Esto es TODO lo que descubrimos en la segunda semana del documental

Nos metemos en el tercer y cuarto episodio de The Last Dance, con el primer campeonato de Chicago, el incontrolable Rodman, los Bad Boys Pistons, uno de los tiros más famosos de Jordan y mucho más.

¡Vamos!

Si el equipo rival se prepara específicamente para frenarte e incluso diseña un sistema exclusivo para ello, estás en otro nivel. Eso fue lo que hicieron los Detroit Pistons durante dos temporadas consecutivas, y les funcionó. Isaiah Thomas y John Salley, miembros de ese equipo, reconocen que fue necesario hacer esto porque Jordan “no es humano”

Brendan Malone, asistente de ese equipo, explica cómo eran esas reglas: “Si él estaba en las puntas, lo íbamos a empujar hacia el codo y no lo íbamos a dejar llegar al aro. Cuando esté en el centro, lo íbamos a obligar a ir hacia la izquierda. Si estaba en el poste bajo, lo atrapábamos entre varios. Y si él llegaba a la línea final, Lambeer y Mahorn lo iban a tirar al piso”. Ir a jugar contra los Pistons y subirse a un ring, era prácticamente lo mismo para MJ.

Debido a su forma de juego mucho más física, los Pistons se transformaron en los villanos de la década del 80 en la NBA. The Last Dance cubre sus batallas contra los Bulls, pero antes de eso venían de tener una dura rivalidad contra los Celtics de Larry Bird y los Lakers de Magic Johnson. Fue así que se ganaron su apodo de “Bad Boys” (nada que ver con Martin Lawrence y Will Smith, claro… :P).

Luego de un par de años donde los Bulls habían pasado de ser unos de los peores equipos de la liga a uno mediocre, llegaron los playoffs donde debieron demostrar que iban a dejar atrás esa mentalidad perdedora que los venía persiguiendo. El tiro ganador de MJ estuvo lleno de bronca por la desconfianza de la prensa hacia Chicago.

Esa serie fue en 1989 contra los Cleveland Cavaliers de Larry Nance, Mark Price y Ron Harper, entre otros, a quienes enfrentarían tres veces más en el futuro, ganándoles las finales de conferencia en 1992, las semifinales en 1993 y la primera ronda en el 94.

Los playoffs de ese entonces eran diferentes a los de ahora, ya que era al mejor de 5 partidos y Jordan, además del tiro ganador que clasificó a Chicago, promedió 40 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 3 robos. Nance, el mejor de Cleveland, apenas llegó a 19 por partido.

Rodman fue una de las figuras más predominantes de estos dos episodios y también alguien muy importante en la historia de Jordan, para bien y para mal: fue uno de los pilares de los Bad Boys Pistons y también de los Bulls que ganaron todo.

Quizás Rodman haya sido noticia en el último tiempo por ser un íntimo amigo del líder coreano Kim Jong-Un, pero en los 80/90 era uno de los jugadores más extravagante y controvertidos de la liga. En los Pistons era el defensor más molesto del equipo, complicándole la vida a Bird, Magic y más tarde a Jordan. Él fue una de las causas por las que debió ganar peso para soportar los golpes. Gary Payton, otra de las figuras de la época lo describe como “el tipo que arruinaba todo”.

A pesar de su talento para defender y agarrar rebotes, Rodman también tenía una personalidad muy particular. Llegó a los Bulls luego de estar a punto de suicidarse en Detroit, y allí se convirtió una pieza clave para seguir ganando anillos. No obstante, era un tipo de perfil alto, saliendo con Madonna y Carmen Electra (WOW) y tanto Jordan como Jackson tenían que controlarlo de vez en cuando, e incluso entenderlo, dejando que se tome unas “vacaciones” en Las Vegas en el medio de la temporada 98.  

Luego de perder dos series seguidas contra ellos, Michael se obsesionó con ganarle a Detroit, y luego de perder su segunda final consecutiva contra ellos, decidió ganar fuerza muscular para aguantar los golpes, mientras que también empezó a exigirles más a sus compañeros.

El camino de los Bulls para la temporada de 1990 fue, básicamente, prepararse física y mentalmente para enfrentar a los Pistons. Sabían que los iban a ver en la final de la conferencia este y debían estar preparados para poder llevarse este tercer cruce. Algo parecido a lo que sucedió entre los Rockets y los Warriors en los últimos años de la NBA, salvo que en esta ocasión Chicago no se que quedó corto. 

Con Jackson mejorando el sistema, un equipo más físico, colectivo y más maduro, Chicago terminó barriendo a los Pistons que, por una cuestión de orgullo o por no saber aceptar la derrota, se terminaron yendo del estadio sin saludar a los Bulls. Se generó un odio insalvable entre los dos equipos, hasta el día de hoy siguen teniendo diferencias. Si desean saber más sobre estos Pistons, ESPN sacó un documental 30 x 30 de ellos en 2014. Imperdible.

Jackson, quien eventualmente se convertiría en el entrenador más exitoso de la liga con ¡11! anillos, se hizo del cargo luego de trabajar como asistente de Collins, cosa que en la NBA sucede muy seguido. Él quería que Jordan obtenga más ayuda de sus compañeros, pero MJ no pensaba igual y le costó adaptarse al nuevo sistema.

Claro, venía de tener una gran relación personal con Doug Collins y de ser MVP, DPOY, MVP del all-star y ganar una competencia de volcadas. No obstante, el mismo Collins admite que había algo raro con Jackson y que a mitad de temporada ya sabía que lo iba a reemplazar.

En los primeros episodios vimos que Jordan estaba muy encariñado con Phil Jackson y dijo que no iba a jugar en ningún equipo que no sea dirigido por él, pero en sus primeros partidos era muy diferente. MJ estaba muy cómodo con Doug Collins, el coach anterior, y no le gustó nada este cambio.

Por último tenemos el primer campeonato de Chicago enfrentando a los lesionados Lakers de Magic Johnson, James Worthy, Sam Perkins y Vlade Divac, entre otros. Un título que quebró a Michael y tanto nosotros como sus compañeros lo vemos humanizarse por primera vez.

Según Jordan, esto no solo fue importante para él por la consagración, sino porque finalmente iba a entrar en la conversación de quién es el mejor, que en ese momento dominaban Bird y Magic. Cuando Jordan entró al vestuario con el trofeo, sus propios compañeros se sorprendieron por ver a MJ emocionarse, luego de estar años soportando sus constantes enojos y frustraciones dentro de la cancha.

Esta si fue una serie a 7 partidos como las de ahora. Jordan promedió 31 puntos, 6 rebotes, 11 asistencias y 3 robos, acompañado por un Pippen que finalmente logró conectarse con Michael y un Phil Jackson que le hizo entender el juego de una forma un poco más colectiva. Faltan 5 campeonatos más para cubrir en The Last Dance, esto recién empieza.