Si hablamos de cineastas que han marcado una época de gloria dentro de la industria hollywoodense y que se han ganado a pulso un amplio respeto en cuanto a su forma de retratar un amor y un sentido íntimo cinematográfico, con una visión compleja sobre la narrativa que corresponde al propio lenguaje fílmico, Martin Scorsese sin duda sobresale de entre ellos, pues a lo largo de las décadas, el cineasta se ha encargado de impregnar con su propio estilo y sello cintas como Raging Bull (1980), Casino (1995), The Departed (2006), Shutter Island (2010) y The Wolf of Wall Street (2013), entre muchas más, y que justamente ahora, de la mano del líder en contenido por streaming, Netflix, nos entrega una nueva joya que pasará a los anaqueles de la historia cinematográfica. Estamos hablando de The Irishman o, como la nombraron en Netflix Latinoamérica, El Irlandés.
La nueva cinta de Scorsese profundiza sobre la evolución y las consecuencias de nuestros actos, pero…
La cinta, una adaptación del libro I Heard You Paint Houses de Charles Brandt, nos muestra a nuestro personaje central, a quien conocemos en la primera secuencia, Frank Sheeran (Robert De Niro), un veterano de la Segunda Guerra Mundial, estafador y sicario que trabajó con algunas de las figuras más destacadas del Siglo XX. Él es el famoso irlandés y esta es la crónica de uno de los grandes misterios sin resolver del país: la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa. Un gran viaje por los turbios entresijos del crimen organizado: sus mecanismos internos, rivalidades y su conexión con la política.
Sobra decir que dentro de esta producción, la compleja reflexión interna que realiza el propio director sobre la columna vertebral del cine que él mismo ha ayudado a construir, el de los grandes mafiosos, las conspiraciones, los asesinatos sin escrúpulos y el tan sofisticado sistema de implementar personajes frívolos y esplendorosos brilla con luz propia. Cada elemento establecido fluye de manera elegante y atrapante, y sucede de forma tan digerible que incluso su metraje no se llega a sentir, acierto que caracteriza al propio Scorsese, quien tiene una maestría para contar relatos.
Cuestiones como la fotografía, el montaje, el diseño de arte y demás rubros que envuelven a la cinta sobresalen de entre la actualidad de filmes, parte de una industria que cada vez se nota más cansina al utilizar un fórmulas repetidas para retratar historias sacadas de libros de historietas o readaptar viejos éxitos que ya no encajan con la actualidad que vivimos. Cada una de las capas dentro de esta producción juega un rol importante que permite que el engranaje que es The Irishman, encuentre su perfecta ejecución.
El apartado estructural de la cinta está por demás trazado con extrema delicadeza, pues se hace gala de la soberbia intelectual del propio Scorsese, quien detalla con cabalidad su visión de dicha época y de sus personajes, permitiéndole a los propios actores desenvolverse dentro de una consolidada atmósfera que provoca la idoneidad de la interpretación, pues tanto De Niro, como Pacino y Pesci, impactan a bocajarro con su nivel de histrionismo, quedando enmarcados dentro de una connotación propia de sus primeros grandes pasos dentro de la escena hollywoodense, la de los matones y miembros del crimen organizado. Aquí se complementan y se dan impulso, a la vez que se permite disfrutar de una mediana (si se le quiere llamar así) ejecución tecnológica para rejuvenecer a los propios intérpretes a través de diversas décadas, llegando hasta la de la actualidad.
Pero...
El único “pero” que podemos nombrar es que debería durar más, en serio; más de 3 horas, aunque no lo crean, es poco. Es una obra de arte de principio a fin, deliciosa, única.
En resumen
The Irishman es una cinta que evoca y nos recuerda los grandes cimientos a través de los cuales se ha forjado un arte como lo es el séptimo arte, una conceptualización como tal de la vida y la historia; deleitando con pilares estructurales como la narrativa interna y los personajes intrínsecos a ella, mismos que han hecho a Scorsese uno de los grandes referentes dentro de la cinematografía actual y que simple y sencillamente se agradece sigan existiendo; provocando y creando de su genialidad materia pura para contemplar.
Debes verla YA.
