The Killing: policial, política y homicidio

AMC casi sin hacer ruido nos ha presentado las mejores series del momento: con calidad y realizadas con la templanza de los que saben hacer las cosas bien hechas. No en vano, allí tenemos sus productos Breaking Bad, Mad Men, The Walking Dead, The Killing y este 2015 sus nuevas incursiones Fear The Walking Dead y Humans.

Ahora bien, hoy hablaré de The Killing: cayó en mis manos como de la nada, sin esperarlo y desde el primer día se ha convertido en una de mis series favoritas, sin duda, dentro del top 5 de mejores series. Y esto no es por casualidad.

The Killing es la adaptación de una serie sueca llamada “Forbrydelsen” de la que poco o nada hemos oído y de la que poco o nada hay que saber porque, The Killing, es simplemente insuperable. Su ritmo pausado es por otro lado intenso y trepidante, hace que el espectador se quede con ganas de más al acabar cada episodio de forma magistral, con esa canción que se repite siempre en los minutos finales y que atrapa uniendo a todos los personajes en escenas finales maravillosas.

La serie cuenta la historia de la detective de homicidios “Linden” que está a punto de mudarse a California junto a su prometido y a su hijo de 15 años, cuando un caso de homicidio se le presenta de forma sorpresiva. El caso se va complicando por lo que Linden y su nuevo reemplazante Holder continúan la investigación para saber quién mató a la joven Rosie Larsen.

Lo bueno de The Killing es que mezcla el lado policial y el suspenso de la investigación del homicidio con la tristeza y los tiempos difíciles que pasa la familia de Rosie Larsen. No sólo es una trama policial, sino que muestra el lado humano del caso y además incluye el lado oscuro de la política al verse involucrado un político en plena campaña para convertirse en alcalde.

Es la primera vez que se logra transmitir con éxito todo el espíritu de la película Seven, con su atmósfera densa, lluviosa y su sensación de terror asfixiante en una ciudad de Seattle calada hasta los huesos, oscura y amenazante.

Sus personajes son simplemente formidables, grandiosos, magníficos. Sobre todo el támdem protagonista que pasará a la historia de la televisión: Sarah Linden (Mireille Enos) una nueva heroína que en realidad es una anti-heroína (fría, egoísta, solitaria) que persigue sus intuiciones como un perro de presa. Y por otro lado Stephen Holder (Joel Kinnaman), el Brad Pitt arrogante e informal con prácticas que rozan la legalidad. Simplemente geniales, completos, imperfectos.

Es posiblemente una de las series que más enganchan desde su primera escena: siempre quieres ver más y más y más, algo que se ha convertido en la seña de identidad del canal AMC.

Nada es lo que parece en la oscuridad de The Killing: giros dramáticos a los que el espectador ya no estaba acostumbrado, te quedarás sin aliento en los episodios finales de cada una de sus 4 temporadas.

The Killing es el fin de las series policíacas al uso (de las que no soy especialmente fanática) y por fin se le da más importancia a las consecuencias de un asesinato y no a la brutalidad intrínseca del mismo, miles de personajes cruzarán sus vidas de forma mágica en torno a la figura del personaje asesinado: Rossie Larsen.