En su cuarta temporada, The Marvelous Mrs. Maisel no baja el nivel

Desde su estreno allá a lo lejos en el 2017, The Marvelous Mrs. Maisel, la serie creada por Amy Sherman-Palladino y protagonizada por Rachel Brosnahan, no ha parado de brillar. Luego de más de dos años de espera su cuarta temporada arribó, con entregas semanales, a la plataforma de Amazon Prime Video y demostró por qué: la serie continúa siendo brillante, llevándonos de viaje por el tiempo (en esta entrega ya empezamos a abandonar los cincuentas para entrar en los años sesenta) y mostrándonos más aristas de este personaje femenino que no para de crecer.

La cuarta temporada de The Marvelous Mrs. Maisel es una temporada sobre la quietud. Midge, nuestra heroína que parecía capaz de comerse el mundo, está paralizada luego del final abrupto de la tercera entrega en el que sus posibilidades de saltar a la fama se habían esfumado en una pista de aterrizaje de un aeropuerto.

La vida no es fácil para Miriam Maisel en la cuarta temporada de su serie, The Marvelous Mrs. Maisel. Luego de haber dado un show espectacular en el Apollo, abriendo para Shy Baldwin, pero quizás revelando algunos de los secretos mejor guardados del cantante, la comediante en ascenso se queda sin la posibilidad de continuar la gira con él, despedida en la pista de aterrizaje a punto de alzar vuelo hacia Europa.

Midge no toma el golpe con gracia. Endeudada hasta la médula, con el orgullo de comediante herido, se pasa casi toda la cuarta temporada tomando malas decisiones. Encaprichada con poder hacer lo que quiera sobre el escenario, deja pasar oportunidades a diestra y siniestra y va quedando aislada hasta que su única opción es trabajar en un cabaret ilegal en el que sin dudas trae muchas mejoras y demuestra su talento, pero que no precisamente sirve como ventana para el estrellato.

El resto de los personajes tampoco la pasan bien: Joel, quien por fin parece establecerse en su negocio con su bar, debe enfrentarse a la realidad de que tiene una novia de la comunidad china y que sus padres no saben nada al respecto. Rose y Abe, los padres de Midge, que vuelven a vivir con ella en el departamento que Miriam compró endeudándose, no pueden ayudarla financieramente, aunque sí se dan el permiso de explorar sus posibilidades laborales, con los contratiempos que esto conlleva. Suzy, por su parte, intenta crecer como representante, perseguida por Sophie Lennon, los caprichos de Midge y nuevos rostros que no siempre harán su vida más fácil.

Más allá de los detalles que siempre hacen de The Marvelous Mrs. Maisel una serie maravillosa (los vestuarios, los diálogos inteligentes y veloces, las secuencias casi coreografiadas de comedia, las actuaciones desopilantes y algunos invitados de lujo como Jason Alexander o Milo Ventimiglia), uno de los puntos más altos de esta cuarta temporada es la incorporación más constante del personaje de Lenny Bruce.

La química entre Miriam y Lenny traspasa la pantalla y Luke Kirby nos entrega a este artista algo torturado, brillante y generoso, que intenta llevar a Midge hacia lo más alto, de una manera impresionante. El episodio final, que recrea la actuación de Bruce en el Carnegie Hall, es de un preciosismo pocas veces visto en la televisión: gracioso, sensual, tierno, conmovedor y mucho más. Los intercambios entre Midge y Lenny son para ver y rever, tanto desde los diálogos como desde la gestualidad, que demuestran el talento tanto de Rachel Brosnahan como de Luke Kirby.

La pregunta para la quinta y última temporada es si Midge podrá prescindir de su orgullo, de sus temores, de su “plan”, para lanzarse de cabeza hacia diversos trabajos que quizás no coincidan tanto con su visión de mundo pero que puedan abrirle las puertas del estrellato. ¿Podrá hacerlo esta ama de casa con anhelos de comediante? Todos deseamos que sí.