La nueva serie de ciencia ficción de Netflix resultó ser bastante sólida

Como está el mundo hoy no sorprendería que la caída de la humanidad esté más cerca de lo que pensamos… Sí, estamos belicosos. Con eso en mente, puede ser un poco pesado ver otra serie post-apocalíptica, especialmente una que combina tantos elementos de otras: es menos escapismo y más un recordatorio del futuro distópico hacia el que todos nos enfrentamos.

Tribes of Europa es la última serie de ciencia ficción de Netflix construida sobre la base de tantos tropos e ideas exitosas que garantiza su popularidad. 8 o 10 episodios de una serie de Netflix tienden a ser demasiados, pero resulta que 6 no son suficientes, al menos no para un programa como este.

Ambientado en un 2074, un apagón global conocido enigmáticamente como Diciembre Negro ha reducido desde hace mucho tiempo a Europa a tribus de micro-estados en disputa con sus propias creencias, costumbres, culturas y niveles de tecnología. Naturalmente, casi todos están peleando por el control de lo que queda, y los que no lo están, a saber, los cazadores-recolectores, una facción a la que pertenecen nuestros tres hermanos protagonistas, no tienen más remedio que ser arrastrados a la lucha independientemente, especialmente cuando una aeronave avanzada perteneciente a los Atlánticos aterriza a una distancia corta de nuestros héroes. Dado que contiene un dispositivo de nebulosa importancia y poder que puede o no tener la clave para controlar Europa, el lejano Santuario de los Orígenes se encuentra en el itinerario de viaje de Los Cuervos, una casta despótica de tensos y negros merodeadores vestidos liderados por un capitán andrógino y un señor, Varvara (Melika Foroutan), que es atendido por una camarilla de esclavos.

Tribes of Europa también se enfoca en un grupo de tres personajes, aunque lo más interesante es que están separados desde el principio y ocupados con distintos hilos de la trama. Sus caminos conducen a un final que se da cuenta en el último minuto, sin tiempo para atar todo junto.

El suspenso obligatorio de Netflix continúa arruinando su serie original, pero muy pocas personas esperarán un final concluyente aquí: apenas hay tiempo suficiente para configurar la historia correctamente, y mucho menos para concluirla. La buena noticia es que la historia que Tribes of Europa logra contar es bastante sólida y tiene mucho potencial a largo plazo. En un hilo, el hermano menor Elja (David Ali Rashed) se escapa con el cubo de Atlantian y une fuerzas con un sinvergüenza que habla rápido con la esperanza de entregar el artefacto a su gente, naturalmente con algunas desviaciones a través de los rincones más sórdidos de Europa; en el segundo, Liv (Henriette Confurius) se ve envuelta con los Crimson, una fuerza militar que permite que las tribus bajo su estandarte retengan sus identidades culturales y tengan un hueso para elegir con los Cuervos; y en el tercero, Kiano (Emilio Sakraya) se encuentra convulsionado con los propios Cuervos y tiene que luchar por su libertad en una arena de gladiadores.

Este cambio constante de escenarios y perspectivas ayuda al ritmo, asegurando que ninguna de las historias se vuelva demasiado lúgubre, y así conocemos a cada protagonista individualmente. También significa que se están plantando muchas semillas, incluida algún tipo de devastación procedente del Este que debería preocupar a todos, que no darán frutos hasta una segunda temporada, siempre que Tribes of Europa obtenga una.

Como dijimos al comienzo, al público le gustará Tribes of Europa. Tiene personajes e ideas sólidos, dinámicas interesantes, y uno asume una mitología mucho más interesante que la que podrían cubrir correctamente 6 episodios de 40 minutos. Un tiempo de ejecución tan breve deja ciertos elementos sintiéndose un poco descuidados, aunque lo breve y bueno, dos veces bueno, como se dice.