Calles en Guerra muestra a un Van Damme renovado, pero…

Esta semana llega en exclusiva a las pantallas de Cinemex la película We Die Young (Calles en Guerra) protagonizada por Jean Claude Van Damme, escrita y dirigida por el director israelí-americano Lior Geller que debuta en una cinta de formato largo y que entre sus logros tiene el récord Guinness del corto estudiantil con más premios ganados a nivel mundial por Roads del 2007.

En el film se nos cuenta la historia coming of age de dos hermanos que viven en un suburbio latino de Washington DC que está gobernado por los Mara Salvatrucha: Lucas (Elijah Rodriguez), el hermano mayor, trabaja como “mula” cobrando las cuotas a los tenderos locales, tratando a toda costa de que su hermano pequeño Miguel (Nicholas Sean Johnny) no caiga en las manos de las bandas y lo obliga a ir a la escuela. Sin embargo, el pequeño Miguel está empeñado en ser parte del mundo de las bandas que distribuyen drogas y un buen día decide formar parte del rito de iniciación para ser miembro de la banda. Lucas, al ver la situación, decide sacarlo, pero al hacerlo se sale de la ruta que tenía para entregar un paquete muy importante. Al notarlo los miembros de la banda comandada por Rincón (David Castañeda), el brutal y sanguinario líder de los Maras, decide ir tras ellos para que entreguen el paquete que llevaban ya que sospechan que los quieren traicionar.

Mientras son perseguidos, un mecánico adicto, exmiembro del ejército, que sufre de estrés postraumático y que no puede hablar por una traqueotomía que le hicieron para salvarle la vida de nombre Daniel (Jean-Claude Van Damme) decide ayudarlos a pesar de que pone en riesgo su vida. Así ellos huyen de la despiadada banda de los Maras hasta que deciden luchar por su libertad.

Jean-Claude Van Damme en el pasado era un héroe de acción que reventaba la taquilla. Con el inevitable pasar del tiempo se fue haciendo mayor y los papeles de héroe de acción cada día están más lejanos. En Calles en Guerra interpreta un papel peculiar que no habíamos visto en la carrera del actor pero que lo hace perfectamente. Su personaje no es el típico héroe de acción, al contrario aquí se ve viejo, cansado y además es un adicto. Para sumarle a su papel, en toda la película no expresa ninguna palabra. El papel de adicto al Oxicodin como una forma de escapar de los recuerdos de la guerra lo logra hacer de manera muy convincente y conmovedora, sobre todo cuando es bulleado por los pandilleros.

Por otro lado, los dos jóvenes protagonistas Lucas y Miguel logran, en momentos, proyectar una perfecta química entre ellos que los hace totalmente creíbles, como víctimas inocentes de una escalada de violencia.

A pesar que los actores logran papeles muy convincentes, incluidos los miembros del cártel de los Maras, y la historia es tan sencilla que no se complica mucho en seguirla, la novatez de Geller se deja ver en un deficiente trabajo con la cámara en las secuencias de acción. Aunque logra tener chispazos de creatividad, sobre todo cuando sigue a los personajes en varios planos, algunas peleas se vuelven confusas y más cuando abusa de la shaky cam en momentos cuando no es necesario y es mejor seguir la emoción del protagonista.

Además, la gran conexión emocional que se logra con los niños y con el mismo Van Damme se pierde en un tercer acto caótico que se pudo haber aprovechado mejor si en lugar de centrarse en la acción se hubiera centrado en las emociones.

We Die Young (Calles en Guerra) de Lior Geller es una cinta de claroscuros: mientras por un lado tenemos la historia emotiva de dos hermanos que intentan huir de su destino y de un héroe venido a menos que busca urgentemente un poco de redención brillantemente interpretado por Van Damme, por el otro tenemos la historia común de las bandas de droga llena de clichés y de lugares comunes.

En conjunto, el filme entretiene sobre todo si consideramos que fue hecha con un presupuesto bajísimo. Auguramos grandes cosas para el director y un respiro para la carrera del otrora genio de las artes marciales.