¿Qué es un ser humano? Y, ligado a esta pregunta: ¿Qué es ser humano?
En realidad nunca hemos conocido a ciencia cierta la respuesta a estas preguntas porque nadie sabe. Solamente conocemos que ser humano es cuidar de nuestra especia, el lugar donde vivimos, reproducirnos, nacer, crecer y morir.
Wild robot de Chris Sanders (Como entrenar a tu dragón/2010), sin ningún humano presente, nos plantea una posible respuesta a esas cuestionastes dentro de un futuro distópico en donde, parece ser que la humanidad está al borde de la extinción. Ruz, es un robot de asistencia con una inteligencia artificial empíricamente escalable que cae por accidente en una zona salvaje llena de animales a los cuales no puede asistir por no ser humanos. Ruz bajo esta programación debe aprender el modo de vida salvaje y adaptarse a su nuevo propósito lejos de los humanos y se encuentra con un pequeño bebé ganso que quedó huérfano al estrellar su nave de entrega.
¡Wow!
Cuando comienza Robot salvaje en realidad no sabía qué esperar. Tenía en la mente al buen Wall-E y pensé que nada podría compararse con esa gran historia. Me equivoqué garrafalmente. El trabajo de Chris Sanders como guionista y ahora como director siempre me ha gustado. Sus temas tienen esa humanidad tan abstracta en concepto, pero que en sus historias parece tan evidente y lógica; nos obstante es más compleja de plasmar de lo que parece.
La película tiene un inicio contundente acerca del propósito y, por medio de un robot, pretende mostrarnos qué pasa cuando parece que carecemos de dirección y significado. Cuando lo que estábamos destinados a ser de primera instancia desaparece de un momento a otro. Este cambio de planes para una AI en su diagrama de decisiones (programación) causaría un corto circuito, pero no en Ruz.
Sanders escribe una hermosa metáfora sobre lo que significa ser humano por medio de algo que no lo es. Esta perspectiva se contrapone con los oscuros matices que componen nuestra naturaleza con una narrativa montada de tal forma que Ruz es el reflejo de lo humano en su lado más luminosos y es algo que aplaudo mucho en tiempo cuando necesitamos más de nuestro lado bondadoso, cariñoso y hermanado.
Wild robot es, aparte de una gran animación, un espejo futurista de nuestro propio destino y aunque no podemos escarmentar desde el futuro, podemos aprender de nuestro pasado como especie. Películas como esta son tan necesarias en un mundo tan dividido como el nuestro cuando en medio oriente tenemos una amenaza de guerra y Rusia amenaza con invadir Europa del este, sin contar que el país más poderoso del mundo se encuentra en una división social que amenaza con debilitarlo políticamente. Vivimos en un momento oscuro para varias generaciones que puede significar el comienzo de la propia extinción.
Ruz, en la voz de Lupita Nyongo, se llena de una honestidad llena de un compañerismo amistoso a pesar de las diferencias de diversas especies animales que se unen ante una clara adversidad que viene con un final inminente para ellos. Cualquier parecido con nuestra realidad, sí, no es mera coincidencia. Necesitamos películas como Wild Robot que nos hagan trastocar nuestras fibras más sensibles para sobrepasar las ambiciones, las diferencias políticas e ideológicas que nos separan y cambiar el rumbo de un futuro que no ha aprendido de su pasado.
Wild robot es una metáfora sobre la unidad, el amor y el aprendizaje. Estamos probablemente ante la mejor animación del 2024. ¡Humana, sensible y llena de corazón.