La tercera temporada crea el escenario perfecto para una cuarta entrega fascinante
Los nuevos episodios de Cobra Kai finalmente se lanzaron en Netflix, siendo esta la primera edición que debuta en la plataforma luego de sus inicios en YouTube. Así que nos preguntamos ¿cómo le fue? ¿Es mejor que las temporadas anteriores? ¿Cómo desarrollaron las historias de cada uno de los protagonistas?
Lo nuevo de Cobra Kai comienza directamente donde terminó la segunda temporada, con Miguel Diaz luchando por su vida, Robby desaparecido y Johnny muy deprimido porque perdió a su hijo, su aprendiz, su novia y su dojo. De hecho, Carmen está tan enojada con él que no lo deja entrar al hospital y no es hasta dos semanas después que encuentra la manera de ingresar y ver a su estudiante, quien poco después logra despertarse.
Pero esa no es la única consecuencia de la pelea final que se desató en la segunda temporada. Un aspecto necesario que se expande en esta entrega es la mirada de las autoridades y el resto de la gente de West Valley General. La escuela lanza un nuevo programa para terminar con las peleas (que no funciona en absoluto), los padres están enojados con los LaRusso y la ciudad decide cancelar el torneo de karate que estaba programado.
Además, hay otros personajes que se ven muy afectados: Sam quedó traumada por la pelea, le cuesta reintegrarse al colegio y siente que la única manera de solucionarlo es volver a enfrentarse a Cobra Kai; Hawk quiere vengarse de Miyagi-Do por lo que le hicieron a Miguel y se convierte en el líder del dojo de Kreese; Tory se ve obligada a huir para seguir cuidando de su madre; y Demetri se transforma en la persona que intenta enfrentarse a los bullys. A partir de este panorama se disparan diferentes tramas.
Las temporadas anteriores de Cobra Kai se caracterizaron por centrarse en el drama a través de las fuertes historias de vida de Miguel, Johnny y Robby. Eso sumado a la acción muy bien coreografiada, un poco de comedia, las referencias a Karate Kid y los enredos románticos crearon un fórmula muy atractiva. Sin embargo, la tercera temporada cambia un poco esos valores.
Los nuevos episodios se apoyan más en el romance de la mano de Miguel, Sam, Demetri, Yasmine, Ali, Johnny, Carmen, Kumiko, Daniel, Tory y Robby. Además, también hay una mayor presencia de la comedia, cuando a veces no es necesaria. Los guiones de temporadas anteriores ayudaban a ocultar algunos defectos actorales de los protagonistas y eso aquí no ocurre, lo cual es una pena, y las peleas también tiene problemas en sus coreografías. La escena del partido de futbol… por favor.
Esto no quiere decir que no haya drama, de hecho esa parte es la más interesante de la nueva temporada. La complicada situación de Tory con su madre y el peligro de perder su casa, Robby siendo vapuleado en el reformatorio juvenil, y especialmente el pasado de Kreese,el personaje de Martin Kove definitivamente se vio beneficiado en la temporada 3. Los flashbacks donde vemos por qué ingresó al ejército y lo que debió sufrir en su vida son espectaculares para entender el razonamiento y las acciones de John en la actualidad.
Las dos primeras temporadas se concentraron en explorar la mentalidad de Johnny y Daniel, pero esta se sumerge en la del creador de Cobra Kai. Kreese sufrió bullying, su madre se suicidó, vio morir a compañeros en la guerra de Vietnam por su culpa, su capitán lo defraudó y perdió a su novia por un accidente mientras estaba combatiendo. Eso es lo que forjó el famoso “strike first, strike hard, no mercy”, pero el show no lo presenta necesariamente como un héroe, sino que nos explica sus traumas.
De esta manera, tenemos a Daniel y la mentalidad del Miyagi-Do que se centra en defenderse; a Johnny y su nuevo dojo, Eagle Fang, que trata de ser rudos, pero no unos insensibles; y a Kreese con Cobra Kai, que busca a los bullys porque solo los más fuertes pueden sobrevivir. Ninguno de los tres puede soltar el pasado: John porque cree que aún está en la guerra, y LaRusso y Lawrence porque cada uno cree que es “el bueno” en la historia y no están dispuestos a reconocer ningún error.
Johnny buscar retomar su vida ayudando a Miguel en su recuperación (la cual podría haber sido más épica y menos cómica), volviendo a estar con Carmen y tratando de arreglar las cosas con Ali. Por su parte, Daniel viaja a Japón para no perder su concesionaria, pero también termina descubriendo cosas nuevas acerca de Miyagi gracias a Kumiko y Chozen. No obstante, ambos se terminan dejando de lado algo fundamental: Robby.
El hijo de Johnny será un personaje fundamental en una posible cuarta temporada porque ahora que es el discípulo de Kreese puede convertirse decididamente en uno de los villanos. Si bien su sufrimiento en el reformatorio juvenil fue contado de manera breve, llegó allí gracias a que Daniel lo traicionó y durante su estadía su padre no estuvo presente por ayudar a Miguel, a quien vio reconciliarse con Sam. Todo eso es combustible más que suficiente.
La tercera de Cobra Kai puede haber tenido sus problemas no sabiendo aprovechar el drama de algunas historias, fallando en algunas coreografías y el guion, pero el escenario que dejó para la cuarta entrega es fascinante porque, como sucede con Dragon Ball, la franquicia muestra lo mejor de sí cada vez que aparece un torneo, y este decidirá el destino del karate en West Valley General.
Con Johnny y Daniel uniéndose cual Steve Rogers y Tony Stark para enfrentar a un mal mayor, en este caso representado por John Kreese, una posible cuarta temporada giraría por completo alrededor del torneo con muchas escenas de entrenamientos musicalizadas con canciones de los 80, nuevas técnicas, tácticas y la rivalidad que también sigue viva entre los más chicos: Miguel vs Robby, Hawk vs Kyler y Tory vs Sam.