Después de una extensa campaña de publicidad que se alargó por cuestiones que todos sabemos esta semana llega por fin a las pantallas Tenet, la más reciente cinta del amado por muchos, odiado por otros, Christopher Nolan.
La cinta nos cuenta cómo un personaje llamado “El protagonista” (John David Washington), ex agente de la CIA, es reclutado en una operación de espionaje a nivel mundial con tal de dar con traficantes de armas “modificadas” que, se presume, tratan de provocar un incidente a nivel mundial con fines catastróficos para toda la humanidad. AKA, el fin del mundo. Así, nuestro protagonista tendrá que acudir a viejos conocidos del bajo mundo para ir haciéndose de las pistas necesarias con tal de dar con el traficante que, según fuentes de inteligencia, está a punto de obtener una cantidad considerable de plutonio para sus fines maléficos. En su cruzada, “El protagonista” se asociará con Neil (Robert Pattison), con quien tendrá que trabajar para lograr ir cumpliendo las misiones que finalmente lo llevarán al malo de la historia, Andrei Sator (Kenneth Branagh), a quien llegarán por medio de su esposa Kat (Elizabeth Debicki), quien vive amenazada por Sator a través del hijo de ambos.
Sator trafica con armas modificadas en su “entropía”, objetos que actúan de forma diferente en cuanto a su temporalidad en nuestro mundo, es decir, que van hacia “atrás”. Esta cualidad les da ciertas características que las hace más efectivas que los objetos y armas comunes y la sospecha es que Sator planea afectar aún más objetos de mayor complejidad, es decir, personas. El protagonista y Neil tendrán que hacer lo imposible por detener el plan de supervillano y evitar que acabe con la humanidad.

Nolan no pierde el tiempo y desde los primeros minutos nos presenta una película de acción, una trama que en principio se nos muestra “básica” con todos los elementos de una cinta de espionaje: el agente nuevo, el agente experimentado, el supervillano, la chica en desgracia, el plan para destruir el mundo y con esos elementos va armando la premisa básica de ese tipo de cintas. Sin embargo, y muy al estilo de Nolan, toma esas historias, las complejiza y entremezcla a través de diferentes “líneas de tiempo”. La historia se empieza a hacer más compleja cuando entra el elemento “temporal” y esto es lo que hace que la cinta brille en un guion completamente inteligente que mete elementos por aquí y por allá que al final serán completamente explicados si es que el espectador ha puesto la atención suficiente para no perderse.
Esto hace que cada X cantidad de minutos se explique a medias qué es lo que está pasando y, cada vez que entra un nuevo personaje en secuencia, también se le de su explicación, provocando que la cinta de por sí larga se haga un poco más cuando tratamos de entender lo que está pasando.

Nolan no defrauda y presenta una cinta que trata de ser compleja como Inception, jugar con el tiempo como Memento, con secuencias de acción como Dunkirk y elementos de espionaje como The Dark Knight. En cierto sentido, cumple con todas esas expectativas.
La música de Ludwig Göransson merece un escrutinio detallado aparte, ya que logra aumentar esa sensación de “bomba a punto de estallar” en ciertas partes y, en otras, nos da esa sensación de que estamos viendo algo en reversa que va muy bien con la idea del director.
Pero...
Una cinta con este nivel de complejidad puede sentirse “forzada” para muchos, quienes se podrán perder (y se quejarán) a lo largo de la misma. Otros, por otro lado, se quejarán de la sobre explicación de algunos conceptos (aunque ocurre de igual manera en Inception), pero es exactamente lo que Nolan quiere lograr, de ahí el acierto de que se haya estrenado en cines y no en VOD, ya que por momentos nos dan ganas de hacer rewind para rever algunas secuencias en las que hayamos perdido el detalle.
Como habíamos dicho al principio, es una cinta de espionaje a fin de cuentas, donde el objetivo de los personajes es acabar con cuales sean los planes del supervillano que amenaza el mundo. En ese sentido, la cinta no se aleja de su premisa inicial y, sobre ella, construye la compleja maquinaria para terminar en un final satisfactorio.

Conclusión
Tenet, en conclusión, es una cinta de espionaje y acción que no defrauda en cuanto a su armado, ya que respeta todas las convenciones del género, agregando el elemento palindrómico que funciona en todos los momentos de acción y en las partes más importantes de la cinta. Es un film que podemos colocar junto a Inception en cuanto a lo complejo del armado, pero aún así se queda un poco debajo de esta por cierta falta de emotividad. Y al igual que en un palíndromo que se puede leer hacia un lado o hacia otro, Tenet provocará los mismos sentimientos en los espectadores: habrá quienes aplaudan la creatividad del guion y sobre todo de la realización y quienes la tachen de un viaje sin sentido hacia ninguna parte.