Todo lo que SÍ nos gustó y lo que NO nos gustó de la serie de Marvel

El pasado viernes 23 de abril The Falcon and The Winter Soldier, la segunda serie del MCU estrenada a través de la plataforma de streaming Disney+ llegó a su fin luego de 6 episodios. Exitosa, como todo lo que estrena Marvel Studios, la serie tuvo muy buenos momentos combinados con otros que, quizás, no lo fueron tanto. A continuación, te contamos todo lo que nos gustó y también lo que no nos gustó de la historia de Sam Wilson y Bucky Barnes.

Uno de los puntos más interesantes de The Falcon and The Winter Soldier es que se metió con problemáticas bastante realistas y sociales, algo que no siempre vemos en las historias superheroicas. El conflicto de representación racial, encarnado por el dilema de Sam Wilson para levantar el escudo del Capitán América pero también a través de la historia de Isaiah Bradley, así como también los ideales de las distintas naciones, la discriminación y la falta de oportunidades para muchos están muy presentes en la serie y le dan un tono mucho más humano del que solemos ver en este tipo de producciones.

¿Para qué negarlo? Barón Zemo fue la gran sensación de la serie. El personaje interpretado por Daniel Brühl, a quien solo habíamos visto un poco en Civil War, aquí destapó su costado más carismático no solo demostrando sus muchos recursos para colaborar con la causa de Sam y Bucky, sino también sus poderes para la huida (imitando al Chapo) y, claro, cómo olvidarnos, su talento para el baile. Un personaje que, siempre que apareció en pantalla, brilló y que, por suerte, Bucky ya no tiene en su lista negra.

Las guerreras wakandianas también fueron una gran incorporación para la serie. Aparecieron en el momento justo para demostrar que, a veces, no hace falta ser un súper soldado para patear traseros. Le enseñaron una lección a John Walker y, luego, se llevaron a Zemo para hacer justicia por su rey asesinado, T’Chaka. Sin dudas, queremos ver más de ellas y ya estamos ansiosos por la serie de Wakanda que dicen que se viene.

El otro punto más alto de la serie fue John Walker. Creado para ser detestado e interpretado magistralmente por Wyatt Russell, John Walker fue otra demostración de lo difícil que es representar los ideales de una nación y, además, vivir a la sombra del enorme Steve Rogers. Fue el personaje que amamos odiar y, sin embargo, no podemos esperar a volver a verlo, esta vez como el US Agent.

Ya habíamos tenido un primer vistazo con Monica Rambeau en Wandavision, pero ahora por fin pudimos ver a ciencia cierta las consecuencias tanto del snap como del blip después del paso de Thanos por la Tierra. La desaparición y el posterior retorno de la mitad de la población puso en una encrucijada difícil al mundo entero, que lucha en The Falcon and The Winter Soldier por encontrar una solución para todos.

El que más pecó de esto, debemos decirlo, es Sam. Sobre todo en el final, cuando, una vez convertido en el Capitán América, debió enfrentarse a los líderes del mundo. ¿Era necesario ese discurso larguísimo? Se sintió forzado e incómodo.

Mientras que el final de Sam Wilson es prácticamente idílico, convirtiéndose en el Capitán América y disfrutando con su familia, sentimos que Bucky merecía más. Es cierto que logró forjar una amistad con Sam, algo que su psicóloga venía recomendándole, pero ¿qué va a pasar con él? ¿Será el sidekick de Sam? ¿Logrará forjar su propia identidad como héroe? No se nos escapa que lo vimos hacer el superhero landing…

La presencia de Sharon Carter en la serie no fue del todo armónica. Su personaje no aportó demasiado, más allá de sacar de apuros algunas veces a Sam y a Bucky, y por eso sorprende que la escena post créditos haya estado centrada en ella. ¿Nos entusiasma saber que es la Power Broker y que juega como doble agente ahora? ¿Pensar que se va a convertir en villana? La verdad es que no demasiado…