Estamos a pocos días de celebrar el Día del Orgullo y no es que me haya puesto a la tarea de ver series con la temática sino a analizar lo que veo, lo actual, ya que en su mayoría son producciones con personajes queer, gays, transexuales, etc.
Aunque ya había escrito una reseña aquí en Spoiler Time respecto a la serie The First Lady de Showtime, hubo un tema que me quise guardar para estas fechas, y es el de la Primera Dama Eleanor Roosevelt que es retratada como una mujer bisexual. Eso me generó un conflicto ignorante porque, obviamente, en los libros de historia no cuentan las vicisitudes sexuales de sus personajes más emblemáticos.
Crédito: Showtime
Eleanor Roosevelt, Primera Dama de los Estados Unidos desde 1933 hasta 1945, fue una de las mujeres más predominantes de su tiempo. Aunque estaba casada con el hombre más poderoso del mundo en su momento, tenía cabeza propia, ideas que la colocaban en el dicho público de su época. Sus pensamientos progresistas acerca del voto de la mujer, los derechos de los americanos afrodescendientes y actos feministas la convirtieron en un factor de cambio que dio pie a una Norteamérica moderna y vanguardista políticamente hablando.
La Primera Dama escribió semanal y mensualmente una columna en publicaciones reconocidas, realizaba conferencias de prensa regularmente y muchas veces estaba en total desacuerdo con las políticas de su esposo, el Presidente Franklin D. Roosevelt, y no tenía reparo en expresarlo de forma abierta como contundente. Presionó al Gobierno de los Estados Unidos a formar parte activa de la ONU de la cual ella fue la primera delegada activa en su país. Luchó por los derechos civiles de los refugiados a causa de la Segunda Guerra Mundial y de los judíos que escapaban de Hitler en Europa.
Aún después de la muerte de su esposo, permaneció muy activa en política y se convirtió en una de las 99 mujeres más predominantes de la historia. En el momento de su muerte ya se le consideraba una de las mujeres más queridas por todos, incluso en el ámbito internacional.
Crédito: Showtime
Felizmente casada con un gran hombre al que respaldó toda su vida, Eleanor encontraba calor en la compañía en Lorena Hicock, una columnista política del New York Times, a quien conoció gracias a diversas amistades en común (también abiertamente gays dentro su círculo) y de la cual poco a poco se comenzó a volver más cercana gracias a las recurrentes conferencias matutinas de Eleanor y la compaginación ideológica que encontraban la una con la otra.
Eleanor Roosevelt se vio perdidamente enamorada de Hick, como ella la llamaba, cuando la asignaron corresponsal dentro de la propia Casa Blanca. Así, la Primera Dama le escribía cartas de hasta quince páginas donde le expresaba el profundo cariño y las ganas que tenía de besarla y sentirla cerca. Pronto la relación se vio amenazada por los rumores gracias a una serie de fotos que el FBI, bajo el mando de J. Edgar Hoover, había obtenido de primera fuente. El rumor se esparció tanto que el FBI determinaba que tanto sus ideas como acciones eran de una persona comunista; esto ocasionó que Hick renunciara a su puesto en el periódico y aceptó una posición que la propia Eleanor Roosevelt le dio, con permiso de la propia presidencia.
Crédito: Showtime
Mujer, queer, Primera Dama, esposa, activista, amante, luchadora, política, escritora, madre, pero más que todo una mujer libre para expresarse y llevar una vida de la que no se arrepintió de nada. Un ejemplo de lucha y activismo efectivo desde la trinchera política de alto rango, una influencia de la que pocos conocemos y hablamos, pero también una vida personal intensa y desinhibida, que también resultaría un poco reduccionista solamente celebrarla solamente por eso.