En medio de la gran temporada de Historia de un Clan, su productor Pablo Culell se hizo unos minutos para conversar con nosotros sobre ciertos aspectos creativos de su particular mirada sobre el universo de los Puccio que convierten a esta serie en uno de los productos televisivos más interesantes y arriesgados de los últimos años en la televisión argentina.
Una historia entre ficción y realidad
La apuesta surrealista que lograron darle Sebastián Ortega y equipo sólo pudo ser posible por el apoyo de una productora que valore los productos de autor e incentive su realización.
De esta forma Historia de un Clan sin lugar a dudas será un producto recordado por años dado la fuerte apuesta de dar un tinte surrealista a una historia basada en hechos reales.
El soporte que le brindó la investigación de Rodolfo Palacios terminó de cimentar un producto sólido desde su correlato fáctico y artísticamente osado desde lo narrativo.
¿Cómo fue el proceso de casting? ¿Fue un casting abierto?
En el proceso de casting se viven varias etapas. Desde un comienzo supimos que queríamos trabajar con el Chino Darín para interpretar a Alejandro Puccio porque era un actor que nos parecía que era ideal para el personaje. Alejandro Awada apareció un poco más tarde. Habíamos tenido otras opciones en un primer momento que por diferentes razones no pudieron y afortunadamente con Sebastián Ortega y Luis Ortega, el director, pensamos en Alejandro y no podría habernos salido mejor. Cecilia Roth también estaba pensada desde un comienzo porque hacía mucho tiempo que queríamos trabajar con ella. El resto del elenco fue propuesto y surgió al momento del casting cuando fuimos pensando cuáles eran los mejores rostros para los diversos papeles en función de lo que se estaba buscando.
Desde un comienzo supimos que queríamos trabajar con el Chino Darín.
Con los actores más nuevos fue casting puro. Las hermanas Puccio, por ejemplo. Otro ejemplo es Nazareno Casero, quien hizo casting. Los papeles de los secuestrados también. Digamos que fue abierto para agencias y actores que nosotros conocíamos del teatro independiente. Así de a poco se fue formando este elenco.
Si bien es un hecho real, hay marcados momentos surrealistas. ¿Cómo fueron surgiendo estos momentos?
Esto fue un producto de Luis Ortega. La historia está basada en hechos reales y en el libro de Rodolfo Palacios sobre el Clan Puccio. A partir de ahí el equipo autoral hizo una propuesta sobre cómo Sebastián y yo queríamos relatar la historia. La historia real fue adaptada a una ficción absoluta y después de ahí empezaron las licencias. Porque luego teníamos que abrirnos a una determinada cantidad de horas y adentrarnos en la dinámica de una familia que desconocíamos, más allá de lo que estaba en el expediente o lo que uno intuía de la época y del entorno. A partir de eso la cabeza de Luis se encargó de generar un hecho artístico a partir de una historia real y macabra.
En base a la poca información que se tiene sobre ellas, ¿cómo fue la creación de los personajes femeninos del clan?
Justamente nos basamos en ese elemento de misterio para crear a estos personajes. Sobre todo en el caso de Epifania. Tratamos de indagar en la psicología de Arquímedes Puccio y desde ahí ver cómo ese psicópata siniestro genera en esa familia un cambio tal que los hace pasar de una familia normal a terminar siendo una banda de delincuentes. A partir de ahí trabajamos las psicopatías de este grupo familiar con cierta riqueza entre la conexión de los personajes reales y su encarnación artística. Historia de un Clan es en un 60 % real y el resto es una construcción artística sobre cómo queremos contar esos rasgos de la familia y su dinámica. El hecho de que sea una historia real lo hace más macabro, le da más cercanía y peso dramático.
Historia de un clan es en un 60 % real y el resto es una construcción artística.
¿Cómo fue la elección de Tristán Díaz Ocampo para el papel de Coronel?
Nosotros queríamos tener una sorpresa de casting, tener un actor que no tuviera mucho que ver con lo que el público esperaba. Nos parecía que las características físicas de Tristán eran las que necesitábamos para el papel, e inserto dentro de esta historia su participación le iba a dar un toque macabro interesante. Esa supuesta gracia natural que tienen este tipo de personas llevada de la mano de Tristán podía sumarle al proyecto un plus interesante.
Insertar a un actor que está relacionado con la picarezca criolla en una historia espeluznante nos pareció una gran apuesta y es una revelación actoral a los setenta años, porque nunca nadie lo había visto en este registro. Los riesgos cuando se asumen y salen bien son doblemente celebrados y este es uno de esos casos.
¿Quién fue la persona encargada de la musicalización de Historia de un Clan?
Sin lugar a dudas Historia de un Clan es un producto de autor. El sello de Luis Ortega está presente junto al montajista Guillermo Gatti. Con la conjunción de Elvio Gomez lograron que el programa adquiera una gran personalidad con la utilización de la música que no es un recurso menor, es un elemento que en muchos casos enmarca, en otros enfatiza e incluso se puede ironizar el relato.
Los riesgos cuando se asumen y salen bien son doblemente celebrados.
Nosotros decidimos acompañar el proceso creativo de Luis Ortega en un medio que no le es habitual, encausarlo dentro de la televisión y lo que la misma requiere como elementos narrativos y audiovisuales respetando toda su impronta, para así lograr que esa historia sea popular y masiva pero sin perder su manera de contar. Más que marcarle al artista hay que estar presente para apoyar su mirada y su manera de contar sobre lo que nosotros queremos retratar en la pantalla.
¿Qué queda por delante en Historia de un Clan?
Quedan tres capítulos por delante, con la inclusión de Verónica Llinas. Viene de la comedia absoluta con Viudas e hijos del Rock & Roll e ingresa con este tremendo personaje dramático que muestra la gran actriz que es. Con ella se acerca el final: cómo fue ese epílogo en la vida de los Puccio después de este último secuestro hasta que fueron descubiertos y cómo transitaron los últimos días de sus vidas. Eso es lo que se va a ver en los capítulos venideros que están apasionantes.
¿Cuál es tu próximo proyecto luego de Historia de un clan?
Junto con Sebastián estamos rodando la serie que verá la luz el año que viene que se llama Marginal, junto a Juan Minujín en la ex carcel de Caseros, en algunas locaciones donde se grabó Tumberos. Estamos muy contentos con el resultado pero tendremos que esperar hasta el año que viene para verla.
Después la comedia familiar que va a ir en el prime-time de Telefe a partir del mes de Marzo que en este caso es Educando a Nina, una propuesta muy interesante con Griselda Sicialiani a la cabeza.
