El Último Duelo nos trae un enfrentamiento épico que nos hace reflexionar, pero…

The Last Duel (El Último Duelo) del director Ridley Scott es una historia épica basada en hechos reales situada en el período de La Guerra de los 100 años en 1386. Narra el drama del último duelo a muerte del cual hay registros en la historia europea. Estelarizada por Matt Damon, Ben Affleck, Adam Driver y Jodie Comer, esta superproducción ya se puede ver a partir de hoy.

La historia nos cuenta desde 3 perspectivas diferentes el abuso que perpetró Jacques Le Gris (Adam Driver) a Marguerite de Carrouges (Jodie Comer) cuando su esposo, Sir Jean de Carrouges (Matt Damon), se encontraba peleando en la guerra. La historia se remonta a varios años atrás cuando vemos a Sir Jean tratar de salir avante entre la oligarquía británica representada por el conde Pierre d’Alençon (Ben Affleck) quien al no aceptar a Jean por considerarlo un bárbaro iletrado le iba poniendo obstáculos y hasta quitándole la oportunidad de obtener unas tierras que le correspondían cuando desposó a Marguerite.

A pesar de que Jacques Le Gris era un soldado como Jean, su amistad con Pierre d’Alençon le permitió ir escalando posiciones hasta convertirse en la mano derecha del conde y parte de la monarquía. Ese espacio de poder le permitió tener a todas las mujeres que deseaba y al conocer a Marguerite queda sorprendido por su belleza y su sabiduría que contrastaba con el salvajismo de Jean. Por ello decide darle rienda suelta a la pasión que sentía por ella aprovechando que su esposo estaba fuera de la ciudad.

Sir Jean, al saber esto, y conociendo de antemano que Le Gris es intocable y que negaría todo, decide acudir directamente al rey y solicita una audiencia con su corte para pedir que en lugar de enfrentar la palabra de Marguerite contra la de Le Gris en un juicio, sea Dios quien decida quien dice la verdad a través de un combate a muerte. El rey accede a que se lleve a cabo el duelo, pero las reglas estipulan que si Jean pierde Marguerite será quemada en la hoguera.

En el último duelo no solo está en juego la verdad y la reputación de Marguerite, también lo está el papel de las mujeres a las que ella representa, las que no pudieron levantar su voz ni pedir justicia en toda la historia de la humanidad.

Eric Yager, autor del libro en el que está basada la historia, realizó una ardua investigación de más de una década en la que a través de una intensa búsqueda documental creó descripciones increíblemente detalladas que dan cuenta de las razones y los detalles del último duelo de la historia. Matt Damon de inmediato vio el potencial y contactó a Ridley con quien había trabajado en The Martian para que se encargara de la dirección. Damon, junto con Ben Affleck, que no habían trabajado juntos desde Good Will Hunting como productores decidieron, llamar a la escritora nominada al Oscar, Nicole Holofcenter, para adaptar el libro. Al no encontrar otro escritor que entendiera el proyecto, Damon y Affleck decidieron adaptarlo ellos mismos junto con la escritora. El resultado es un relato que se cuenta en tres episodios cada uno centrado en darnos la versión de los hechos desde diferentes perspectivas, al estilo de Rashomon de Kurosawa.

Ridley Scott reconstruye perfectamente Siglo XIII con la meticulosidad que lo caracteriza, además de presentarnos hermosos escenarios reales y castillos que son excelsamente fotografiados por Dariusz Wolski, quien utilizando las ventajas de las cámaras digitales empleó más de 360 para aprovechar al máximo la luz natural que tienen los interiores de las construcciones de antaño. Las imágenes en conjunción del score de Harry Gregson-Williams crean el escenario perfecto para el lucimiento de los actores.

Scott se caracteriza por sacar buenas actuaciones de sus estelares y esta no es la excepción: Matt Damon está perfecto como siempre en su papel del recio soldado; Adam Driver demuestra que es uno de los mejores actores hoy en día; Jodie Comer brilla con su perfecta actuación, como la mujer que es violentada y después en busca de justicia.

En suma, Ridley Scott demuestra que aún tiene los bríos suficientes para ser considerado uno de los mejores directores activos de la actualidad. Se nota en cada imagen su mano y la secuencia del duelo final es tan grandiosa como las mejores batallas de Gladiador.

A pesar de ser una película de época, el mensaje central acerca de la situación de la mujer es tan moderno como necesario. Sin embargo, estos temas de género podrán parecer metidos con calzador. Bien se pudo ahondar más en ellos al darle más profundidad al personaje de Jodie Comer, quien a pesar de brillar en la cinta también parece que fue desaprovechada.

La parte medular de la cinta, el abuso que sufre Marguerite, es tan brutal y crudo que aumenta con la repetición del acto en cada uno de los episodios de la cinta. Esta parte será muy incomoda para algunos de los espectadores por lo que se recomienda discreción en esta parte.

Por otro lado, la historia podrá parecer larga y repetitiva (más de 2 horas y media), pero gracias a la maestría del director la duración se va como agua sobre todo al llegar al tercer acto.

The Last Duel (El Último Duelo) es un gran drama de época, espectacular y perfecto. Incluye todos los temas preferidos del autor: épicas batallas, grandes escenarios, reflexiones políticas y de la masculinidad, además de contar con un personaje femenino tan fuerte y manipulador que es el ojo del huracán del relato. A través de ella la película es una moraleja acerca del papel de las mujeres en la historia de la humanidad.

Ridley Scott nos entrega una de las mejores películas que ha dirigido en la última década y demuestra que es uno de los mejores directores en activo. A través del último duelo nos da una clase de historia que nos hace mirar al pasado para aprender de él y así mejorar el futuro.