De amor, odio e hijos que no son hijos: Allen vs Farrow

Woody Allen y Mia Farrow. Dos nombres potentes dentro de la industria cinematográfica de Hollywood. Él, uno de los directores referentes dentro del género de la comedia (aunque no exclusivamente). Ella, actriz súper prolífica y activista destacada por su labor en UNICEF. Juntos, formaron una de las parejas más icónicas de la década de los 80 y, sin embargo, como tantas otras, terminó en un tremendo escándalo. 

Tanto así que, al día de hoy, no solo HBO ha estrenado un documental donde se narran algunas de las peores rencillas que hubo entre estas dos grandes figuras, sino que el mundo todavía se encuentra dividido acerca de a quién creerle.

Woody Allen y Mia Farrow se conocieron en 1979 en Nueva York, en un restaurante. Los dos habían tenido matrimonios anteriores en su vida. Ella, habiendo estado casada con el músico André Previn, había tenido tres hijos biológicos y habían adoptado otros tres. Ella, sola, además, también adoptó dos niños más, Moses y Dylan. Por su parte, Woody Allen, ya había tenido dos esposas, pero ningún hijo. 

Juntos, Allen y Farrow, mantuvieron una relación de más de una década, filmaron juntos más de una docena de películas y, aunque no vivían juntos, terminaron co-adoptando a esos dos últimos hijos de Mia Farrow, Dylan y Moses, y teniendo juntos un hijo biológico, Satchel. Los rumores de Hollywood dicen que Allen y Farrow, que vivían en apartamentos en lados opuestos a Central Park, prendían y apagaban las luces de los mismos como forma de enviarse su amor a distancia. 

Por supuesto, como todo lo bueno, este vínculo que era el ejemplo literal de power couple en la década de los 80, no duró. Un día, cuando Mia Farrow entró al apartamento de Woody Allen a buscar un abrigo, encontró unas polaroids de una mujer desnuda. Esa mujer desnuda era, nada más y nada menos, que su hija adoptiva (adoptada junto a André Previn), Soon-Yi, que tenía unos escasos 21 años.

Por supuesto, el escándalo estaba a pedir de boca. No solo Woody Allen estaba engañando a Mia Farrow, sino que lo estaba haciendo con su hija adoptiva (la hija de ella, no de él, pero a quien había visto crecer en la década de relación), a quien le llevaba más de 30 años. La separación, por supuesto, no fue serena. 

La cosa se complicó aún más cuando una de las hijas adoptivas de los dos, Dylan, confesó que Woody Allen, mientras atravesaba la separación con su madre, en una tarde que había pasado a verla a ella y a sus hermanos, había abusado de ella. 

De allí siguió un juicio, declaraciones en los medios, biografías publicadas y más en el que nunca pudo probarse el supuesto abuso y Woody Allen quedó libre de toda condena. Para rematar con broche de oro, Allen terminó casándose con Soon-Yi menos de cinco años después.

¿Eso es todo? No, claro que no. La batalla en la familia Allen/ Farrow siguió. A pesar de la resolución legal, los mismos hijos, biológicos y adoptivos, hicieron sus propias declaraciones, tomando partido por uno u otro padre. Mientras que Ronan Farrow respaldaba a su hermana Dylan, Moses apoyó a Woody Allen y además expresó que su madre era una persona inestable que había llegado a maltratarlos. 

Aún hoy, en el 2022, con el documental de HBO bajo el brazo que defiende la versión de Dylan Farrow (quizás la verdadera víctima de este escándalo, si consideramos que la relación de Soon-Yi con Woody Allen no se inició cuando ella era aún menor y que él no era una figura paterna para ella), todavía las cosas no están claras. O sí, pero solo en la justicia. ¿Es eso lo que vale? ¿O el peso de uno de los directores más celebrados de Hollywood nos deja ciegos? Lamentablemente, cada uno deberá tomar su propia decisión luego de escuchar a todas las voces.