Cuando hablamos de Martin Scorsese, una de las primeras películas que se nos viene a la mente es Taxi Driver, ese clásico de los años 70 que se convirtió paulatinamente en unos de los largometrajes más icónicos del séptimo arte. Aquí te contamos todo sobre esta cinta.
En 1976, Martin Scorsese era un nombre conocido dentro del círculo de Hollywood gracias a su trabajo en Mean Streets, la cinta de 1973 protagonizada por Robert De Niro, pero sus otros trabajos no habían tenido un éxito abrumador: Who’s That Knocking at My Door (1967), Boxcar Bertha (1972), Alice Doesn’t Live Here Anymore (1974) e Italianamerican (1974). Taxi Driver, sin embargo, le dio un reconocimiento masivo.
Hoy vivimos en la época de los números y las estadísticas para juzgar contenidos audiovisuales, pero si tenemos que juzgar a Taxi Driver por sus números, la realidad es que no son tan impresionantes como algunas de las películas actuales: su recaudación fue de $28,448,654 dólares.
Cierto es que su presupuesto de producción fue de $1,900,000 y que recaudó más de lo esperado, pero no es ni por asomo una de las películas más taquilleras de la historia. Sin embargo, Taxi Driver está sin lugar a dudas en el Salón de la Fama del cine. Cientos de historias se inspiraron en ella luego de su lanzamiento.
Taxi Driver recibió múltiples elogios de la crítica tras su estreno y fue nominada a cuatro premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director, lo que ayudó a solidificar la posición de Scorsese como uno de los directores más influyentes de la industria, al mismo tiempo que la película se convirtió en un hito moderno de la industria.
Taxi Driver exploró temas oscuros y perturbadores, como la soledad, la alienación y la violencia en la sociedad urbana. Esta exploración temática se convirtió en un sello distintivo de muchas de las películas posteriores de Scorsese y es una de las cosas que más se le reconocen al director en la actualidad.
La película también destacó por su estilo visual innovador, diferenciándose de las otras cintas del director. La cinematografía de Michael Chapman y la dirección de Scorsese contribuyeron a crear una atmósfera única y evocadora en la pantalla que acompañó a la perfección la narrativa intensa de Paul Schrader y la complejidad de los personajes, principalmente Travis Bickle.
El de Robert De Niro es un personaje profundamente perturbado que se ha convertido en un ícono en el cine. Su evolución a lo largo de la película, desde un solitario y alienado taxista hasta un justiciero violento, es un desarrollo inolvidable que aborda cuestiones sociales y psicológicas profundas, como la decadencia urbana y la búsqueda de sentido en la vida.
La obra de Scorsese también es considerada una de las películas más influyentes de la llamada Nueva Ola del Cine Americano, la cual se caracterizó por un enfoque más independiente y artístico a la hora de llevar a cabo los largometrajes, alejándose de las convenciones del Hollywood de esa época.
También vale mencionar que una película no puede ser tan icónica si no tiene al menos una escena memorable que vive en la mente de los espectadores por siempre. Taxi Driver tiene dos: la famosa frase de Travis Bickle de “are you talking to me?” (la cual fue improvisada por De Niro) y el intenso y sangriento tiroteo durante el climax.
Por último, la inquietante música de Bernard Herrmann captura perfectamente la intensidad y la inquietud de la película, mejorando la experiencia visual general y llevando a cabo la visión original de Paul Schrader, quien basó la historia en sus experiencias personales con el aislamiento.
Todos estos elementos permitieron que Taxi Driver mantenga su relevancia a lo largo de los años y su legado fue creciendo cada vez más cuando películas de otros directores. De hecho, en 1994 fue seleccionada para su conservación en el Registro Nacional de Cine de Estados Unidos, reconociendo su importancia cultural.
American Psycho, Fight Club, Collateral y Man on Fire (por nombrar solo algunas) usaron la obra de Scorsese como inspiración. Su estilo visual, narrativa oscura y su exploración de temas perturbadores han dejado una marca indeleble en la cinematografía y en la forma en que se abordan los personajes y las historias en el cine. Es una obra de arte provocadora y reflexiva que, para mi gusto, termina siendo el magnun opus de Martin Scorsese.