En búsqueda de The B.R.A.T. Patrol, el tesoro mejor escondido de Disney que me hizo amar el american way of life
La filmografía de Disney es vasta, y es de suponer que haya películas que sean joyas ocultas. Pero que una cinta producida por La Casa del Ratón desaparezca de la faz de la tierra (perdón, de la faz del streaming, hoy día) es casi imposible. Bueno, ese caso existe, y se titula The B.R.A.T. Patrol (Patrulla Juvenil para Latinoamérica) de 1986.
Vamos con la historia. The B.R.A.T. Patrol presenta a un grupo de adolescentes inadaptados que se unen para formar un equipo poco convencional de lucha contra el crimen. B.R.A.T. significa Bikes, Rangers, Action, Thrills, algo así como Bicicletas, Soldados de Vigilancia, Acción, Emociones, y resume la esencia de sus aventuras. ¿El telón de fondo? Un vecindario donde viven muchísimos militares, es amenazado por un siniestro complot para robar documentos gubernamentales ultrasecretos. La película teje una narrativa que es en parte aventura y en parte sobre mayoría de edad, explorando temas como la amistad, la lealtad y el empoderamiento de los jóvenes. Como supones, el público objetivo era infantil y adolescente, y la película encarna el espíritu del compromiso de Disney de ofrecer contenido familiar con mensajes positivos.
Hasta aquí todo normal, pero ¿por qué en el título del artículo nombro que esta película me hizo amar el american way of life? Toda la responsabilidad se la lleva la elección del cast y su caracterización desde la producción y dirección por parte de una bastante desconocida Mollie Miller. Comandados por un muy joven Sean Astin en el papel principal de Leonard Kinsey, catapultado por su papel de Mikey Walsh en The Goonies (1985), uno y cada uno de los personajes reflejaban lo genial que era, supuestamente, pertenecer a la sociedad norteamericana. Si vivías en los Estados Unidos de la década de 1980 no solo resolverías casos misteriosos de importancia nacional, sino que asistirías al colegio con regias camisas abiertas, escucharías música muy cool en tus auriculares, montarías todo tipo de bicicletas espectaculares y surfearías las calles de tu vecindario sobre una patineta a motor que tú mismo habías adaptado. Sí, como lo lees: PATINETA A MOTOR QUE TÚ MISMO HABÍAS ADAPTADO. Ah, y detalle no menor: todo siendo menor de edad. El paquete de “la mejor nación del mundo” maravilla a cualquier joven, y eso hizo conmigo: quería ser valiente, inventor, tener una infancia / adolescencia cool.
Más allá de lo anterior, en términos reales The B.R.A.T. Patrol ocupa un espacio oscuro en la filmografía de Disney, y su ausencia en listas o retrospectivas destacadas es un aspecto curioso de la historia de la compañía. Disney, conocida por curar meticulosamente su legado, tiene un vasto catálogo que incluye tanto éxitos taquilleros como producciones menos conocidas. Las razones que se esconden detrás de la exclusión de determinadas películas de las listas oficiales son a menudo multifacéticas.
En el caso de The B.R.A.T. Patrol, su perfil y presupuesto bajos, y la supuesta falta de aclamación generalizada podrían haber contribuido a su colocación en las sombras. Es posible que la película no haya alcanzado el mismo nivel de reconocimiento que algunos de los títulos más famosos de Disney, lo que la llevó a ser eclipsada por sus contrapartes más ilustres. Es más, busca entrada de la cinta en Wikipedia… Te deseo suerte…
😛
Pero, momento, me repito y me cuestiono: ¿la supuesta falta de aclamación generalizada? Será por nostalgia o será porque es una aventura muy entretenida, pero cierto es que The B.R.A.T. Patrol tiene un puntaje más que decoroso en Rotten Tomatoes con un 90% de aceptación de la audiencia y un puntaje para nada malo en IMDb de 6.6/10 con 451 votos.
Entonces, ¿qué llevó a The B.R.A.T. Patrol a formar parte de un sinfín de tesoros ocultos (no tan geniales como la que nos compete, claro está) que La Casa del Ratón nunca supo cómo rescatar? O sea, ¿por qué se perdieron producciones que fueron una explosión de creatividad? Desde 1954, Disney ha producido una serie de televisión antológica que fue cambiando de nombre. De 1986 a 1988, esa serie de televisión se llamó The Disney Sunday Movie. El estudio, rebautizado como Walt Disney Company en 1986, cambió de dirección y buscó recuperar algún tipo de programación para la televisión abierta. Así debutó este formato el 2 de febrero de 1986 en ABC.
The Disney Sunday Movie estrenó con la película Help Wanted: Kids. Otras cintas del primer año de resurgimiento fueron Young Again, The Richest Cat in the World, I-Man y My Town. A veces, el programa presentaba material especial en lugar de dramático, como Disney va a los Oscar con los ganadores del Premio de la Academia del estudio y Los mejores momentos de la animación de Disney. Algunas películas originales de Disney Channel también hicieron su debut televisivo en este programa. ¿El momento más alto del ciclo? el estreno de Splash, Too, secuela de la taquillera Splash de 1984. Splash, Too se emitió durante dos semanas en mayo de 1988.
Al comienzo, The Disney Sunday Movie impulsó la asistencia a los parques de Disney y aumentó los índices de audiencia de los domingos por la noche de ABC en un promedio del 27% durante el resto de la temporada. Un negoción.
Sin embargo, y con cintas épicas en lo absoluto, los índices de audiencia del programa nunca fueron fuertes frente a los competidores de la cadena (60 Minutes y Murder, She Wrote, ambas producciones de la CBS), y por eso la ABC redujo The Disney Sunday Movie de dos horas a una. Así los números siguieron bajando y la cadena decidió no renovar su contrato con Disney ni retomar una cuarta temporada de la segunda de esta serie de antología.
Estas joyas inigualables, como The B.R.A.T. Patrol, se perdieron en el tiempo. Solamente fueron rescatadas bajo una serie de cintas en formato casero bajo el título de WALT DISNEY HOME VIDEO.
The B.R.A.T. Patrol es un testimonio de la capacidad de Disney para crear historias entretenidas, conmovedoras y atractivas desde el lado sociopolítico. A pesar de ser un tesoro nostálgico, The B.R.A.T. Patrol suma muchísimo como un clásico que merece ser redescubierto por una nueva generación de espectadores.
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