¿Y si el anciano Il-nam de El Juego del Calamar es el padre del ganador Gi-hun?

Recuerden qué pasaba con Game Of Thrones, o en los mejores momentos de The Walking Dead, y ni hablar con Breaking Bad… Todas estas series (y hay más, claro), no solo son la comidilla de las reuniones sino que al ser tan pero tan populares se ven sujetas a un fenómeno que internet y sobre todo las redes agrandaron: las teorías. En la actualidad, la serie del momento es El juego del Calamar o Squid Game, el popular drama de supervivencia de Netflix, y, por supuesto, no se puede salvar de los análisis, algunos interesantes, otros no tanto y algunos muy pero muy locos.

Hace unos días, leyendo varios portales de fans, nos encontramos con una teoría que de tan descabellada hasta toma sentido: el anciano Il-nam es en realidad el padre de Gi-hun.

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¿Muy extraño? Sí. ¿Probable? También. Y es que los fans sugieren varias pistas. ¿Cuáles son estas pistas y cómo afectan la historia de Squid Game? Veamos.

Los números y los nombres son piezas clave para este rompecabezas. La primera es el nombre del anciano: completo es Oh Il-nam. Pensemos en el nombre completo de Gi-hun: Seong Gi-hun. Recordemos el primer episodio de la serie. Gi-hun roba la tarjeta bancaria de su madre; se muestra que el nombre de la madre de Gi-hun es Oh Mal-soon. Sí: la madre tiene el mismo apellido que el anciano ya que en coreano primero se apellida y luego se nombra. Hasta este momento podrás pensar “nada novedoso, quizás son hermanos”, pero NO: Oh es el apellido del esposo de la madre del protagonista, ya que Seong es el apellido de su madre.

¿Empieza a explotarles el cerebro? Peor con este dato. En la misma secuencia nos enteramos que el cumpleaños de Gi-hun es el 26 de abril ya que intentó acceder a los fondos de su madre con el código PIN 0426. Ahora, recordemos: durante el juego de las canicas, Il-nam le pregunta a Gi-hun el día, porque si es el 24, el cumpleaños de su hijo se acerca pronto, lo que sugiere que el hijo de Il-nam y Gi-hun comparten el mismo cumpleaños.

Sigamos con las canicas. ¿No es casual que ambos personajes no solo juegan juntos sino que recuerdan que el barrio por el que pasean es el mismo de antaño, donde uno comenzó su vida adulta (Il-nam) y el otro pasó su infancia (Gi-hun)? Si a esto le sumamos que Gi-hun, cuando les dan la comida, le pide a un trabajador leche con chocolate, alegando que no puede digerir la leche normal, y que Il-nam comenta que su propio hijo pasaba por el mismo problema digestivo, todo se vuelve MUY raro.

Pero, MOMENTO, más rara aún es que la conexión entre los números desde el principio es terrible: el anciano lleva el 001 y el joven el 456, son los extremos, y como suele suceder, los extremos o polos opuestos se atraen. Es más, eso lo vemos cuando el anciano le da al joven su chamarra y entonces 001 y 456 se unen para siempre, hasta el final de los juegos. Esto lo vemos muy representado cuando cierra la serie, uniendo también el comienzo y las personalidades: ambos son jugadores compulsivos pero con diferentes resoluciones; Gi-hun deja el aeropuerto para enfrentarse a esta extraña organización, como mordiendo el anzuelo, uno que parece, en el fondo, la esperanza de Il-nam de que su hijo entre en razón y se convierta en el próximo líder de El Juego del Calamar. Como lo revela la historia de In-ho, el actual líder ganó el juego en 2015, lo que podría ser un requisito para alcanzar el galardón. Como los días de Il-nam están contados debido a su tumor cerebral, pareciera poder pasarle el manto de líder al hijo que abandonó.

Sin dudas El Juego del Calamar es la serie del momento por estética, fotografía, violencia y cercanía con la realidad. Pero que sea apta para muchas teorías la hace cada vez más grande.