El reboot de la icónica historia japonesa puede llegar a espantarlos, pero…
The Grudge (La maldición renace) es un intento de remake/reboot de la cinta de terror japonesa Ju-On del 2003. La nipona tuvo un gran éxito internacional que la llevó a tener una versión americana en 2004, de la mano del mismo director, Takashi Shimizu, quien supo imprimirle un poco de la magia y el misticismo de la original y lograr un éxito comercial en el país del norte.
Ahora en 2020 bajo la batuta del director/guionista Nicolas Pesce (Piercing, The eyes of my mother) nos llega esta nueva versión.
La historia nos cuenta acerca de una maldición que ocurre en una casa japonesa y que se transmite a cualquiera que tiene contacto con ese lugar. Ahí habitaba una mujer norteamericana que al regresar a su hogar en los Estados Unidos se lleva consigo a la entidad sobrenatural que atormenta a todas las personas que entren en su nuevo espacio. Así, la trama comienza cuando vemos a esta mujer llegar a América y a partir de ahí la historia se desenreda en contarnos el fatal destino de las diferentes familias que han desfilado por la casa en un periodo de dos años. En el presente, los detectives Goodman (Demián Bichir) y Mooldon (Andrea Riseborough) comienzan una investigación referente a una de las muertes y al seguir las pistas Mooldon entra en la casa llevando la maldición hacia su familia.
Pesce logra, en momentos, crear una atmósfera adecuada para el film, con una fotografía precisa a cargo de Zack Galler (Manhunt, The Ticket) y la música de los Newton Brothers (Doctor Sleep, The Haunt of Hill House). O sea, se logran concretar diversos y dignos “jump scares” a lo largo de la cinta, pero nada más.
Pero...
El problema de la cinta es que en su intento de refrescar la historia, que vagamente nos remite a los sucesos de las películas originales, nos cuenta de manera simultánea en diferentes tiempos las historias de 3 familias que sufren a causa de la maldición. Sin embargo, eso en lugar de ayudar a que la historia fluya, la enreda más de lo necesario, provocando confusión en el espectador. Además, no permite que exista ningún vínculo dramático entre los personajes y mucho menos con la audiencia.
A su vez, para los que hayan visto la anterior versión de 2004 o las múltiples versiones japonesas, esta cinta no presenta nada nuevo: está llena de clichés y de lugares comunes que la hacen totalmente predecible.
También debemos acotar que Damian Bichir (que por fin está alejado de todo estereotipo racial) es un detective al estilo True Detective pero que no tiene peso en la trama; pareciera que está ahí solamente para ser el personaje recurrente de alguna posible secuela.
Otra de las cosas que nos molesta como fans del cine de terror es que el antagónico principal, el espíritu Kayako, solo aparece 8 segundos en la cinta, despojando así a la cinta de uno de los diferenciadores que la hicieron sobresalir de las demás de su tipo. Al final, el espíritu de la maldición no tiene ninguna motivación ni historia que contar, al hacer esto la cinta se convierte en una genérica más, una simple cinta de sustos que no trascenderá más allá de su paso por la salas.
En resumen
The Grudge (La maldición renace) es una cinta más de terror del montón que desperdicia toda la mitología que se había creado con los personajes y trata de iniciar de cero, pero no tiene los elementos para poder hacerlo. Mezclar de esa manera las historias de las víctimas no funciona y hace que la trama principal nunca termine de cuajar. Aunque no podemos negar que hay ciertos momentos para el espectador ocasional, la propuesta en general falla.
Lo más terrorífico de esta cinta es ver cómo masacran la idea y la historia original.