La fórmula comienza a desgastarse en su cuarta temporada
Una de las series que más disfruto episodio tras episodio, y temporada tras temporada, es This Is Us, el melodrama estrella de NBC y la única serie con horario estelar de la televisión abierta estadounidense que ha logrado sobresalir entre toda la gama de historias que existen para competir con series estrellas de las señales premium y servicios de streaming.
Dan Fogelman, el creador de la serie, nos lleva de la mano por cada episodio para contarnos la historia familiar de la familia Pearson en el presente, su pasado y su futuro, haciendo denotar que el más mínimo suceso repercute en la trama personal de cada uno de los personajes. Desde el pasado de la pareja principal, Jack y Rebecca, pasando por la crianza de su familia y sus tres hijos, el desarrollo como adultos de Kevin, Kate y Randall hasta comenzar a ver el futuro de cómo termina todo. Una historia que va desde el nacimiento de la vida misma hasta su lecho de muerte.
En su cuarta y más reciente temporada que comenzó en septiembre del año pasado y terminó a finales de marzo, Fogelman denota que la historia comienza a marcar el rumbo hacia su final definitivo –basta recordar que la serie está renovada para dos temporadas más. Y aunque la historia sigue manteniendo el nivel al que nos tiene acostumbrados, es la fórmula general la que comienza a sentirse gastada y repetitiva en diversos momentos.
El cambio de estructura que refrescaba la serie al dejar a un lado en el drama familiar y por fin ver la madurez de los Big Three repercutió fuertemente, por lo que se tuvo que regresar a la cotidianidad de la historia. Volviendo a retomar con fuerza los flashbacks y el regreso de Milo Ventimiglia como Jack, el personaje más amado de la serie.
Es así que la segunda parte de la serie se siente tan diferente y vuelva a la interacción casi exclusiva de la familia Pearson. Pero en este regreso a los orígenes comete dos grandes aciertos y un grande error. Por un lado tenemos a Kevin (Justin Hartley), el personaje más flojo de la historia, encuentra un propósito a través de ayudar a su tío Nicky y esto lo vuelve un personaje principal con mayor fortaleza al enfrentar su problema de alcoholismo, mismo que ha causado problemas en su padre, su tío y su abuelo. Kevin se vuelve más humano.
El segundo acierto se centra en Rebecca (Mandy Moore), siempre opacada por la figura perfecta de Jack, tiene su momento de resurgimiento y la historia por fin acepta que es ella la verdadera guía de la serie. Es su historia personal la que conduce los saltos de tiempo a los que se nos tiene acostumbrados. Y el gran error es la traición de la esencia principal de sus personajes: Randall (Sterling K. Brown) y Toby (Chris Sullivan), los escritores olvidan el espíritu de cada uno de ellos en pro de volverlos un poco los villanos de la temporada para tener un balance en la historia, el cual nunca necesito anteriormente.
La apuesta de This Is Us es mayor hacia su quinta y posible penúltima temporada. Dan Fogelman y su equipo de escritores tendrán que superar el bache que causó esta cuarta temporada y hacer que la fórmula que tanto nos enamoró y refrescó el panorama de series con una historia familiar con mucho corazón.