Tarantino narra un cuento de hadas efectivo pero… - Spoiler Time

Tarantino narra un cuento de hadas efectivo pero…

Once Upon a Time in Hollywood
¿Qué tal?

Para comprender Once Upon a Time in Hollywood (Había una vez en Hollywood), solo basta descubrir el mensaje (no tan) oculto del título. Como su nombre lo indica, la película es un cuento de hadas contado por Quentin Tarantino. Como la mayoría de este tipo de historias, lo anterior sugiere que nada de lo que vemos en la cinta tiene la intención de apegarse a la realidad y, por el contrario, solo busca provocar cierta nostalgia por la romántica imagen de Hollywood con la que muchos recuerdan la época de oro de esta industria. Once Upon a Time in Hollywood no es el magnum opus de Tarantino, pero a diferencia de sus cintas anteriores, el director deja ver la fascinación que tiene por la industria cinematográfica de una forma más ingenua e inocente que en sus esfuerzos anteriores.

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La historia de Once Upon a Time in Hollywood es bastante simple: Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) es un actor que vive el ocaso de su carrera. Junto con su doble de acción, Cliff Booth (Brad Pitt), Dalton pasa el año de 1969 tratando de decidir qué hará con su futuro ahora que solo es conocido por los roles antagonistas que interpreta para la televisión. Ese mismo año, Sharon Tate (Margot Robbie) y Roman Polanski (Rafal Zawierucha) se convierten los vecinos Rick, lo cual emociona al actor al considerar a Polanski como uno de los mejores directores de su generación.

Durante el transcurso de una tarde, Cliff se topa inesperadamente con una chica llamada Pussycat (Margaret Qualley), quien lo invita al rancho donde viven todos los seguidores de Charles Manson (Damon Herriman). Desde su llegada a este lugar, Cliff parece sospechar de los habitantes del lugar, pero logra salir de ileso de ahí después de un breve enfrentamiento con Lynette “Squeaky” Fromme (Dakota Fanning), Catherine “Gypsy” Share (Lena Dunham) y Charles “Tex” Watson (Austin Butler). Este parece un evento intrascendente en la vida de Cliff hasta que en el tercer acto de la cinta, él y Rick tropiezan de nuevo con algunos miembros de la familia Manson, quienes tienen una tarea muy específica por cumplir.

Once Upon a Time in Hollywood es un filme difícil de juzgar porque genuinamente se siente como un proyecto muy especial para Quentin Tarantino. De cierta forma, esta cinta es una carta de amor a todo el glamur que asociamos con Hollywood y que tuvo su auge en décadas anteriores, cuando los artistas todavía mantenían un aura de personajes inalcanzables e inaccesibles para la mayor parte del mundo. Usando a Sharon Tate como un símbolo de esta élite, Tarantino narra un cuento de hadas que se antoja muy simple para este punto de su carrera. Digámoslo de la siguiente manera: si alguien que no conoce a Tarantino le pidieran que organizara toda su filmografía, de la cinta más antigua a la más actual, Once Upon a Time in Hollywood probablemente ocuparía uno de los primeros lugares, lo cual resulta sorprendente considerando que esta es la novena película que el director hace en su carrera.

Once Upon a Time in Hollywood tiene un conflicto casi inexistente que Tarantino fuerza a casi dos horas y media de duración. Asimismo, a excepción de Rick (DiCaprio) y Cliff (Pitt), el resto de los personajes no tienen ningún nivel de complejidad y solo son stand-ins de ideas que Tarantino quiere transmitir a la audiencia, o como sucede en otros casos, los personajes son solo cameos glorificados de un actor interpretando a alguno de sus colegas de otra década. Así, Tarantino logra crear una atmósfera única que remite al Hollywood de los años sesenta, pero esto lo consigue sacrificando el desarrollo de personajes más complejos. Sin embargo, también hay que tomar en cuenta que este es un cuento de hadas y como tal, no requiere personajes complicados para funcionar.

Si se analiza de esta forma, Tarantino cumple con todos los requisitos para contar un buen cuento de hadas: está situado en el pasado; hay elementos fantásticos (como el desenlace de la historia de Sharon Tate); los escenarios son importantes (en lugar de palacios tenemos sets de filmación) y por último, también existe una clara distinción entre los personajes buenos y malos de la historia. En este punto es importante traer a colación el tratamiento que le dio Tarantino a Charles Manson y a sus seguidores, así como a los asesinatos por los que hasta la fecha son una de las leyendas más conocidas de Hollywood. Para un director que usualmente se inclina hacia lo gráfico y lo explícito, Tarantino muestra mucho respeto por la figura de Sharon Tate y en lugar de apostar por el morbo y la violencia gratuita relacionados con ella, el realizador prefiere restringirse e infligir esa violencia sobre los que él considera que son los culpables de que este cuento de hadas no haya sido posible en la vida real. Si no fuera por la maestría que Tarantino ha probado a lo largo de su filmografía, la premisa de Once Upon a Time in Hollywood probablemente no resultaría tan satisfactoria, pero en sus manos, el director logra transportarnos a lo perfecta que es esta realidad alterna que nos presenta.

Como era de esperarse, las actuaciones de Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie son de primer nivel; no obstante, es Robbie quien aprovecha Once Upon a Time in Hollywood para reafirmarse como una de las mejores actrices de su generación. A pesar del poco tiempo en pantalla y del mínimo diálogo que tiene su personaje, la presencia de Robbie se siente en toda la cinta y la vitalidad y energía con que interpreta a Sharon Tate contrastan con lo sombríos que pueden resultar los personajes de DiCaprio y Pitt. En este punto tampoco se puede dejar de mencionar la breve participación de Dakota Fanning como Squeaky, quien resulta totalmente escalofriante en la breve escena donde aparece, así como a Austin Butler, quien luce totalmente irreconocible como Tex Watson.

Veredicto

Aunque no es tan impactante y entretenida como la reinterpretación que hizo en Inglourious Basterds (2009), Tarantino vuelve a alterar la realidad en Once Upon a Time in Hollywood para entregarnos una película que añora lo que pudo ser, pero sobre todo, que encuentra su valor en el retrato totalmente romántico e idealista que hace de Hollywood, una industria que definitivamente resulta más atractiva y seductora cuando se ve a través del lente de la fantasía.

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