuster televisivo, si podríamos catalogarla así, y todo ello aprendido del fracaso de la segunda temporada, la cual buscó ser más ambiciosa y que no lo logró con su fallida historia.

Y aunque reitero que esta temporada es un viaje vertiginoso que no para, debo aceptar que no es perfecta. A ratos se siente lo repetitivo del conflicto principal y del villano que lleva a los protagonistas a situaciones muy similares que ya se vieron en las dos temporadas anteriores: la separación en grupos, la búsqueda de una conspiración, la tensión sexual entre Joyce y Hopper, solo por mencionar algunas. Estas repeticiones se salvan gracias a la dinámica que hay entre Dustin y Steve –nuevamente el dúo clave como en la segunda temporada– y los conflictos de chicos vs chicas que existen en la adolescencia. Hay que sumar a esto los huecos en la trama, desde los más básicos como el porqué nadie se pregunta dónde y qué hacen los chicos hasta el enfrentamiento contra grandes corporaciones armadas hasta los dientes por pequeños de 1017 años promedio y por supuesto que nadie más sepa de lo que sucede en Hawkins –situación que al final se resuelve–: estas son las licencias que hay que darle a la serie para que la convención planteada funcione como lo hizo su temporada debut, sin importar si existen monstruos de otro mundo.

Fuente: Giphy/Netflix

Si bien el camino de Stranger Things aún vislumbra una o dos temporadas más, el final que involucra al elenco principal sin dudas pone en la mesa qué tanto más pueden lograr los Duffer hacer para que estos personajes vuelvan a unirse para salvar a Hawkins.

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