El periplo de Naz continua y en el segundo episodio nos damos un poco cuenta para donde va a tomar rumbo la serie.
Además de fortalecer a cada instante la cinematografía -planos abiertos hermosos que nos remiten a House of Cards ,Igor Martinovic es el cinematógrafo a cargo y hace lo mismo en la serie de Netflix- y el discurso poderoso a nivel guión que desde el episodio 1 se ha presentado, en este episodio 2 pudimos entender el protagonista de la serie que no es Naz, ni tampoco el genio John Turturro como el abogado John Stone sino es el sistema judicial.
Conocimos al padrastro de Andrea que si me preguntan, podría incluirlo en el listado de sospechosos. Por su aparición y lo que contó durante el reconocimiento del cadáver; madre muerta recientemente, Andrea dueña de la casa de la madre, así como dudar cuando fueron entregadas las fotos para reconocer a su hijastra, sumado a la suerte de desgano e impasividad frente a toda la situación hace que dudemos de él.
Pasando a Naz, sus padres logran a través de Box poder compartir unas palabras con él. Reafirma Naz que no fue culpable, que no lo hizo y por ahora le creemos, no podemos ni tampoco queremos desconfiar de él.
Durante el recap pasado resaltamos la frase, lugar equivocado con personas equivocadas para expresarnos respecto a la situación de Naz durante la noche del asesinato de Andrea. En este episodio la frase salió dos veces en escena; pero en sentido contrario y con otro protagonista; el abogado Stone, quien estuvo en el momento adecuado, en el lugar adecuado para tomar el mediático y complejo caso de Naz.