Yo fui una de las personas que defendió The Witcher cuando se estrenó por allá de 2019. No me escondo. Mientras a mí me pareció muy inteligente su estructura narrativa y me encantó la actuación contemplativa y restringida de Henry Cavill como Geralt de Rivia, mucha gente odio la serie precisamente por estas dos cosas. Y si bien no he leído las obras de Andrzej Sapkowski, como producto a parte, me dejaba satisfecha. Pero ese sentimiento mío hacia la serie, cambió con el estreno de la segunda temporada, la cual me pareció desastrosa. Y debo decir que para mí esta adaptación de Netflix perdió lo que le quedaba de encanto en esta tercera temporada. La última de Cavill.
No voy a negar que la tercera temporada tiene sus cosas buenas como la química entre los personajes de Cavill y Anya Chalotra, quienes en las temporadas pasadas me parecían muy sosos con su romance. También la dinámica familiar entre Ciri, Yenner y Geralt está muy bien construida. Y, por último, Jaskier continuó siendo el mejor personaje de la serie, no solo con sus buenos chistes, sino también con su crecimiento como personaje.
Pero a pesar de todas esas cosas buenas que les menciono, me quedé con una sensación de insatisfacción. El conflicto político es un dolor de cabeza. Pero mi principal queja tiene que ver con que esta era la última temporada de Cavill como Geralt. Porque definitivamente la showrunner Lauren Schmidt Hissrich y los guionistas de la serie no le dieron una despedida digna, como yo creo que se lo merecía.
Aunque es obvio que ni ellos sabían al momento de filmar el episodio final, que esa sería la despedida de Cavill, porque de otra manera, se hubieran esforzado más en hacerlo algo épico, algo que fuera memorable para los fans, quienes ya nos habíamos encariñado con el actor.
No quiero decir que el final no sea emotivo o acorde con el desarrollo del personaje, pero la escena genera más dudas e incertidumbres acerca de cómo Liam Hemsworth se convertirá en Geralt of Rivia.
Y es que Geralt, quien toda la temporada estuvo sin tomar un bando, decide dejar de ser indiferente ante los conflictos del Continente y defiende a una familia de las tropas nilfgaardianas. Lo cual tiene sentido con su arco. Pero no da el ancho para que sea una despedida definitiva. No se siente como un cierre para el actor. Y eso es una gran pena.
Realmente me hubiera gustado ver al Geralt de Cavill junto con la Ciri de Freya Allan y la Yennefer de Chalotra una vez más para la escena final, pues estos tres personajes lo iniciaron todo.
También hubiera sido épico que explicaran en ese momento el cambio de actores con alguna idea de reencarnación. La muerte del Geralt de Cavill hubiera tenido más impacto que verlo alejándose junto a Jaskier y Milva.
En resumen, la tercera temporada de The Witcher no le hizo justicia al Geralt de Cavill, pues su despedida fue muy genérica. Tristemente, la partida de Cavill no fue lo único mal ejecutado de los nuevos episodios, y dudo que los fans (sobre todo, los fans de los libros) vuelvan para la próxima temporada.