Los creadores de Senna y Amy se reunieron para crear un documental sobre una de las figuras deportivas más importantes de la última década, pero no fue nada similar a sus anteriores producciones.
La película recorre la vida personal y profesional de Cristiano Ronaldo, centrándose principalmente en el 2014, pero no se siente en absoluto como un documental, más bien parece un reality mal guionado y actuado, casi como un Gran Hermano. Se supone que este tipo de producciones sirven para mostrar intimidades y un costado desconocido sobre estas estrellas, pero aquí está todo muy forzado, como si fuese una publicidad.
Ronaldo es una hora media de él repitiendo que es el mejor del mundo y el resto del staff con el que trabaja respaldando su dichos. En el medio tenemos momentos de él con su hijo en la casa, algún que otro partido importante, un poco de entrenamiento y muchas escenas de él con el celular. Con ningún compañero, rival, entrenador, periodista o historiador siendo entrevistado: el documental no tiene ninguna perspectiva interesante para ofrecer.
Esto es algo que podría haber salido bien. Spike Lee hizo un documental con Kobe Bryant relatando todo lo que sucede en un partido de Los Angeles Lakers, por ejemplo, pero Cristiano no tiene ni la mitad del carisma de Kobe y tampoco es una personalidad tan cautivadora, así que se vuelve algo aburrido. Si lo más interesante que tienes para mostrar son tus autos, muebles, músculos y tu ropa quizás quieras hacer una entrevista con GQ y no un documental.
Más allá de eso, hay algunas cosas interesantes en la película, pero se les dedica tan poco tiempo que es un desperdicio: sus videos inéditos en Portugal, el por qué de su soledad, la verdad sobre la madre de su hijo y, principalmente, la historia de sus padres durante su infancia. La madre de Cristiano revela que su marido fue a la guerra y que cuando volvió la maltrató, admitiendo literalmente que fue víctima de violencia de género, pero esto pasa como si nada en la película. A los pocos segundos tenemos a Ronaldo diciendo que su padre era divertido cuando estaba ebrio y que no quiere saber por qué era alcohólico.
Ese era un eje interesante para darle cuerpo a la cuestión.
Pero...
Ronaldo es un pero muy grande. Una lástima porque ciertas partes de la vida del astro portugués hubiesen sido lindas de ver. Pero no. Error.
En resumen
El documental bien podría centrarse en el sacrificio que tuvo que hacer CR7 para irse de su casa a los 11 años, lo duro que fue crecer junto a un padre alcohólico y una madre que al principio no lo quería, y lo mucho que lo afectó que él se muriera tan pronto. Se entiende que él no quiera indagar en esa parte de su vida personal, pero ¿Entonces por qué se menciona en el documental como si fuese algo sin importancia?
La película tampoco explora a fondo su mentalidad ganadora y su obsesión con el trabajo para tratar de convertirse en un mejor jugador, lo cual podría haber sido atractivo desde otro punto de vista; entonces lo único que nos queda son sus declaraciones diciendo que es mejor que sus compañeros, que Messi, que se merece el balón de oro y anécdotas insignificantes con su agente. Si su representante fuese Guillermo Coppola y tuviese historias tan interesantes como las suyas con Maradona, lo hubiésemos perdonado, pero ni eso.
En fin, con un episodio de MTV Cribs alcanzaba, Cristiano.