¿Qué es la muerte? ¿Qué pasa después de que las funciones vitales del cuerpo dejan de accionar? ¿Es cómo dormir? ¿Qué vemos al estar abandonando la vida física? ¿Desaparecemos o pasamos a otro tipo de vida más etérea y metafísica? Mike Flanagan desde hace varios años ya se hacía esas preguntas con algunos de sus trabajos filmográficos y televisivos. La Maldición de Hill house (2018) fue una de las primeras en ser contada con esta perspectiva, aunque la obra literaria original de Shirley Jackson no dialoga con estas preguntas, por lo menos no de manera tan insistente. También en Doctor Sueño (2019) el director se encarga de dar al trabajo de Stephen King una perspectiva mucho más espiritual. Hay escenas claras en las que el personaje de Ewan Mcgregor (Dany) sabe cuándo van a morir los pacientes de un asilo del cual él es ayudante. Cada uno de estas personas mayores dan su último aliento y mientras esto sucede todos ven como gente conocida de su vida que fallecieron antes, vienen por ellos, seguido un bao blanco que sale del cuerpo y este deja de funcionar.
En The Midnight Club (El Club de la Medianoche), Flanagan coloca a un grupo de adolescentes y adultos jóvenes en el centro de estos cuestionamientos. Mientras que estos personajes desahuciados a muerte por diferentes tipos de enfermedades van por ese camino en una casa de asistencia a la cual ellos han decidió ir para facilitarles la vida a sus familias; también hacen fantasmas cada noche contando historias en El Club de la Medianoche. Cada noche es una historia distinta de cada uno de los residentes de esa casa, pero también un día menos de su existencia física.
Mike Flanagan es un romántico acerca del tema de la muerte. Se nota desde su tratamiento en los temas y con los personajes. Aunque sí no les da ninguna tregua emocional ni tampoco muchas experiencias positivas, en The Midnight Club (El Club de la Medianoche) los dota del poder creativo de la narración y creación de historias mientras se están yendo de este mundo; cuentos que van empapados de esa pesadumbre emocional que significa la muerte consciente. No nos cuenta ni tampoco ahonda mucho en cómo van empeorando en su situación física, solo sabes que las cosas no van bien por medio de estos cuentos que se cuentan entre ellos.
Al mismo tiempo, el director y escritor es bastante duro cuando de plasmar el duelo se trata. Al momento en que estos personajes comienzan a morir uno a uno, el espectador es cuestionado en temas como: el duelo, la soledad, la resignación y la vida después de la muerte de un ser querido. El tratamiento de Flanagan no se desgasta en explicar el lado incorpóreo de la existencia después de la partida, ahonda en los temas humanos que más nos aterran: superar la ausencia de nuestros seres queridos.
La serie coloca sobre la mesa muchas preguntas, y aunque no las responde, teoriza sobre cómo es este proceso en el que todos nos encontramos que es la muerte. Ya sea a causa de una enfermedad o un accidente lo que nos quite la vida, el tema para los que se quedan es ¿qué hacer después de la muerte? ¿Cómo afrontar la vida con la muerte en la cara?
El show de Mike Flanagan es de cocción muy lenta porque quiere hacer sentir al espectador esa aguerrida forma que tienen los desahuciados de aferrarse a cada momento que les queda de vida. La serie es lenta porque representa el punto de vista de los que no se quieren ir y cada segundo vale.
The Midnight Club (El Club de la Medianoche) es una serie que confronta mucho a su espectador con temas y preguntas tanatológicas que lo colocan en una posición imaginaria de qué pasaría perder a ese ser querido o bien, enterarte que en 6 meses vas a morir. ¿Qué harías con tu tiempo?
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