El 2 de Octubre de 2016 HBO sorprendía al mundo con el estreno de Westworld, una serie creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy, que se basó en el homónimo film de Michael Crichton de 1976.
La historia ya la conocemos: Westworld es un parque temático poblado por androides, ambientado como si fuese el lejano oeste, al que la gente va a cumplir sus fantasías más salvajes: sexo, violencia, peleas de pistola, borracheras, etc.
Los androides anfitriones de este parque son prácticamente indistinguibles de los seres humanos y, además, completamente inofensivos para cualquier ser vivo. Así fueron diseñados y programados. Hasta que, por supuesto, gracias a una serie de actualizaciones que estos androides van sufriendo, su código se altera y comienzan a cobrar consciencia acerca de sí mismos y a desobedecer las normas de sus creadores.
En el centro de esta historia se encuentra un eternamente genial Anthony Hopkins, dándole vida a Ford, uno de los creadores de estos robots súper exclusivos. Junto a él, su fiel empleado Bernard, el encargado de programar a estos androides para que cumplan su rol dentro de las historias que se desarrollan en el parque temático.
Dentro del parque, como un visitante despreciable, está Ed Harris, el hombre de negro, que está obsesionado con descubrir los secretos detrás de estos robots y que cumple el rol de villano cada vez que puede, sobre todo con Dolores, una de las anfitrionas más antiguas dentro de Westworld, programada para ser una chica simple del lejano oeste, condenada a sufrir la pérdida de los suyos de forma violenta.
Durante la primera temporada asistimos a dos líneas temporales diferentes: el pasado y el presente. En ellas, los androides recorren una y otra vez sus historias, modificando sus conductas gradualmente, hasta llegar a un mismo resultado: la toma de consciencia acerca de su condición, de su falta de libertad, del laberinto en el que están atrapados como en un loop.
Desde el pasado, la otra mano creadora de los androides, además de Ford, un misterioso y ya fallecido hombre llamado Arnold, intenta guiarlos para que logren llegar al centro de su propio laberinto mental y puedan ser libres.
En el presente, como una voz en la memoria de los androides que se resiste a ser borrada, Arnold continúa luchando para liberarlos. Y su lucha es nada más y nada menos que contra su ex compañero Ford. Incluso muerto, Arnold ha dejado su marca en sus robots, una marca que el personaje de Anthony Hopkins parece obsesionado con borrar a través de reinicios y formateos de los androides.
Sin embargo, al terminar la primera temporada, el mismo Ford logra comprender lo que vio Arnold en sus creaciones y decide entregarles el deseo más preciado: el libre albedrío. Con la creación de su última historia, Ford pone en marcha a todos los anfitriones que alguna vez poblaron Westworld y los deja enfrentarse con los seres humanos sin desventajas.
¿Qué nos traerá la segunda temporada? Ford, siguiendo los pasos de Arnold, sacrificó su vida por sus creaciones. Bernard, consciente de que es un androide más, deberá cargar con la culpa de haber sido un partícipe activo en la creación de todas esas tramas y códigos que mantuvieron encerrados a sus semejantes.
William, ya develado como el hombre de negro, el temerario personaje de Ed Harris, parece feliz de ser el dueño de este parque temático que, ahora sí, tiene unos anfitriones dispuestos a dejar de ser las víctimas y se preparan para luchar.
Maeve, una de las anfitrionas más lúcidas, estuvo a punto de poder escapar del encierro que es Westworld. Sin embargo, en el último segundo, las falsas memorias implantadas por sus creadores acerca de una trama donde alguna vez fue madre de una pequeña, la incitan a volver para buscar a su hija. Por supuesto, al regresar se encontrará con un Westworld en pie de batalla, de rebelión, algo que ella misma hizo, pero de forma solitaria.
Dolores, dueña de su consciencia y su propia voz, se transforma en el villano y líder la revolución que Ford inicia. Ha descifrado el laberinto. De pobre niña de pueblo a la mano que asesina a sus creadores. ¿Qué hará ahora? ¿Será el nacimiento del hombre del futuro? ¿El Dios que borre la memoria de las atrocidades del ser humano?
Por supuesto, también quedan las incógnitas del afuera. ¿Para qué se creó Westworld? Tanto dinero invertido no puede ser sólo para fines ociosos, hay un objetivo escondido que todavía no termina de develarse. ¿Serán los androides, en realidad, un arma de alta categoría para gobiernos en guerra? Alguien estará, probablemente, muy desilusionado al enterarse de que los robots han despertado y ya no es tan fácil controlarlos. Ese alguien que estaba del otro lado de los datos que tantos personajes intentaron sacar del parque y por los que varios perdieron la vida.
Por otro lado, mientras Maeve recorría los laboratorios donde se crean los androides, pudimos vislumbrar velozmente unos guerreros samurai entrenando, reunidos bajo un logo diferente al de Westworld. ¿Qué significa esto? ¿Habrá más de un parque temático? ¿Podemos soñar con un parque por punto cardinal? Y lo más importante: ¿estos androides también habrán resuelto el laberinto?
En la inmediatez, nos merecemos ver cómo termina la gala devenida en masacre. ¿Qué pasa cuando hasta el último androide es liberado? ¿Son todos realmente conscientes o Ford sólo los programó para pelear?
Será interesante ver el enfrentamiento entre humanos y androides. Por suerte, ya no tenemos que esperar mucho: Westworld estrena su segunda temporada el 22 de Abril a las 20 hs (horario México) en todas las plataformas de HBO.