¿Subrayado o tachado? Damos fin al debate iniciado con el reciente episodio de Succession

No cabe duda que la cuarta temporada de Succession se ha superado episodio tras episodio, lo cual parecía un tanto complicado después de Connor’s Wedding, ya que la fatídica muerte de Logan Roy y el dolor de sus vástagos parecía haber alcanzado el pico más alto de la serie desde que estrenó en 2018. Pero para fortuna de todos los que hemos seguido la saga de los Roy, sus guionistas han demostrado que aún pueden dar más y dejarnos con la boca abierta en cada elección que toman los protagonistas de esta serie. Dejando en claro el porqué son tan chingones escribiendo una de las mejores series de la década, misma que muchos ya la consideran en lo mejor de la historia de la televisión, afirmación en la que concuerdo.

Desde el pasado domingo, mi cabeza no ha dejado de pensar en varios detalles de lo que vimos en Honeymoon States. Pero en especial en uno en particular que ha generado todo un debate en redes sociales sobre el escrito de Logan, en el cual su decisión sobre que Kendall, su segundo hijo y el primero de su segundo matrimonio, sea quien tome el control de Waystar Royco haya sido bastante controversial. El conflicto comienza cuando los miembros del consejo de la compañía revelan que el nombre del sucesor sufrió una modificación la cual deja un estado de ambigüedad todo, ya que no pueden confirmar si este fue subrayado o tachado, ya que no es del todo claro.

Este minucioso detalle ya se volvió en un icónico momento de la cultura pop, lo cual no es de sorprenderse porque reitero los guionistas lograron, de forma magnífica, sembrar la discordia entre los hermanos Roy a través de este elemento en donde las palabras terminan sobrando, aunque irónicamente estas dicen mucho. Tanto debate ha generado que la herramienta de diseño gráfico Canva hizo un pronunciamiento a través de un curioso video donde confirma que la decisión de Logan era subrayar el nombre de su hijo. Dejando de lado lo dicho por esta plataforma, yo coincido que se trata de un subrayado y para comprobarlo basta con recordar algunos detalles de la historia previa.

Volviendo al primer episodio de la serie, Kendall era el único preparado para tomar el mando de la compañía cuando su padre estaba por retirarse, lo cual no era una novedad si era el único hijo verdaderamente involucrado en el negocio familiar, ya que hasta ese momento, Roman formaba parte, pero nada se tomaba en serio el menor de la familia, Shiv hacía lo suyo en política y Connor nunca había figurado en ello. El cambio de decisión de Logan, al ver que él mismo no estaba preparado para dejar su posición de poder y enfrentar la vejez desde otro ángulo, hizo que comenzara la gran batalla de poder que en su momento señalé que se trataba de una versión muy a la Game of Thrones en el mundo actual y ubicada en la selva de concreto.

Más que comenzar una guerra con sus hijos, Logan sólo buscaba seguir siendo relevante, seguir siendo el gigante mediático que había tenido el control por años, y en medio de todo esto, preparar a sus hijos para la gran posición que alguno iba a tomar. Es así que al final de la primera temporada, cuando Kendall provoca la muerte de un mesero, Logan lo acoge entre sus brazos y lo convierte en su perro faldero. Si bien esto solo provoca una constante humillación a su hijo, él tenía como objetivo hacerle ver sus errores y al mismo tiempo demostrarle que con todo el poder que ha ganado él podía ayudarlo a salir del grave problema, señalándole que tomar el mando no sería nada fácil para nadie, y que sí estaba dispuesto a pelear por esa posición debía convertirse en alguien tan duro como él.

Su enseñanza rindió frutos cuando al final de la segunda entrega, y después de haber actuado como un vil parásito de su padre, Kendall decide tomar el control y enfrentarse cara a cara con su progenitor, demostrando que ya estaba listo para dar su primera batalla al titán de los medios. Logan estaba consciente que la figura metafórica de ‘matar al padre’ era fundamental para que su hijo construyera su propio camino, por lo cual nunca pudo estar del todo molesto con él, al punto de odiarlo, ya que por fin había entendido la elección.

Pero Logan quería una pelea “justa” y por eso muchas veces trató de persuadir a Shiv y Roman en convertirse en sus aliados. Los cuales sólo servirían para desarmar a Kendall y que este no tuviese el respaldo de sus hermanos, enseñándole que para llegar a la cima tenía que cruzar el camino por sí solo, ya que el estar hasta arriba le costaría muchas de sus relaciones. Es así que volvemos a la primera entrega y basta recordar que su matrimonio falló y su faceta como padre nunca ha sido la mejor, es otra prueba de Kendall tiene más similitudes con su padre de las que él hubiese admitido.

Aunque Logan nunca contó que el dejar a sus otros dos hijos en segundo plano en el tema de la sucesión voltearía el escenario que él ya se había planteado con anterioridad. Lo cual los unió en su contra y fueron desarrollando un plan para enterrar a su padre vivo, aunque esto terminaría por acabar completamente con su vida en esta guerra encarnizada por demostrarles que aún con sus años estaba dispuesto a no dejarles ganar por ningún motivo.

Bien sabemos que la unión de los Roy y la inesperada muerte de su padre terminó favoreciendo el plan inicial de Logan: hacer de Kendall el monstruo necesario para convertirse en el rey que siempre tuvo presente un día lo sería. Y esa obsesión por tomar el control de director ejecutivo y dejar fuera a Shiv es tan solo su primer movimiento para proclamarse como el único y verdadero sucesor.

Logan lo dio todo, hasta la vida, para demostrarle a sus hijos que él iba a tomar la decisión final, aunque lo haría con su peculiar sello de armar conflicto como siempre lo hizo, esta vez con su ambiguo subrayado. Pero la decisión de su sucesor estaba tomada desde el primer episodio, solo estaba esperando el momento idóneo para que Kendall Logan Roy tomase el lugar que le correspondía y de esta manera, él, Logan Roy, volviese a estar al frente de su compañía, porque hasta en el nombre lo había planeado todo.