Este año tuvo una de sus grandes sorpresas cuando Netflix subió a su catálogo la serie The End of the F***ing World. Esta serie ha cautivado a un gran público y muchos son sus fans. Lo que más cautiva de la trama son los dos jóvenes protagonistas, ya que ambos son muy peculiares y, de alguna forma, logran que nos identifiquemos con ellos.
James es quien nos cautivó en una primera instancia, porque queríamos ver cómo un joven que se consideraba un psicópata llegaría a la meta de asesinar a Alyssa. Pero cuando la conocimos a ella no pudimos dejar de quererla. Es que Alyssa, con sus 17 años, es clara y no se conforma con su realidad.
Lo clave en Alyssa es que ella declara que odia a todo el mundo, algo en lo que muchas veces podemos identificarnos. Así que veamos las 11 veces que está joven nos hizo decir: Sí, soy ella.
1 Hay situaciones que nos sobrepasan, por eso siempre para calmarnos intentamos imaginarnos cómo un adulto lo haría.
2 Sabemos cómo hacernos notar: actitud y cara de perro.
3 Siempre, pero SIEMPRE, se puede bailar para olvidar los problemas.
4 Muchos dicen que solemos enojarnos con facilidad, aunque no entendemos por qué... ¡Maldita sea, nunca nos irritamos!
5 Solemos ser de esas personas que, como dicen, no tenemos pelos en la lengua. Siempre diremos lo que pensamos.
6 Detrás de esa irritabilidad e irreverencia, se esconde un costado sensible. Cuesta demostrarlo, pero sufrimos.
7 Nuestros amigos saben que no podemos disimular, así que si dicen algo que nos parece tonto, nuestra cara no demorará en expresarlo.
8 La ternura es algo que nunca nos va a caracterizar... No somos personas de abrazos.
9 Puede llegar ese momento en el que admitamos que estamos enamorados.
10 Pero siempre vamos a dejarnos momentos para estar a solas. El mundo es muy cruel y rápido para estar alerta todo el tiempo.
11 Para el resto del mundo, todo nos importa muy poco. En realidad, eso es bastante cierto.