Friends es una de las mejores comedias de la historia de la televisión, pero así como tenemos el mejor episodio cada temporada, también tiene que existir el peor. Estos son los capítulos que bien puedes omitir en un rewatch.
Friends es una de las mejores comedias de la historia de la televisión, pero así como tenemos el mejor episodio cada temporada, también tiene que existir el peor. Estos son los capítulos que bien puedes omitir en un rewatch.
El problema principal que tiene el episodio proviene de su incapacidad hacer algo significativo, a pesar de sus intentos obvios de parecer conmovedor. La primera de las cuales sigue a Mónica mientras se hace amiga de una criminal aventurera que le robó su tarjeta de crédito.
El episodio hace muy poco para justificar su amistad con Fake Monica, una mujer que se presenta como aventurera y genial, pero que en realidad es bastante terrible y no es el tipo de persona que querrías en tu vida. La segunda parte tiene Ross renunciando a su mono Marcel, lo cual es un poco emocionante, pero no lo suficiente.
El episodio tiene lugar después de que Ross desperdiciara sus posibilidades con Rachel y cuando ella trata de seguir adelante sale con un chico llamado Russ quien es idéntico a nuestro Ross.
Toda la premisa es demasiado ridícula para encontrarla graciosa o entrañable. Eso ya es suficientemente malo, pero el episodio también tiene una trama secundaria en la que Monica comienza a salir con “Fun” Bobby y se da cuenta de que su personalidad optimista proviene de su alcoholismo y hace que ella se vea como un ser humano horrible en el proceso.
Hay tres desarrollos principales en el episodio: uno sigue a Chandler cuando comienza a salir con la ex de Joey, Ginger, y descubre que tiene una pierna artificial; otro tiene a Phoebe mientras se reencuentra con su antigua compañera musical, y luego la engaña; y el último encuentra a Ross poniéndose innecesariamente celoso por el colega de Rachel, Mark.
Entre el mal gusto de la breve relación de Chandler y Ginger, que se completa con una serie de chistes vergonzosos sobre la discapacidad y la vergüenza corporal, y el frágil ego de Ross, el episodio es increíblemente difícil de ver. Es hasta frustrante en cierto punto, porque en ningún momento logra ser gracioso.
Ningún episodio lleno de clips y flashbacks es bueno. De hecho, todos son bastante terribles, y esta tendencia de crear episodios de relleno sin sentido a partir de los desarrollos más aburridos comenzó en The One With The Invitation de la cuarta temporada. La situación es que Ross ha enviado invitaciones para la boda de él y Emily, pero está en conflicto acerca de invitar a Rachel.
En el otro lado del episodio, Rachel se pregunta si debería ir a la boda. Eso es todo, en pocas palabras: solo media hora de flashbacks de episodios antiguos, respaldados por Ross y Rachel con aspecto melancólico e inseguro.
Aunque en este punto Ross y Emily ya terminaron, la noticia de que ella está nuevamente comprometida hace que Ross busque una relación muy unilateral con la ex de Chandler, Janice. Esta pareja es más incómoda que divertida.
A lo largo del episodio, los intentos de Ross de parecer un buen tipo torturado con el corazón roto resultan molestos y repetitivos. El otro lado del episodio, que sigue a Chandler y Monica mientras se vinculan con el jefe de Chandler, hace poco para salvar esta tontería.
En el episodio, Ross cae en una espiral cuando descubre que su novia de la universidad, Elizabeth, se va de vacaciones. Debido a sus problemas de confianza, él cree que ella lo engañará y, por lo tanto, conspira para evitar que se vaya.
En otra parte del episodio, el refrigerador de Joey se rompe y él sigue tratando de empujar a sus amigos para que pueda culparlos por sus fallas y estafarlos para sacarles algo de dinero. Un chiste que envejece rápido y, sinceramente, no es tan divertido para empezar. Ni siquiera funciona la trama secundaria de Chandler, Monica y Phoebe sobre encontrar una cita para Rachel, ya que todos parecen controladores e infantiles en todo momento.
Este no solo ha envejecido mal, ya era deplorable incluso cuando se emitió en 2001. En él, Chandler y Monica viajan a Las Vegas para invitar a su boda al padre separado de Chandler. Resulta que él es una mujer trans que se hace llamar Helena Handbasket, una elección que su hijo considera absolutamente vergonzosa.
Sin embargo, el episodio no se detiene allí, sino que duplica sus comentarios sobre la sexualidad al hacer que Joey debata si los hombres pueden sentirse masculinos en ropa interior de mujer. Esto, sumado a una trama secundaria incómodamente poco divertida que sigue a Ross y Rachel mientras intentan coquetear para salir de una multa por exceso de velocidad hacen que este argumento no sea un “producto de su tiempo”, ya que esa excusa no es suficiente para justificar lo ofensivo que es en ciertos momentos.
Este es un episodio de relleno tan aburrido y repleto de clips que, aunque comienza de manera prometedora cuando Joey se sienta para una entrevista con una revista de telenovelas, rápidamente se convierte en secuencias retrospectivas desenfocadas que detallan los altibajos de su carrera.
El capítulo tiene pocas cosas que decir aparte de “Joey dice cosas tontas y se mete en problemas por ellos”. Su mayor problema es que es irrelevante. Se puede omitir y no te perderías absolutamente nada.
Pesenta dos historias principales y ninguna de ellas tan divertida como claramente creen que son. Por un lado, Monica llega a creer que los tiburones excitan a Chandler; por el otro, Ross intenta salvar la relación de Mike y Phoebe. Todo el drama de “Chandler ve porno de tiburones” es difícil de comprender cómo fue aprobado.
Si eso no fuera suficiente, los intentos de Ross de ayudar a Mike y Phoebe a superar un momento difícil es demasiado extraño, sale de la nada, tiene giros de trama exagerados y la sensación general de inutilidad que contamina toda la temporada.
Este es otro episodio que una vez más hace que Ross parezca una persona horrible y no hay ningún intento de redimirlo. Empieza prometiendo algo mucho más serio de lo que obtuvimos, lleno de drama contundente y verdades honestas, pero termina siendo actuación demasiado exagerada.
Ross pasa la media hora hablando en un tono agudo, caricaturesco y forzando. Joey, Rachel y su novia Charlie tienen la peor cena del mundo. Los ruidosos intentos de comedia de Ross envejecen rápidamente y es incómodo de ver.
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