Un lago” de Rafa Martínez Sánchez es una peculiar ópera prima y que en el mejor sentido, divaga sobre las vicisitudes del amor, el sexo, la correspondencia y esas propuestas incómodas a las que no queremos ceder pero, lo hacemos por aceptación y reto propio. ¡No al poliamor!
Son tiempos emocionalmente complicados y no me refiero a el contexto político de EEUU y su relación con México, que bien nos podría servir como un ejemplo perfecto de las relaciones tóxicas y nos puede dar un norte de porque no dejar que alguien abuse emocional, sexual y mentalmente de nosotros.
Un lago es sobre un joven en la insufrible crisis de los treinta que regularmente cualquier adulto joven puede tener. A esta edad comienzas a medirte y compararte con los demás de tu generación y, las comparaciones nunca son buenas porque nadie es igual a nadie. Algunos tienen más éxito y más rápido que otros y nunca, por más que nos esforcemos, disfrutaremos ese camino a ser mejor que alguien más o lo que es peor, llenar las expectativas de los otros.
Rafael Martínez escribe, dirige y actúa un casi soliloquio histrionico sobre lo que es querer estar llenando las expectativas de otros, pero nunca las tuyas. Rich, un joven director de cine siente que a sus treinta años no ha logrado absolutamente nada. A su edad su padre ya tenía algunos trofeos deportivos, los cuales le recuerdan a Rich este constante “fracaso” profesional. Un guion que se topa con pared creativa ante la hoja en blanco y esto aunado al rechazo amoroso constante llevan a este atribulado joven a probar las tentadoras pero peligrosas aguas del poliamor cuando conoce a Daniela, un veinteañera que comienza a explorar los límites de su propia sexualidad, independencia y libertad.
Rich siempre se pone un reto a sí mismo: cruzar el lago de su casa en donde siempre la hoja en blanco lo aterra. El lago es ese símbolo aparentemente inocuo y apacible, pero en lo que si no estás preparado puedes quedar a la mitad del camino, muerto, cansado o decepcionado por la incapacidad de lograrlo. Así que para Rich todo es un reto a cruzar, pero la constante subestimación propia lo lleva comenzar y no terminar. Siempre se siente insuficiente, pequeño , no adecuado y ahora con esta relación que es como pólvora, anticuado.
Esta nueva decepción ante algo que ni siquiera pudo comenzar lleva a Rich nuevamente al frente del lago, de la hoja en blanco a enfrentar sus propios miedos.
Un lago” de Rafa Martínez Sánchez es una peculiar ópera prima y que en el mejor sentido, divaga sobre las vicisitudes del amor, el sexo, la correspondencia y esas propuestas incómodas a las que no queremos ceder pero, lo hacemos por aceptación y reto propio. ¡No al poliamor!