Thelma: una abuela en acción… ¿Quién dijo tercera edad?
La películas de aventuras casi siempre incluyen a un héroe o heroina joven o en edad media. Las aventuras también por lo regular son para salvar al mundo de un complot internacional o bien de una guerra inminente. El género es muy genérico y siempre cumplen con el cometido de entretener. Por eso Thelma: una abuela en acción.
Yo ya no tengo abuela. La etapa de la tristeza por haberla perdido ya pasó pero si hay recuerdos que me hacen extrañarla. Mi abuela es razón importante por la cual me encanta el cine y viví con ella aventuras en varias películas y los tiempos con ella resultaron en cosas inolvidables. Como cuando le puse Anticristo de Lars von Trier y me pidió que se la pusiera dos veces seguidas, resultó ser una de sus películas favoritas. ¡Entendí mis gustos en el cine!
Thelma: una abuela en acción es una historia de una mujer mayor que vive sola y su nieto de vez cuando va y la cuida. La buena relación entre ambos es evidente, por lo menos es mejor que la que tiene él mismo con sus padres. Una día Thelma recibe una llamada y le dicen que debe depositar 10 mil dólares porque su nieto está en la cárcel. Ella los deposita y poco después se da cuenta que todo fue una estafa. Y ahora debe ir a recuperar el dinero que ha perdido, aunque esto signifique robarse el scooter de su mejor amigo que vive en una casa de asistencia. Todos estarán muy preocupados.
La nominada al Oscar June Squibb es Thelma. Una entrañable abuela que se embarca en una aventura con su mejor amigo para recuperar su dinero. Una actuación tan entrañable como nostálgica que harán que si tienes abuelita vayas y la abraces. Thelma es probablemente una de las películas más entrañables que he visto este año y me fascina la idea de que la protagonista sea una mujer de 93 años porque siempre subestimamos a las personas mayores que nosotros cuando, han vivido más experiencias y pueden compartirnos su sabiduría.
La película nos pone en perspectiva acerca los impedimentos físicos y mentales que personas de la tercera edad tienen. La soledad que pueden sentir los llevan a tomar decisiones complicadas que seguramente nosotros nunca haríamos. Se vuelven como niños con más conocimiento y experiencia, pero igual de indefensos. Su propia situación física los lleva a estar relegados o abandonados en casas de asistencia donde pocas veces sus familiares no los visitan. Aunque no es el caso de esta abuela, que aún es autosuficiente, si coloca al espectador en perspectiva con las personas mayores. Si Ethan Hunt tuviera una abuela sería como Thelma.
Una abuela, un nieto, el amigo de la abuela, un scooter y dos estafadores. Thelma: una abuela en acción, es una película que nos refresca la memoria sobre la empatía a los adultos mayores. ¡Gerontológicamente encantadora!
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