El pasado 12 de noviembre se estrenó en Apple TV+ la esperada serie de drama/comedia The Shrink Next Door, miniserie que concluirá en su episodio 8 y que está basada en los hechos reales escritos en un podcast homónimo.
Cabe señalar que, como pueden ver en el trailer y según nuestros informes oportunos hace meses, los poderosos estelares de Will Ferrell y Paul Rudd llevan en hombros esta historia sobre un hombre atribulado y su taimado psicólogo, enriquecido por supuesto con el papel de soporte de nuestra amada brujita Agatha Harkness, Kathryn Hahn.
Y sí: teniendo dos actores expertos en comedia como Ferrell y Rudd uno pensaría que las risas y el buen humor están garantizados. No obstante, muchas personas en redes sociales se están quejando justamente de lo contrario: terminan ansiosas, deprimidas y hasta enojadas.
Y esos sentimientos no son buenos en pandemia, ¿verdad? Bueno, pues les contamos por qué sucede esto y si realmente NO ES recomendable ver The Shrink Next Door, al menos en lo que termina este encierro forzoso.
Bien contado, bien escrito y bien actuado
Es muy simple: algo en manos de la talentosa guionista Georgia Pritchett (Veep) difícilmente va a salir mal, y ese es el caso con The Shrink Next Door donde adapta de forma impecable las crónicas de Joe Nocera.
Por supuesto, siendo la fuente las narraciones de un podcast, el proceso para una miniserie es colosal, tarea que se logra de forma estupenda, con el complemento de Michael Showalter (The State) como director.
Y ni qué decir de los estelares. Tenemos un Will Ferrell con su mejor papel dramático en años y un Paul Rudd que entrega al manipulador y odioso Dr. Isaac Herschkopf. ¡Qué grandes momentos nos entregan estos dos!
Entonces, ¿cuál es el problema?
El problema es cómo se vendió esta miniserie desde su principio. Como recordarán hace dos años que informamos, The Shrink Next Door sería “una comedia”. Pero lean la sinopsis oficial, ¿les suena a comedia?
Inspirada en hechos reales, The Shrink Next Door detalla la extraña relación entre el psiquiatra y las estrellas, el Dr. Isaac “Ike” Herschkopf (Rudd) y su paciente Martin “Marty” Markowitz (Ferrell). A lo largo de su relación, el encantador Ike se inserta lentamente en la vida de Marty, incluso mudándose a la casa de Marty en Hamptons y persuadiendo a Marty de que lo nombre presidente de la empresa familiar. La serie explora cómo una dinámica médico-paciente aparentemente normal se transforma en una relación de explotación llena de manipulación, toma de poder y disfunción en su máxima expresión.
¿Verdad que no? Un dato interesante es que los creativos de la serie recientemente reconocieron que era solo un gancho para esperar la serie. ¡Vamos, hasta el tráiler promocional es engañoso!
Nuestra recomendación
¿Significa eso que no deberíamos verla? ¡Todo lo contrario! Hay películas como Music (de Sia) y la maravillosa I’m Thinking of Ending Things de Charlie Kaufman que son joyas en sí mismas… pero que su psicología y profundidad son tales, que en un estado de depresión o tristeza profunda, podrían resultar hasta una tortura, en lugar de un divertimento.
Justo eso pasa con The Shrink Next Door. Al trote de la miniserie –particularmente a partir del tercer episodio– el tobogán de emociones que sabemos llegarán a un MAL final para uno o ambos personajes llega a ser más tortuoso que el final que se acerca. Al momento de que se escribió este artículo van 5 episodios estrenados y créanlo: se nos hace cada vez más y más difícil seguir viendo la serie.
Pero somos muy necios y amamos tanto a Rudd, Ferrell y Hahn, que llegaremos al final sin duda alguna. No se pierdan de The Shrink Next Door, exclusivamente en Apple TV+.
