La tercera temporada demuestra que este coming of age es SUBLIME

“Las mujeres importan por lo que son, no en relación a un hombre. Merecemos el derecho a la autonomía corporal y a ser tratadas con respecto y dignidad. Decir ‘detente’ y que nos escuchen, en lugar de forzarnos y decir que un hombre sabe sobre nuestros derechos y deseos… Los hombres no completan a las mujeres, ellas nacen completas”, escribe Anne (Amybeth Mcnulty), la protagonista de Anne With An E, en el periódico escolar, luego de que una de sus compañeras fuera acosada sexualmente por su pretendiente y nadie, ni siquiera los padres de la víctima, hicieran nada. Así es Anne. Una joven pelirroja y huérfana, adelantada a su tiempo, que se enfrenta a las injusticias y da la cara por quien sea que necesite de su ayuda.

La frase anteriormente citada podría englobar muy bien los valores de la protagonista de la serie y es una de las muchas razones por las que los fans, me incluyo, se niegan a dejar morir su lucha por una renovación, tras la cancelación de la serie por parte de la alianza Netflix/CBC.

La tercera temporada de la serie llegó a Netflix con varios meses de retraso respecto a su emisión en Canadá. Eso no hizo que la emoción de los fans bajara, al contrario: los espectadores aguardaron pacientemente para ver el regreso de Anne y los demás entrañables personajes de la granja Green Gables y la ciudad de Avonela, situada en la Isla del Príncipe Eduardo.

Los nuevos 10 episodios presentan a Anne en una nueva etapa de su vida: ha cumplido 16 años y se prepara para ir a la universidad al mismo tiempo que intenta descubrir quién es ella en este mundo y si está enamorada de su compañero, Gilbert. En su aventura la acompañan su familia, amigos y nuevos personajes que introducen nuevos problemas sociales de finales del Siglo XIX que lejos de haberse superado siguen más vigentes que nunca, por ejemplo, la cuestión del racismo. Si bien en la segunda temporada vimos que Bash, un hombre negro, fue el blanco de los pobladores de Avonela, hasta que Anne los hizo entrar en razón, ahora Ka’Kwet, una joven india que es nativa de esas tierras, y su comunidad, son quienes toman su lugar.

Por otro lado, esta temporada es quizás la más feminista y también la más entrañable de todas, en parte, por el excelente desarrollo de sus personajes y subtramas. No solo se muestra que Anne ha crecido como persona, sino que todos los que la rodean, desde sus padres adoptivos hasta su vecina, han cambiado gracias a su influencia. Anne With An E no solo es una serie del género coming of age que se atreve a exponer estas problemáticas sociales y dramatizarlas con un guión bien pensado, sino que sus “enseñanzas” se ponen en práctica detrás de escenas: no se trata de vender su argumento por vender y quedar bien con la audiencia, detrás de la producción hay muchas mujeres trabajando, desde la propia creadora del programa y showrunner, Moira Walley-Beckett, hasta directoras y escritoras de los distintos episodios (de ahí que los diálogos se sientan reales, cercanos y no rebuscados).

Por dichos motivos, la serie vale mucho por su contenido y su mensaje, el cual está insertado en un espectáculo de “época” que no podría ser más actual y más necesario que nunca tras el surgimiento de movimientos como el #MeToo o “Un violador en tu camino”.

Por último, la tercera temporada está llena de momentos emotivos y llenos de enseñanzas que nos hacen querer volver a ver cada episodio más de una vez. Es una lástima que sea esta su última entrega; sin embargo, sí tiene un final casi cerrado y que ciertamente nos deja satisfechos con la calidad de la actuación, historia y producción.

🙂